Tras media vida formando parte de algunos de los proyectos más interesantes del indie patrio como Mañana o Modelo de Respuesta Polar , el gaditano O’Cristo se estrenó en solitario mutando en una especie de cantautor urbano, una suerte de Kiko Veneno millenial en la manera de interpretar con una lírica de raíz que mira a la poesía de Silvio Rodriguez  envuelta en beats urbanos que beben del hip hop y el R&B contemporáneos. Una rara avis en la escena que ha entregado tres canciones que se han revelado como uno de los debuts más sorprendentes del año.

“Los dolores del yo”, “LO QUIERO TODO” y “bancarrota (3.f)” han servido de carta de presentación de O’ Cristo. Un proyecto que acaba de comenzar pero al que se le augura un largo recorrido y es que, además del buen recibimiento por parte de la crítica especializada, las plataformas digitales le han mostrado un fuerte apoyo posicionando estos singles en algunas de las playlist más destacadas del país. (En Spotify los temas han entrado en Novedades Viernes España, Novedades Indie, Fresh Finds España, Fresh Finds Latin y Radar Indie ; en Apple Music en España Alternativa, Flamenco Pop o Flamenco para Relajarse: en Amazon Music en  Lo Más Nuevo y Novedades Indie y en Tidal en  La Mezcla de la Semana y Cámara Lenta).

O’ Cristo, tema a tema 

Lo quiero todo

Hablamos de un tema dominado por la guitarra española. Acompañado de un beat electrónico y con arreglos basados en samples  que terminan pasados por el filtro de pop lo-fi andaluz . Y es que si bien Kiko Veneno es una influencia clara en este proyecto, también lo es toda la estimulante escena actual que está emergiendo en el sur. Es además el manifiesto fundacional de O’ Cristo.

Trata sobre los conflictos existenciales que afloran durante el proceso de madurez y todo lo que supone asumir que ya eres un adulto. Habla también de abrazar la vida tal y como te viene y de mantener ese hambre por vivirla aprovechando al máximo sus momentos. Un llamamiento a un hedonismo filosófico basado en el ser más que en el tener, en las experiencias más que en las cosas. El resultado es una especie de hijo bastardo entre el famoso “No te salves” de Benedetti y la filosofía hedonista de Onfray en “La Fuerza de Existir” (cuyo título aparece citado en la letra de la canción).

Bancarrota (3.f)

Es una canción indie pop con espíritu lo-fi que flota sobre un beat R&B que no desentonaría en un álbum de Tyler, The Creator y sobre el que, lejos de rapear, el artista gaditano surfea con versos melódicos pero apocalípticos. Porque, según la RAE, la tercera acepción de “bancarrota” es “hundimiento o descrédito de un sistema o doctrina”. Un tema que transita por los terrenos pantanosos del lado sombrío del ser humano: ambición, dolor y arrepentimiento son algunos de los conceptos clave de una letra que parece hablar del fin del mundo tal y como lo conocemos (pero… espera, ¿no lo estamos viviendo ya?).

Lírica trascendental sobre una base árida de sintetizadores distorsionados que se encaran con rotundas melodías pop. El resultado: feeling melancólico que nos traslada a un verano crepuscular.

Los dolores del yo

Es un tema de post-amor melancólica que indaga en la idea de “querer después de querer” (como Fito Páez hiciera en “El amor después del amor”). Musicalmente, el tema combina melodías y arreglos de corte dreampop con su ya habitual guitarra española y un beat electrónico que le imprime peso y ritmo, sonando como una mezcla andaluza entre Beach House y Sen Senra. Si es cierto que el amor sólo dura tres años, afortunadamente también existe el amor después del amor: ese tramo donde se reparten los pesares y se comparten “Los dolores del yo”. Una primera canción de amor donde O’Cristo se declara con una lírica romántica peculiarmente cotidiana y una instrumentación preciosista cargada de groove.