El cuarto episodio de ‘The Walking Dead’, que podrá verse doblado al castellano este lunes 28 de octubre en FOX, ha conseguido algo que muchos deseaban: que todo el mundo vuelva a hablar de Negan (Jeffrey Dean Morgan). Parece que su protagonismo se dispara esta temporada, así que todos estamos de enhorabuena por lo que comentaba en los primeros compases de la temporada… ¡Posibilidades! Cuidado con los spoilers a partir de este mismo momento.

Los Susurradores siguen atacando a las Comunidades… si es que son ellos. En fin, todos creemos que son ellos, los personajes creen que son ellos, los espectadores creemos que son ellos, pero el grupo liderado por Alpha (Samantha Morton) no ha dado la cara. Parece formar parte de su venganza por haber cruzado las fronteras (y por existir de una manera diferente a como existen ellos y amenazar, de esa manera, su propia existencia), pero se mantienen silenciosos, que es precisamente lo que algunos empiezan a pedir en Alexandria: que silencien a los Susurradores. Así se titula este cuarto episodio.

Como ninguno de ellos tiene posibilidad ni poder para hacerlos frente, muchos han decidido pagarlo con Lydia (Cassady McClincy). La joven quiere formar parte de las Comunidades, cree en su modo de vida y no parece pensar en su madre, pero no es suficiente para ser aceptada. Algunos la culpan de lo sucedido, como los seres humanos culpan a inocentes cercanos a los verdaderos culpables cuando no pueden pagarlo con estos últimos. Y el desprecio verbal da paso a la violencia. Lydia recibe una paliza que podría haber concluido en tragedia para ella… Y Negan la rescata. Es Negan quien la salva. Ya habíamos visto un contacto previo entre ellos y una conexión que parece sacar de quicio a Daryl (Norman Reedus), siempre pendiente y cercano con ella. Lydia lo agradece, pero no se distancia de Negan; al final, son dos marginados que no terminan de encontrar su sitio, pero que empiezan a creer que puede estar en ese lugar.

Negan defiende y salva a Lydia, pero se lleva por delante a uno de sus atacantes: Margo. Los miembros de Alexandria, que no han olvidado lo que hizo en su día, piden su cabeza. Tienen, claro, mucha menos información de la que tiene el espectador, que empieza a ver una cierta redención en un Negan demasiado orgulloso y burlón como para reconocerlo abiertamente, a pesar de que admite sin duda, y ante Daryl, lo ya comentado líneas más arriba: que empezaba a creer en su modo de vida. Al menos, hasta que las mismas personas que abogan por una convivencia pacífica piden su cabeza por hacer el bien, defender a una joven inocente e indefensa, aunque ese bien haya tenido consecuencias negativas, el asesinato involuntario de otra persona. El conflicto es evidente. Tienen que decidir si Negan merece el perdón por esa buena acción pero, aun más, tienen que decidir si ha cambiado, si merece ser uno de los suyos, si están dispuestos a perdonarlo verdaderamente. Del todo. Por todo.

Mientras tanto, Negan ha huido. Quién lo ha dejado escapar, por qué, qué hará entonces un personaje del que todos vuelven a hablar, que consigue que nos olvidemos por un momento de la continua amenaza de los Susurradores, lo sabremos en los próximos episodios.

En este, además, hemos visto uno de los momentos que más impactó a la audiencia cuando se lanzó el tráiler de la temporada: ese beso entre Michonne (Danai Gurira) y Ezekiel (Khary Payton). Solo responde a la desesperación del segundo, porque lo ha perdido todo y no es dueño de sus actos. Ezekiel no se siente un rey; se siente perdido, desorientado y sin razones para vivir. Michonne le encuentra en este momento de debilidad y le ayuda a hallar la manera de llevarlo, dejándonos de paso claro que no ha olvidado a Rick, que su pronta recuperación no fue más que una máscara que le ayudaba, precisamente, a superarlo, y que ella sí ha encontrado las ganas de vivir. Pero no olvida. Nosotros tampoco.