Israel Elejalde dirige ‘Traición’, una obra de teatro que, como tantas otras, no lo ha tenido nada fácil este año. Si bien su estreno estaba previsto para marzo, la crisis sanitaria provocó que este tuviera que aplazarse. Con todas las medidas de seguridad necesarias, ‘Traición’ ya ha llegado a Madrid. El Pavón Teatro Kamikaze ha vuelto a subir el telón y no podía haberlo hecho con una obra mejor. ‘Traición’ es todo lo que necesitaba el teatro para volver a abrir sus puertas con más fuerza que nunca.
Con una impecable dirección, Israel Elejalde vuelve por la puerta grande demostrando que el teatro está más vivo que nunca. Basándose en una de las obras más clásicas de Harold Pinter, Pablo Remón se ha encargado de esta versión y traducción que es ‘Traición’. La historia gira en torno a un triángulo amoroso. Emma (Irene Arcos) está casada con Robert (Raúl Arévalo), pero mantiene una relación con Jerry (Miki Esparbé), el mejor amigo de su marido. Una especie de juego del gato y el ratón con el espectador pero de manera diferente.
Amor, celos y rencor
Uno de los grandes aciertos de ‘Traición’ es la forma que tiene Harold Pinter de contar la historia. Para él, los años no van hacia delante ya que opta por ir desde el final de la historia hasta el origen de todo. Una manera muy original de introducir al espectador en la trama y hacerle totalmente partícipe de todo lo que ocurre sobre el escenario. Con la ayuda de los flashbacks el espectador irá conociendo a través de los años la historia entre Emma, Jerry y Robert y cómo llegaron al punto en el que se encuentran ahora. Pese a jugar con el pasado y el presente, lo hace tan bien que la obra es clara en todo momento.
Los tres personajes protagonistas son muy cercanos a cualquiera de nosotros, sus vivencias podrían ser las de cualquiera de los espectadores. Y esta sencillez y cercanía es la que hace que el público se sienta tan conectado con ‘Traición’. Y es que esta no es una obra cualquiera. A caballo entre el drama y la comedia, ‘Traición’ tiene mucho que decir para no dejar a nadie indiferente. Cuenta con un excelente guion lleno de diálogos y situaciones brillantes, así como una estupenda puesta en escena. Un humor sutil e inteligente que divertirá al público. Aunque dolorosa en partes, como la vida misma.
Es más, el espectáculo tiene un duración de 85 minutos pero se quedan cortos y te saben a poco, en el mejor de los sentidos. Tiene unos personajes tan buenos -y tan bien interpretados- que el espectador se queda con ganas de conocerlos mucho más. Podría pasar mucho más tiempo sentada en mi butaca pendiente de las vidas de Jerry, Robert y Emma. Todo ello, por supuesto, gracias a unos magníficos Miki Esparbé, Irene Arcos y Raúl Arévalo.
Sus interpretaciones son completamente cautivadoras y no podrás dejar de mirar y analizar lo que pasa en todo momento. El trabajo que realizan sobre el escenario es brillante, incluso cuando no mantienen ningún diálogo. Las miradas, los gestos y los silencios son igual de importantes. Porque a veces ellos también se convierten en espectadores de su propia historia. Los tres actores hacen suyos a sus respectivos personajes, embarcando al público en un viaje de emociones. Un trío interpretativo perfecto para este triángulo amoroso.
Otro de los grandes aciertos de ‘Traición’, es la presencia de música en directo. Lucía Rey es la pianista que le da el toque musical necesario a esta obra. Sin sus acertadas notas en el momento adecuado, la obra no sería la misma. Con todo lo mencionado es como se construye una buena obra como esta, una gran opción para volver de nuevo a disfrutar del teatro. ‘Traición’ se representará en el Pavón Teatro Kamikaze hasra el próximo 4 de octubre. Después de varios minutos de aplausos, fue inevitable emocionarse y que la piel se me pusiera de gallina al ser consciente de dónde estaba. Un público concienciado y entregado que apuesta por la cultura segura.
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