En términos generales, la historia de la comprensión de la mente humana ha estado estrechamente relacionada con el estudio de las sustancias que pueden alterarla. Un ejemplo o referencia paradigmática de esto, es el surgimiento del LSD en la década de los 60, cuya fabricación sintética estaba relacionada con investigaciones sobre el funcionamiento de la mente, y la posibilidad de tratar ciertas enfermedades con él.

De manera que el interés de los investigadores en este tipo de sustancias, no es nuevo. En el caso de los canabinoides, los estudios acerca de sus propiedades desde muy temprano indicaron conexiones con estados calmados del sistema nervioso, por lo que por ejemplo podía ayudar a tratar epilepsias, pero también ansiedad, insomnio, entre otra serie de enfermedades mentales que suelen pasar desapercibidas, o no recibir adecuado tratamiento.

Propiedades del CBD para la salud mental

Tomando esto como contexto, podemos decir que desde hace ya varios años, tanto psicólogos como psiquiatras, han llamado la atención sobre un problema silencioso que cada día resuena más en las estadísticas: cómo las condiciones actuales de la vida moderna inducen a los individuos una intensa sensación de vacío, y depresión.

Aun así, el prejuicio social en contra de la marihuana como una sustancia psicoactiva han impedido que los estudios científicos reciban mayor divulgación o financiamiento, por no mencionar las trabas que algunos marcos legales colocan sobre el tema.

La ventaja que tiene el CBD sobre el THC, ambos compuestos de la marihuana, es que precisamente al ser un canabinoide, pero sin la sustancia psicoactiva, es posible sopesar sus virtudes dentro del debate sobre las mejores terapias para tratar problemas de salud mental. Y, de hecho, está ocurriendo, con bastante difusión.

Cada día son más los profesionales de la salud que recomiendan el uso del CBD como una terapia complementaria, debido a sus propiedades para tratar los dolores corporales ocasionados por procesos inflamatorios, y también, dolencias emocionales causadas por trastornos de la mente.

La razón o función por la cual el cannabidiol (CBD) tiene efectos ansiolíticos, antipsicóticos y antidepresivos, es por su acción antipsicótica, la cual reduce significativamente los trastornos psicopatológicos y, a diferencia de la medicación convencional, tiene pocos efectos secundarios. Los principales usos que actualmente se le da en psiquiatría al CBD son:

Reducir niveles de ansiedad y estrés

Como ya dijimos, el porcentaje de personas que padecen ansiedad en todo el mundo ha aumentado drásticamente en la última década. La ansiedad se asocia a un estado agitado de la mente, en el cual las personas se ven acosadas por pensamientos automáticos y repetitivos, haciéndoles sentir inseguras o inestables. La ansiedad también se manifiesta o se somatiza en el cuerpo a través de taquicardia, acidez estomacal, mala digestión en general, o dificultades para respirar.

Se ha visto que hay una alta potencialidad de interacción entre el CBD y los receptores nerviosos asociados a la depresión, la ansiedad y el estrés. El CBD ayuda a las personas que sufren de cuadros de ansiedad o estrés, a estar más calmados y a recibir las rumiaciones de la mente de manera más despreocupada.

Aumentar la calidad del sueño

Muchas personas que sufren irritabilidad o fatiga, no se han percatado de que aunque tal vez puedan dormir entre 6 y 8 horas, realmente no alcanzan un sueño profundo y reparador. ¿Qué queremos decir con esto?, que calidad de sueño no es equivalente a horas de sueño, sino a qué tan reparador está resultando el descanso.

Existen complementos excelentes que ayudan a regular los ciclos de sueño, como la melatonina. Para otras personas, por ejemplo quienes directamente padecen insomnio, el aceite de CBD resulta aún más potente a la hora de apoyar a conciliar un sueño profundo.

Las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad, y depresión. Por lo que se trata definitivamente de un problema que hay que atajar a tiempo antes de que las secuelas que deja el mal descanso, avancen.

Eficaz contra la depresión

Existe una creencia equivocada que convierte en sinónimos depresión y tristeza. Sin embargo, es bastante posible que una persona deprimida luzca contenta y hasta satisfecha con su vida, por lo que es realmente urgente que adquiramos más conocimientos sobre el tema, buscando que cada día sean más las personas que se hayan sensibilizado con el diagnóstico.

La depresión actúa como una supresión de la voluntad. Las personas deprimidas sienten que no tienen el impulso necesario para realizar actividades simples, como levantarse de la cama, lavarse los dientes y fregar los platos. A nivel cerebral, la depresión se explica como un déficit de serotonina, el neurotransmisor encargado de la sensación de satisfacción existencial, la misma responsable de motivarnos a ser constantes con un entrenamiento físico, o a culminar exitosamente una carrera.

El tratamiento clásico que los psiquiatras prescriben para paliar la depresión, es suministrar serotonina, a través de medicamentos como la Sertralina. Sin embargo, para algunos médicos, los efectos secundarios de este o de otro tipo de antidepresivo, tienden a hacer que las personas regresen a los orígenes o causas de su malestar. Sin duda la ayudan a mejorar y salir de un cuadro, sin embargo, no le dan herramientas definitivas para salir del ciclo.

La respuesta a eso es que las personas deprimidas necesitan terapia, antes que cualquier sustancia. Esa debe ser la base de su tratamiento. Ahora bien: el apoyo químico con el que el cerebro sea estimulado para restituir su habitual producción de serotonina, es algo que todavía reúne a los profesionales de la salud mental en conferencias, revistas, grupos de investigación, etc.

Es en ese marco que el CBD ha sido perfilado como una de las respuestas más interesantes, no psicoactivas, para estimular a las personas a salir de cuadros depresivos. Lo más importante, es que si una persona cree estar deprimida, busque ayuda profesional, o sea: que pida cita con un psicólogo que pueda remitirle con un psiquiatra, y que sea este quien defina la mejor terapia a seguir.