‘Hielo y plata’ es la primera novela publicada de Alena Pons, quien ya había trabajado en el mundo editorial como editora. Nocturna Ediciones publicó este título en septiembre de 2020, demostrando lo mucho que saben mimar sus libros con ediciones detallistas y dinámicas. A pesar de sobrepasar las 600 páginas, ‘Hielo y plata’ no es una lectura cargante, sino todo lo contrario. Prometo que, de una sentada, dos sextas partes del libro se puede leer.
Con ‘Hielo y plata’, la catalana hace homenaje a su deporte favorito: el patinaje artístico. Dos hermanas son las protagonistas, Ari y Ana, cuyas vidas en el hielo siempre han sido opuestas. Ana lo tenía todo, mientras que Ari no podía avanzar en su carrera como patinadora. Al menos, hasta que todo cambia en una de las competiciones, donde a Ari le surge la oportunidad de dejarlo todo atrás y dedicarse en cuerpo y alma a su carrera en el hielo.
Una novela juvenil fresca
‘Hielo y plata’ es una novela fresca, cuyo ritmo de lectura avanza a trompicones por la gran capacidad de enganche que tiene. El argumento es muy mundano, realista, lo que hace que desde el primer capítulo congeniemos con los pensamientos de Ari, y conozcamos su rabia por ser siempre la segundona. A pesar de que el lector no cuente con los conocimientos necesarios sobre el patinaje artístico, la lectura no se hace tediosa, ya que estos tecnicismos se emplean de un modo en que el lector es capaz de hacerse la idea del movimiento. Y eso es de agradecer, claro, porque quien lee ‘Hielo y plata’ se siente en la propia pista de hielo e imagina a Ari haciendo cualquier movimiento mientras la música suena.
Con este libro también se aprende si no estás familiarizado con el patinaje artístico. Te adentra a los lugares más característicos de las competiciones, como el kiss and cry, o menciona cuáles son los movimientos más difíciles y que más reconocimiento merecen. Otro de los elementos que consiguen hacer de ‘Hielo y plata’ una novela apasionante es la inclusión del fenómeno fan; esto no será ‘Operación Triunfo’, pero el patinaje artístico se vive con la misma (o, quizás, mayor) intensidad que cuando estamos siguiendo el talent show.
Además, ‘Hielo y plata’ no solo se centra en la disciplina artística. Sí es el pilar que sustenta la novela, pero va más allá de eso, lo que provoca que la lectura no se haga en ningún momento monótona. De este modo, Alena Pons refleja el esfuerzo en la competición, el enamoramiento, las expectativas que tienen sobre nosotros, la presión, los problemas familiares, la homosexualidad o la valía personal. Una amalgama de temas que se van perfilando a su debido ritmo, y cuya inclusión supone una sensación más humana para la novela.
Dos hermanas y un destino
Alena Pons ha creado un rico elenco de personajes, en el que cada uno de ellos tiene su momento de brillar. Pero si hay dos que son clave, esas son Ari y Ana, el yin y el yan dentro de la pista del hielo.
Ari nunca ha tenido nada. Siempre se ha tenido que tragar sus celos por lo que conseguía su hermana. Pero llega un momento en el que no puede más, y quiere brillar porque cree tener el talento requerido. Es a partir del momento en el que se desprende de su familia cuando descubrimos a una Ari luchadora, incesante, trabajadora. La poca atención que le presta su familia la torna frágil, pero su llegada para convertirse en patinadora profesional demuestra el poderío que tiene la joven y su capacidad de luchar por sus sueños. Se percibe una atenta evolución en ella. El lector se siente irremediablemente unido con Ari, porque esas sensaciones de inferioridad las puede experimentar cualquiera, y ayuda a sentirse comprendido.
Por otro lado, Ana lo ha tenido siempre todo, ha estado constantemente bajo la presión familiar. Ha tenido que estar siempre a la altura, por supuesto; no podía permitirse ningún fallo. Por eso, cuando su hermana se despide, siente, en parte, frustración por no ser la mejor de la familia. Ana es un buen personaje que, a pesar de no llegar a la misma altura que Ari. Está humanizada y resulta cercana con el lector. Quizás un spin off con su historia, el saber cómo sufre la presión y las expectativas, podría tornarla en un personaje todavía más completo.
El elenco lo completan personajes que conforman amistades o familias, y cuyo papel es indispensable para que la novela avance. Hay amabilidad y simpatía, pero también desazón y maldad. Estos sentimientos perfilan unos personajes que rematan un elenco variopinto.
Precisión, riqueza y una edición impecable
‘Hielo y plata’ es un libro interesante y atractivo que está escrito con un estilo sencillo, pero atrapante. La forma en que Alena Pons narra el punto de vista es digno de mencionar, porque la humanidad siempre está presente en el personaje. De este modo, se hace mucho más completo y más próximo al lector, que es capaz de congeniar con aquello que la protagonista experimenta.
Las descripciones son detalladas, y dan una imagen general de aquello que se narra. Tiene una indudable capacidad de sumergimiento, dado que el lector se siente en la pista, con los focos apuntando a la patinadora, mientras la música suena. Eso es difícil de conseguir, pero la autora lo ha hecho. Por eso se disfruta tanto ‘Hielo y plata’: por la mágica sencillez, por la atmósfera absorbente y por la lograda humanidad. Por su parte, los diálogos hablan de las expectativas ya mencionadas, dan pie a situaciones románticas e incómodas, a la competitividad… Hay una amalgama de temas originales, y consiguen dotar de una voz lograda a cada uno de los personajes.
La edición también es lujosa. Solo hay que verla. No todo en ‘Hielo y plata’ es texto, así que se consigue que la lectura sea más ligera. Hay conversaciones de WhatsApp, entradas a foros, comunicados varios, podcasts transcritos… La atención dedicada a la novela es digna de mencionar. Solo por su aspecto externo, ya entran ganar de adentrarse en esta magnífica aventura de superación.
‘Hielo y plata’, de Alena Pons, es un libro único en el que el eje principal es el patinaje artístico, y a través del cual se perfila la valía personal, el esfuerzo y la recompensa. Un libro con un ritmo de lectura frenético, cuyos personajes enamoran por su marcada personalidad. Aunque no estés familiarizado con el patinaje artístico, leedlo; no os arrepentiréis. Y si os habéis quedado con ganas de más, podéis leer este febrero ‘Kiss & Cry’, de Andrea Tomé, que también ahonda en el patinaje artístico.
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