María León nos ha hablado de su experiencia maravillosa en México, siempre de la mano de Manolo: «ha sido un regalo porque ha sido un buen aprendizaje trabajar con Manolo en esta serie y con este género». Manolo es el gran jefe, el que marca «todo el arcoiris de flores», pero no deja de destacar el gran equipo que tiene a su lado: «hay un equipazo con el que he podido gozar y bailar muy bien».
Su personaje es Purificación, la hermana pequeña de María José. «Puri tiene un amor por su hermana, una admiración, casi obsesivo», explica. Vive en Madrid y cuando toda la familia mexicana se encuentra en la ciudad ve peligrar la estabilidad de su vida, «y eso… pues gracia, no le hace».
Del personaje de Eduardo Rosa en ‘La casa de las flores’ no hemos sabido demasiado, porque todo él es «prácticamente un spoiler». Se llama Alejo y llega desde Estados Unidos a México para entrar de lleno en la familia de la Mora. «Va a tener que ver con ellos y con lo que les sucede», y puede que su punto de vista no encaje con el del resto, aunque no lo define como alguien frívolo sí explica que entiende la vida de un modo diferente. A nivel actoral ha sido un reto, más teniendo en cuenta que ha trabajado con actores a los que lleva viendo toda la vida.
Como es el caso de Paco León, que repite en esta segunda temporada, como no podía ser de otra manera. «El personaje de María José es un personaje que ha funcionado muy bien y que tiene una relación, una vida y una historia que teníamos que conocer un poco más», explica Manolo. Y Paco está encantado con esto: «aunque Manolo (Caro) tenga una visión muy particular y una manera de hacer muy propia, y sea una serie mexicana rodada en México, ha habido como algo muy familiar desde casi el principio». Y parece que Paco continuaba con esa conversación de la unión entre fronteras, aunque en este caso de manera muy personal, que ya hemos escuchado en el FesTVal durante la presentación de ‘No te puedes esconder‘. «Compartimos una lengua, unos gustos, un sentido del humor, muchas cosas», explica, «este parentesco va a continuar en el tiempo».
Era inevitable hablar de la marcha de Verónica Castro y de cómo ha influido su ausencia en esta segunda temporada de ‘La casa de las flores’. Manolo, sin embargo, lo aclaraba muy fácilmente: «el compromiso con ella era de una sola temporada». Cuando comprendieron que esa primera estaba funcionando y se confirmó la segunda, intentaron encontrar un punto creativo en el que pudieran volver a trabajar juntos de forma satisfactoria, pero se dieron cuenta de que la historia de Virginia había encontrado su final. Esta segunda temporada la ha escrito siendo honesto con la historia que quería contar, con alegría y con la comodidad de que las cosas han ido bien, y también con el objetivo de ser fiel a unos personajes a los que el público ya quiere; en ella veremos cómo se estructura la familia después de un duelo. «El reto grande es la tercera», concluye.
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