Nos acercamos al final de la primera temporada de ‘La materia oscura‘. En este séptimo episodio, el penúltimo de la primera entrega, se intuye la guerra que se avecina, con la que parece que nos quedaremos a medias y que justifica la existencia de una segunda temporada. Como lo justifica el buen hacer del equipo responsable, que han creado una ficción entretenida, bien desarrollada y visualmente preciosa.

El protagonismo recae en la figura de Lyra (Dafne Keen), aunque nuestro joven personaje está muy bien acompañado; de no estarlo, en cualquier caso, también brillaría. Este capítulo ha demostrado una vez más lo especial que es Lyra Belacqua, más allá del papel que tenga en el devenir de los acontecimientos. Lyra Belacqua, Lyra Lenguadeplata, es una niña despierta, valiente, inteligente, llena de fuerza y de seguridad, y con un gran corazón.

Lyra Lenguadeplata es capturada por los osos acorazados tras caer del globo de Lee (Lin-Manuel Miranda). Lanzada a una prisión cualquiera, no tarda en poner en marcha un plan para escapar, aprovechándose de una debilidad de Iofur Raknison, autoproclamado rey de los panserbjørn. Lyra descubre en seguida tres cosas: que tiene prisionero a su padre, Lord Asriel (James McAvoy), que Iofur, pese a todo, es un oso fácil de manipular si utilizas su deseos para ello, y que su mayor deseo es ser humano. Lyra, entonces, reclama tener un encuentro con él.

En este encuentro, aunque asustada, le asegura ser el daimonion de Iorek, sabiendo que esto despertará su curiosidad y su ambición. Iofur desea ser humano, ¿qué hay más humano que tener un daimonion? Usando su ingenio, su don de la palabra y la rapidez de la que siempre ha hecho gala, Lyra consigue embaucar al oso en una dirección: cuando Iorek acuda en su rescate, tiene que dejarle pasar y enfrentarse con él en un cuerpo a cuerpo, solo así podrá traspasarle toda su fuerza, daimonion incluido. Lyra no confía por completo en este plan, pero lo entiende como la única manera de librar a Iorek del ataque multitudinario al que iba a enfrentarse y concederle así una oportunidad en igual numérica. Los valores de Iorek, su fuerza y lo que Lyra despierta en él hacen el resto: en un intenso combate, acaba con la vida de Iofur.

Rey de nuevo, Iorek conduce a Lyra, a quien rebautizada como Lenguadeplata, hasta el laboratorio de su padre, custodiado por los osos. Lord Asriel no responde cómo a la niña le hubiera gustado: no la quiere allí… Pero se alegra de ver a Roger (Lewin Lloyd). Descubriremos por qué.

En el otro mundo, Will Parry (Amir Wilson), tan bueno, fuerte, valiente y decidido como la propia Lyra, teme por la cordura de su madre y aun más: teme que lleve razón, que haya quien los observa, quien los persigue, quien los quiere para algo. La sospecha de que su padre sigue vivo, con muchas cosas que ocultar, empieza a hacerse fuerte. Todavía no sabemos cómo, pero tendrá una importancia futura.

Queda un capítulo para que concluya esta primera temporada.