El caso de Luis Prieto es muy especial. No todos los directores tienen la suerte de poder estudiar cine en Estados Unidos y de haber trabajado en diferentes mercados antes de cumplir los 50 años. Ha dirigido en España, en Italia, en Reino Unido y en Estados Unidos y ha volcado todo su bagaje cinematográfico y cultural en ‘White Lines’. La nueva serie de Netflix, creada por Álex Pina, nos traslada a una Ibiza muy real, pero desconocida para muchos. Un mundo aparte que está a tan solo unos kilómetros de nosotros.
Conociendo el trabajo anterior de Álex Pina y leyendo los guiones, pensé “esto es una joya”
Esta Ibiza es, además de loca y extrema, como también lo es la serie, multicultural. Así nos lo ha contado Luis Prieto durante nuestra charla telemática, él en Los Ángeles y yo en Madrid. Con diferencia horaria, pero también con muchas ganas de hablar de la belleza de la isla y de la serie, de la violencia de algunas de sus escenas y de los muchos géneros que une. Una charla en la que también ha habido tiempo para anécdotas, como la conversación que mantuvo con Clint Eastwood cuando le conoció y que, aunque parezca mentira, tiene mucho que ver con ‘White Lines’.
El mundo de la serie es un mundo muy atractivo
Después de tocar corto y largo, parece que al director le está yendo muy bien en esto de las series. El éxito de la ficción de Álex Pina, que ya se sitúa entre las más vistas de Netflix, no sólo confirma el buen momento profesional que está viviendo, sino que puede suponer un trampolín para este cineasta, versátil como pocos.
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