‘Las niñas’ es una película que se estrenó el pasado septiembre en los cines españolas. La ópera prima de Pilar Palomero ha cosechado diversos premios; el más reciente, el Premio Forqué en la categoría de Mejor Película. Se trata de un largometraje que bebe del cine francés, de esos en los que los personajes son su punto más enérgico, con las principales actuaciones de Andrea Fandos y de Natalia de Molina.

La cinta sigue muy de cerca a Celia, de once años. Ella estudia en un colegio de monjas en Zaragoza, y vive junto a su madre. Un día, irrumpe en su vida una nueva compañera proveniente de Barcelona. Juntas, se verán conducidas a una temprana adolescencia en la que se descubre que lo importante es, ante todo, encontrar tu propia voz en una sociedad que intenta arrebatártela sin pudor.

Una película en la que la sencillez agrada

‘Las niñas’ es una película que se asemeja al estilo del cine francés, siempre preocupado por una notable caracterización de los personajes. Por tanto, no es de extrañar que el argumento puede parecerle al espectador el punto más débil del largometraje. Carece de acción y mantiene siempre un ritmo constante; es una película que se centra en la evolución del individuo, en sus inquietudes, sus aspiraciones… Por tanto, la estructura conflictiva siempre está ahí presente, normalmente un conflicto interno que se ha de solucionar.

Y se va desarrollando de un modo aceptable. ‘Las niñas’ abre de un modo, y termina del mismo; pero la diferencia es notable: hay voz e ilusión. Hay una gran amalgama de temas: la familia monoparental, el descubrimiento de la adolescencia, las amistades inexorables, el rebelarse ante cualquier ofensa… Otro de los puntos favorables de la obra es esa muy buena ambientación en Zaragoza, recorriendo lugares míticos como el Parque Pignatelli o las calles céntricas. A eso se suma la cuidada cultura millenial de los 90, con la referencia a leyendas urbanas que giran en torno al sida.

Por otro lado, se percibe una buena evolución en la historia. Hay crecimiento, y está justificado; la infancia se deja atrás para llegar a otro puerto: la adolescencia. Esta es un personaje más, al fin y al cabo. La película gira en torno a ella. Habla de desinhibirse, liberarse, encontrar la voz, transformarse… Hay una gran cantidad de mensajes que calan directamente en el espectador.

Un elenco favorable

Siempre es mágico conocer nuevas promesas del cine. Es muy difícil llegar al espectador cuando no te conoce, cuando crees que eres inexperto. Sin embargo, en ‘Las niñas’ no se cumple este principio. Andrea Fandos, temprana en su profesión, es quien lleva las riendas del largometraje; es el mejor personaje, aquel que inspira y seduce al espectador. No es solo un personaje, sino que Celia va más allá: cualquiera podemos serlo. Ella se junta con personas más mayores, vive sus primeras veces, se rebela… Y no hay nada más anecdótico que esto; porque todos hemos pasado por la adolescencia. Su voz ha sido también la nuestra.

La otra actriz principal es la experimentada Natalia de Molina. En ‘Las niñas’, vuelve a ponerse en el papel de una madre, pero deja de lado el drama para centrarse en la rutina diaria, en la labor materna. Sí es cierto que es un papel algo difuminado, dado que no tiene tanta presencia como podría haberla tenido, pero sus intervenciones son siempre bienvenidas. Es una actriz versátil, y en esta película lo demuestra; es capaz incluso de conmover con lo más mundano y sencillo, capaz de demostrar cuán maternal puede ser.

Junto a Andrea Fandos, conforman un elenco protagonista espectacular, rico y potente. ‘Las niñas’ es una historia de mujeres, no hay presencia de hombres, y eso les da mayor protagonismo. Hablan de ellas, de sus experiencias, de sus aspiraciones… Natalia de Molina y Andrea Fandos enamoran fácilmente con su intervención en ‘Las niñas’. Y encabezan, además, un elenco variopinto y entretenido, en el que sobresale Zoe Arnao, cuyo papel es el de Brisa.

Canto a la libertad y a la feminidad

Pilar Palomero ha hecho un trabajo impecable en esta, su primera película. Está grabada con el formato 4:3, por lo que el efecto de inmersión en los 90 es más palpable, y en la película están muy presentes los planos secuencias, un formato arriesgado, pero siempre da resultados espectaculares. El guion, de la propia Palomero, hace muchos guiños a la época y deja reflexiones repletas de sentimientos cuyas frases deleitan y dan sobre qué pensar. No cabe duda de que estamos ante una asombrosa ópera prima.

‘Las niñas’ es un canto a la figura femenina, a la adolescencia y lo mucho que nos influye en nuestro futuro. Siempre con un tono en el que se aspira alzarse con la libertad, esta película de Pilar Palomero se define por su singularidad y simpleza. Con ella, por fin encontrarás tu voz.