Cuando ETA eligió matar. Este es el eslogan o el enunciado con el que Movistar+ ha decidido promocionar ‘La línea invisible’, serie dirigida por Mariano Barroso que la plataforma estrena este 8 de abril. Y es que, durante sus seis episodios, el director catalán nos acompaña en un camino que nos lleva precisamente al momento en el que la banda terrorista apostó por la lucha armada. A través de figuras como la de Txabi Etxebarrieta, Barroso nos entrega un relato respetuoso y honesto en el que no sólo se nos permite conocer los orígenes de la banda, sino también encontrar la explicación, el por qué decidieron tomar una dirección en lugar de otra. Todo ello, incluyendo diferentes puntos de vista, también el del régimen franquista y también el de las víctimas inocentes.
Àlex Monner es el encargado de dar vida al líder de la banda terrorista, a un joven Etxebarrieta que tenía un futuro brillante en sus manos y una sensibilidad brutal que choca enormemente con las acciones que terminó llevando a cabo. Hemos tenido la oportunidad de hablar con el actor, que en ‘La línea invisible’ vuelve a regalarnos una interpretación magnífica, sobre cómo construyó el personaje y cómo se introdujo en su historia y en la historia más reciente de Euskadi.
-Empecemos por el principio. ¿Cómo llegó a ti ‘La línea invisible’? ¿Qué te hizo querer formar parte de esta serie?
“Me llegó, supongo, de manos de Rafa Portela, productor con el que trabajé en ‘La propera pell’. Todo lo que tenía relación con el proyecto me gustaba: el elenco con el que me tocaría trabajar, el hecho de que lo dirigiera Mariano, el hecho de que lo produjera Movistar+, la historia que íbamos a contar… Todo eran pros”.
-¿Cómo fue tu proceso de documentación? ETA no es algo nuevo para nadie, pero sus orígenes sí pueden serlo para muchos. ¿Qué conocías de la organización, de la época, etc.?
“Me compré un libro de la biografía de Txabi, donde se explicaba su vida y de dónde surgía su ideología, sus poemas, etc. Estudié el guión y la situación de las escenas en casa de mis abuelos maternos, en Azpeitia. Lo que más conocía de la banda era las épocas más sanguinarias que tuvieron en los ochenta y noventa, hace un par de años descubrí unos documentales que hay colgados en YouTube sobre la historia reciente de España y allí fue donde descubrí lo relevante que había sido la figura de la organización en el transcurso social del país, flipé en colores de todo lo que llegaron a matar y hasta dónde pusieron al gobierno contra las cuerdas”.
-¿Y cómo te acercaste a tu personaje? ¿Cómo has tratado de conocerlo?
“Fundamentalmente, intentando explicar lo mejor posible lo que cada escena requería, en el sentido de que el hecho de que Txabi hubiera existido de verdad fue perdiendo peso para mí durante el transcurso del rodaje. Lo más importante era descubrir el Txabi que había dentro de la serie, no el que yo me imaginaba que había existido en la realidad”.
-Encuentro tu interpretación completamente honesta. ¿Cuáles fueron para ti las claves a la hora de dar vida a Txabi? No es fácil contar una historia que aún sigue doliendo a unos y a otros.
“Las clave estuvo en intentar conectar con el Txabi que llevaba dentro en cada palabra que decía, en intentar creerme cada situación que el personaje vivía como si estuviera pasando absolutamente de verdad. En intentar ser él, vaya… Que es en lo que se basa muy obviamente la interpretación, no hay mucho más secreto”.
-Este personaje, esta persona continúa estando rodeada de cierta mística. ¿Cómo es Txabi Etxebarrieta?
“La verdad es que no lo sé muy bien. Creo que una de las caras del personaje que creé acabó siendo la de alguien que no sabe muy bien quién es y se deja arrastrar por la vida como si no fuera exactamente él la que la está viviendo. Viendo la serie veo a un tipo superado enfrentándose a una situación muy extrema, quizás demasiado incluso para él”.
-Además, la esencia del País Vasco y de sus gentes está presente en todo momento. ¿Cómo captasteis eso y lo llevasteis a la pantalla?
“Yo en mi caso, como contaba antes, sensibilizándome con el entorno antes de empezar el rodaje. Con sus colores, sus olores, su gente y su acento, su comida, etc”.
-Tengo la sensación de que ‘La línea invisible’ deja un importante espacio al espectador para que analice, señale él mismo los errores y los aciertos, saque conclusiones… ¿Qué te gustaría que sacara el público de la serie?
“Nada en concreto, me gustará ver las diferentes opiniones que surjan”.
-Y tú, ¿qué has sacado de ‘La línea invisible’ a nivel profesional y personal?
“Mi primera vivencia profesional en mi segunda tierra”.
-Te atreves con personajes muy dispares y cuanto menos complejos. ¿Qué retos te marcas como actor de aquí en adelante?
“El que venga, no tengo predilección por ningún tipo de personaje en concreto”.
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