Cuidado, el artículo puede estar plagado de spoilers. 

Si esperabas que la primera temporada de ‘Watchmen’ terminara con un capítulo repleto de respuestas y que cerrara a la perfección ese círculo intertemporal que se ha ido construyendo a lo largo de la misma, una vez más estabas equivocado. Todo parecía indicar que efectivamente tendríamos respuestas a todas nuestras preguntas y que la historia de Angela Abar y compañía terminaría sin ningún cabo suelto, especialmente teniendo en cuenta que no hay una segunda entrega confirmada. Sin embargo, aunque por momentos he llegado a pensar que esto iba a ocurrir, el último episodio me ha dejado con una incógnita mucho más grande que todas las que me he planteado anteriormente. 

Ahora sí, Doctor Manhattan ha muerto. Pero no a manos de la Kaballería, sino de Lady Trieu, la ambiciosa e inteligente hija de Ozymandias. Toda esta trama de padre-hija ha sido una de las grandes sorpresas del capítulo, especialmente cuando hemos sabido que la científica tenía petrificado a su padre en el jardín. Al parecer, todo lo que hemos visto de Adrian Veidt durante esta primera temporada ocurrió hace tiempo, unos 10 años atrás. Un último juego con el pasado y con esos flashbacks a los que tanto se ha recurrido en esta entrega y que, como no podía ser de otra manera, ha seguido la senda del triunfo. 

En fin, vuelvo a lo que decía. Doctor Manhattan ha muerto delante de los ojos de su amor, Angela. Sabía que iba a ocurrir y que iba a hacerlo de esa manera. Sabía que el senador Keene no iba a ser más que su captor, que no triunfaría. Conocía todos los detalles de su dolorosa y traumática muerte. Y no hizo nada. Porque también era consciente de que Lady Trieu no conseguiría hacerse con su poder y que -aparentemente- moriría en el intento. Pero entonces, si siempre supo esto, porque para algo es un dios, ¿por qué no hizo nada para cambiarlo?

Todo es parte de un plan que nunca termina

“Nada termina nunca”. Una de las frases más míticas de la ‘Watchmen’ original que bien podríamos utilizar para definir este último capítulo. Con la muerte de Doctor Manhattan y la derrota de Lady Trieu, además de la detención de Adrian Veidt, todas las tramas podrían haber quedado cerradas. Al no tener confirmación de que vaya a haber una segunda temporada, esto sería lo esperable. Que la serie dijera adiós de manera firme, con todas las puertas cerradas. ¿Pero desde cuándo ‘Watchmen’ ha ido a por lo que esperamos?

En los últimos compases de este episodio comprendemos que nada ha terminado y que todo formaba parte de un plan muy bien elaborado -como casi siempre- por Doctor Manhattan. Según nos hacen creer, el dios ha dejado todo su poder en un huevo que Angela se come, para convertirse así en la nueva deidad, en el ser más poderoso del universo. Este podría haber sido su gran objetivo desde que la conoció, dejar su legado en buenas manos, convertirla en lo que es él. 

O no. Porque la última escena nos deja, una vez más, con la incógnita. Angela se dispone a caminar sobre el agua para comprobar si esos supuestos poderes le han sido transmitidos cuando… Adiós. Se acabó. Hasta pronto o hasta siempre. Así nos dejan, con la duda. Con la teoría a flor de piel. ¿Será todo parte de un gran plan o seremos nosotros los que ya conspiramos por naturaleza? Y lo más importante… ¿Llegaremos a saberlo?

Un capítulo final algo flojo

Empieza bien, con la historia de Lady Trieu y Ozymandias. Pero he de admitir que este último episodio no ha terminado de entusiasmarme. Supongo que porque los dos anteriores me parecieron sublimes y esperaba algo incluso mejor. Una vez más, las expectativas juegan una mala pasada. 

Aunque todo esto del gran plan y el final abierto es un acierto, así como el viaje al pasado que acabo de mencionar, siento que el capítulo es demasiado predecible en algunos puntos. Siento que han ido a cerrar todo de manera lógica y que ha sido demasiado ‘calmado’. Me esperaba más tensión y me esperaba mucho más de Angela. La auténtica protagonista de esta primera temporada de ‘Watchmen’ se me ha quedado al borde del estallido, al borde de un Big Bang que también esperaba que llegara en este episodio. Expectativas. 

No es un mal cierre, desde luego. Que no se saque eso de mis palabras. Pero teniendo en cuenta que estamos ante una de las mejores series de ciencia ficción de los últimos tiempos… Se me queda frío. Se me queda a medio camino. Y me deja esperando mi recompensa en forma de segunda temporada.