¿Qué pasaría si se rompiese la cuarta pared entre el público y una representación teatral? ¿Y si las obras de teatro también pudieran ser productos audiovisuales? Irene Escolar y Bárbara Lennie tuvieron una idea brillante que captó la atención de HBO. Estas dos grandes actrices decidieron crear ‘Escenario 0’: adaptar a la pequeña pantalla seis obras de teatro que tuvieron mucho éxito. De esta forma, todo el mundo tiene acceso a ellas y podrá disfrutarlas cuando quiera. No hay duda de que se trata de un proyecto muy ambicioso y arriesgado, pero ha dado en el clavo.

‘Escenario 0’ es una propuesta muy rompedora que ha logrado un buen estreno en la plataforma gracias a su frescura y novedad. Un experimento audiovisual que está funcionando muy bien y puede suponer un antes y un después en el formato. ‘Escenario 0’ no se conforma con cualquier cosa y por eso es tan prometedora y con tanto potencial. Seis episodios independiente en los que los directores y guionistas han sabido reinventar las obras de teatro para ofrecer algo único e innovador. Irene Escolar y Bárbara Lennie han sido valientes dando un paso al frente para acercarnos aún más a la cultura.

‘Mammón’ es puro espectáculo

Una de las mejores adaptaciones teatrales de ‘Episodio 0’ es ‘Mammón’, porque es la obra perfecta para disfrutar en formato audiovisual. ‘Mammón’ es una comedia creada por Nao Albet y Marcl Borràs que se desarrolla como una especie de road movie teatral. Hace un par de años tuve la suerte de disfrutar de ‘Mammón’ en los Teatros del Canal de Madrid. Y hablo de suerte porque el éxito fue tal que consiguieron colgar el cartel de “entradas agotadas” todas las noches que estuvieron en el teatro. De hecho, salí del teatro con varios pensamientos: el primero es que esta no era una obra de teatro más, ya se intuía que de ahí podía salir algo más grande en forma de serie o incluso película. Por otra parte, necesitaba volver a verla para disfrutarla todavía más; algo que ya puede hacer cualquiera siempre que quiera.

El relato mitológico de Mammón, que significa tesoro y riqueza, serviría para abordar -de una forma peculiar- la actual guerra en Siria. Mammón era para los cristianos el diablo de la avaricia y era para los fenicios el Dios de la bonanza. Cerca de la antigua Khalpe (actual Alepo), en el centro de un valle lleno de cuevas rebosantes de piedras preciosas, dos familias convivían en armonía, admirando la belleza natural de estos minerales. Pero con la llegada de este nuevo hombre misterioso, la paz se ve alterada y aparecen odios y rencores entre los herederos de cada familia.

Hasta aquí sería la sinopsis “normal” pero lo que se ve en pantalla es algo totalmente diferente e innovador. Dos narradores, Ricardo Gómez e Irene Escolar, salen a escena para explicar a los espectadores que Mammón no se va a poder emitir. A continuación, comienza la pieza audiovisual real que cuenta por qué no va a poder desarrollarse el capítulo mediante vídeos y unas interpretaciones memorables. Entre imágenes grabadas con anterioridad y escenas grabadas específicamente para ‘Escenario 0’, Mammón se desarrolla de forma impecable.

Superando las expectativas

Es una maravilla de adaptación que fluye con mucha naturalidad. Y es que, de primeras, ‘Mammón’ no es una obra cualquiera, va mucho más allá de una “simple” representación teatral en la que los actores interpretan un texto sobre el escenario delante de los espectadores. La puesta en escena, las actuaciones… todo es tan convincente en todo momento que realmente puedes llegar a sentir que estás viendo una obra de teatro.

Las interpretaciones son espectaculares, Ricardo Gómez e Irene Escolar manejan los tiempos y diálogos con gran maestría y naturalidad. Unos narradores idóneos que son al mismo tiempo personajes principales de una historia increíble. Cada vez que hablan mirando a cámara el tiempo se para y solo importan ellos y lo que puedan contarnos. Junto a ellos, Nao Albet y Marcel Borrás no se conforman con haber creado esta maravilla sino que también son los protagonistas de su propia aventura. Además de un divertidísimo y camaleónico Manel Sans. Más que una grabación parece una quedada entre amigos que se les ha ido un poco de las manos. La química entre todos es desbordante y hace que el espectador se sienta parte del juego.

‘Mammón’ es tan inverosímil como fascinante. Una comedia que no busca la risa fácil pero que de verdad consigue que no pares de reír en numerosos diálogos. Escenas que son para enmarcar y repetir una y otra vez. ‘Mammón’ merecía una oportunidad como esta para que todo el mundo pueda disfrutar de esta pieza tan sorprendente. Es una completa locura pero que les sale muy bien y que funciona en todo momento. No hay nada que se les escape, explotando al máximo una buenísima idea.

La puesta en escena mantiene la esencia de la obra de teatro, entre lo material y lo absurdo. Además, una obra así que parece haber sido concebida para ser audiovisual no pierde el frescor del teatro. Termino de ver ‘Mammón’ tan fascinada como cuando salí del teatro.