Las cortinas se vienen utilizando desde la antigüedad, precisamente con una función primordial de evitar el paso de insectos. Aunque, ya en el antiguo Egipto y en Grecia comenzaron a utilizarse para separar espacios y como elemento decorativo. En cualquier caso, siempre han constado de una sencilla estructura de fácil instalación.

Dicha estructura consta, por lo general, de una barra superior, dos enganches y una hilera de tiras de diferente material. Son esas tiras precisamente las que crean la barrera para que no pasen las moscas y otros insectos. Hay diferentes modelos de cortinas antimoscas, en este enlace tienes acceso a la variedad de materiales y modelos.

Dónde se usan más a menudo

Su uso en las viviendas siempre ha sido y sigue siendo muy habitual. No solo se colocan a las puertas de acceso a la vivienda para mantener fuera a los insectos, también se han convertido en un elemento estético. Aunque tradicionalmente, las cortinas antimoscas se han colocado preferentemente en las cocinas.

Sin embargo, estas cortinas se pueden utilizar en cualquier estancia, ya que, además de cumplir con su función original, también dan un toque personal al espacio. No obstante, de manera general, las cortinas antimoscas se suelen colocar en las zonas de la casa con salida al exterior.

Las puertas de acceso a zonas ajardinadas, que son perfectas para atraer insectos, son las más indicadas para colocar este tipo de cortinas. Cabe decir también, que estas cortinas, no solo se utilizan a nivel doméstico. Numerosos establecimientos como tiendas y restaurantes hacen uso habitual de ellas para evitar la presencia de insectos molestos en el interior.

Ventajas de las cortinas antimoscas

Además de mantener alejados a los insectos y añadir un toque estético a la estancia, este tipo de cortinas aportan otras ventajas menos evidentes. A fin de cuentas, se trata de un elemento versátil, que no solo se puede personalizar, sino que también cumple con otras funciones importantes allí donde se colocan.

• Eficiencia energética. Quizá pienses que una cortina antimoscas no puede funcionar como aislante térmico, sin embargo, así es. Estas cortinas mantienen a raya tanto el calor como el frío del exterior, sobre todo, si son de PVC. Además, si están compuestas de tiras transparentes, podrás aprovechar la luz solar aumentando el ahorro energético.
• Mayor privacidad. Una de las ventajas de las cortinas antimoscas es que, la visión desde dentro hacia afuera es muy buena, pero de fuera hacia dentro no. Esto garantiza la privacidad si se colocan en las puertas de acceso a la vivienda. Lo mismo si las eliges para la puerta que da al jardín o la terraza.

Tipos y materiales más utilizados

Sabiendo que las cortinas antimoscas se pueden personalizar en relación con las medidas, el diseño y los materiales, vamos a enumerar los diferentes tipos. Por un lado, en cuanto a la estructura fija, las cortinas antimoscas pueden ser de aluminio, de PVC y de canutillo. También las hay de madera o bambú, aunque suelen ser más caras.

• Cortina antimoscas de PVC. Junto con las de aluminio, son el tipo más demandado, sobre todo si demás se necesita aislamiento térmico. Una de las ventajas del PVC es que permite tantos formatos y diseños como se desee. Esta es una de las características por las que son tan populares. Las hay de diferentes combinaciones de color y distintas medidas, lisas o con formas, etc. Las cortinas  de canutillo son generalmente de este material.
• Cortina antimoscas de aluminio. El siguiente modelo más popular son las cortinas de aluminio. Son de gran calidad y fácil instalación, además de tener un precio muy competitivo. Son muy higiénicas, y también se pueden escoger en diferentes colores y tamaños. Lo más habitual es que las cintas de este tipo de cortinas sean en forma de cadena.

Cómo hacer la instalación

Además de ser un producto económico, su instalación es bastante sencilla. El primer paso, antes de instalarlas, o incluso comprarlas, es tomar las medidas. Si se van a colocar fuera del hueco de la puerta, se ha de medir el ancho y el largo, añadiendo 4 o 5 cm a cada lado. De esta forma se podrá cubrir el hueco completo.

Si, por el contrario, la instalación se va a llevar a cabo en el hueco ce la puerta, se ha de medir también el ancho y el alto, pero restando 1 cm a cada lado. De esta forma podrá encajar a la perfección. Este punto es clave para que la cortina quede bien colocada y haga su función correctamente.

El siguiente paso que te da www.persianasalicantinas.com es hacer un par de orificios bien nivelados, donde se colocarán dos alcayatas. Una vez colocadas, se podrá colgar la cortina antimoscas elegida. En resumen, la instalación no podía ser más fácil, rápida y barata. No hace falta ningún profesional para instalarla, de hecho, lo puede hacer prácticamente cualquiera.