Aquellos que echaban de menos las batallas, las traiciones y las complicaciones en el inicio de la sexta temporada de ‘Vikings’, deben estar contentos con su tercer episodio. Después de que en el primero nos situaran en el tiempo y nos presentaran el punto desde el que parte cada personaje y de que en el segundo se comenzara a caldear el ambiente, ha llegado el momento de la acción. Se acabó la vida bucólica en el campo y el reinado tranquilo. La vida de los vikingos nunca fue calmada y menos si hablamos de la familia de Ragnar Lothbrok, siempre en el punto de mira y con objetivos lejos de la comodidad. 

El tercer capítulo de la temporada nos mete de lleno en ese ritmo frenético que generalmente relacionamos con la serie. Aunque por ahora no hemos vivido un episodio completo de batalla, la acción ha comenzado. Por un lado, Ivar avanza a pasos agigantados en su camino hacia Kattegat y la reconquista y, por otro, tenemos a Björn Ironside rescatando -o intentándolo- al ‘rey’ Harald. Todo ello con Hvitserk sufriendo una caída a los infiernos que nunca antes habíamos visto en la ficción del Canal Historia, con Lagertha comenzando una nueva vida y con Übbe y Torvi convirtiéndose en los exploradores que siempre habían soñado ser. 

Si bien es cierto que este arranque de temporada es el peor de lo que llevamos de serie y que la marcha de Ragnar Lothbrok sigue pesando, conforme vamos avanzando las nuevas historias van ganando en interés. Habrá que esperar unos cuantos capítulos más para saber si la tendencia de mejora de esta sexta y última entrega se mantiene o si, por el contrario, ‘Vikings’ se despide de capa caída. Pero por ahora, hablemos de este tercer episodio que tanto nos ha contado. 

Cuidado, a partir de este punto el artículo deja de estar libre de spoilers. 

Traiciones y malas decisiones

El príncipe-profeta Oleg ha demostrado que es de traición fácil, así que no cuento con la tortura a su hermano. Supongo que hemos topado con un ser más despiadado que Ivar, y eso ya es decir. En el hijo pequeño de Ragnar Lothbrok encontramos un por qué, esa falta de cariño y comprensión que siempre ha sentido, pero me cuesta empatizar con un Oleg al que simplemente veo malo y narcisista. 

En realidad, yo venía a hablar de traiciones y malas decisiones, y todas ellas se concentran en la figura de Björn Ironside. Haciendo oídos sordos a todos los consejos que ha recibido por parte de su familia, el actual rey de Kattegat opta por viajar al terreno del rey Olaf para salvar a Harald. Pese a que su intención inicial es abrir Kattegat al comercio y convertirla en una ciudad próspera lejos de la batalla, termina viéndose sumido en una a gran escala. Lo que para él iba a ser una conquista fácil, en realidad es una trampa que le cuesta la vida a casi todos sus hombres. 

Atrapado entre el mar y el fuego, probablemente ni siquiera recuerde la gran traición que ha protagonizado antes de dejar Kattegat. Finalmente, y tal y como parecía que iba a ocurrir, Björn cae rendido ante los encantos de Ingrid y yace con ella, mientras Gunnhild, embarazada de su primer hijo, trata de salvar a Hvitserk de sus propios demonios. Las malas decisiones y las traiciones están llevando ya a Björn por un camino que, en teoría, no se planteaba transitar. Lo que aparentemente iba a ser un reino tranquilo se está convirtiendo poco a poco en su condena. 

Un regreso imprescindible y la madurez merecida

En paralelo a esta derrota y a esta traición, Lagertha tiene que recuperar su espalda y su alma guerrera para protegerse y proteger a los suyos. Su vida tranquila en el campo ha durado poco más de dos episodios. Los secuaces de Ivar que fueron desterrados de Kattegat ya la han encontrado y han comenzado su ataque, sabedores de que la que fuera mujer de Ragnar había enterrado las armas. Hace tiempo que confesó estar cansada de batallas y de guerras, pero tendrá que protagonizar una más por su bien y por el bien de las personas que quiere, sobre todo de sus dos nietos, de los que ahora cuida. 

Este regreso de la Lagertha guerrera es imprescindible para el funcionamiento de la sexta y última temporada de ‘Vikings’. Verla feliz y relajada está bien, quizá para un final o una despedida, pero para que la serie realmente atrape y tenga éxito necesitamos a la Lagertha que siempre hemos conocido. Ahora que parece que está de vuelta, hasta los más desencantados han recuperado parte de la esperanza. 

Su regreso es, sin duda, la gran noticia de este tercer episodio, en el que también he disfrutado especialmente de la confirmación de la madurez de Übbe y Torvi. Dos personajes que, en cierta manera, siempre se habían mantenido en la sombra y que, por momentos, también habían sido erráticos, se encontraron y juntos han hecho lo propio con su camino. En él veo a un líder, a un rey, a un hombre maduro y seguro de lo que hace y de por qué lo hace, y en ella veo una mujer de las mismas características. Espero que esta sexta temporada les ofrezca el espacio y la justicia que merecen y que, por ahora, están recibiendo.