Antonio de la Torre

Mariano Barroso y Movistar+ han reunido a uno de los repartos más completos que ha visto nuestra ficción televisiva en los últimos años. En ‘La línea invisible’, que se estrena el próximo 8 de abril, vemos a algunos de los mejores actores jóvenes de nuestro país, como es el caso de Àlex Monner y Anna Castillo, junto al que para muchos es el mejor intérprete español del momento: Antonio de la Torre. El actor malagueño, el más nominado en la historia de los Goya, se mete aquí en la piel de Melitón Manzanas, policía español que durante la dictadura de Franco torturó a numerosos opositores en Euskadi. 

Un personaje para nada amable al que Antonio de la Torre se acerca respetando su máxima de no juzgar nunca a sus personajes. Hemos hablado con él sobre esto y sobre cómo ha construido a Melitón. Lo hemos hecho en una conversación telefónica en la que, como siempre, el actor ha contestado con una sinceridad a la que muchos otros no nos tienen acostumbrados, sin tener problema a la hora de mojarse en un tema tan sensible como es la banda terrorista ETA

-Hacía mucho que no te veíamos en televisión con un papel regular, desde ‘El Infiltrado’. ¿Qué te hizo querer formar parte de ‘La línea invisible’? ¿Cómo recuerdas ese primer contacto con el guión?

“Más que un encuentro con un guión, fue una llamada de Mariano Barroso, que me propuso hacer una mini-serie de cuatro o cinco capítulos sobre ETA. Me ofreció hacer el papel de Melitón Manzanas. Y, bueno, la dirigía él. Y la verdad es que los tres elementos me parecieron cojonudos. Me interesó mucho el tema, me interesó mucho mi personaje, me parecía que era una cosa muy interesante de hacer, y el hecho de que la dirigiera Mariano me parecía una garantía”. 

-Todos hemos estudiado el tardofranquismo y hemos vivido, más de lejos o más de cerca, las acciones de ETA. La organización no es una desconocida para nadie, pero quizá sus orígenes sí. ¿Qué sabías de ella? ¿Cómo fue tu proceso de documentación? Nos ha comentado Mariano Barroso que los propios actores habéis tenido un papel muy importante en esta documentación y en la creación de los personajes.

“Yo entiendo que siempre es así. Tal y como reconoce la Asociación de Intérpretes, el actor aporta, tiene una aportación creativa, va algo más allá de donde llega el guión. Creo que siempre tiene que ser así. Hay algo ahí, donde nunca llega un guionista o un director, que tu como actor estás ahí. Dándole un alma y yéndote a un lugar, que entiendo que aportas. En mi caso, la manera de trabajármelo, fue como intento hacer siempre cuando es un personaje así, con una historia más o menos real o basada en hechos reales. Intenté contactar con su familia, a través de un periodista amigo mío, Carmelo Jordá, que se vio con su hija y le propuso que yo fuera a verla. Luego ella declinó la invitación, porque le removía mucho el tema, cosa que comprendo por otro lado. Pero bueno, le contó cosas de él, como padre a ojos de ella era modélico, era un padre estupendo. Y eso, por un lado, a mí me pareció que era muy importante, sobre todo en la parte familiar del personaje, reforzar ese punto de vista. Me parecía que eso tenía que ser así. Y así lo hemos intentado, no sé si lo habremos conseguido. Y luego, por otro lado, el gobierno vasco encargó a un equipo de abogados, de forenses, que hiciera un estudio sobre los torturados en Euskadi, que han sido 3.5000 desde el año 1968 hasta casi el 2000 y pico. Muchos de estos, afortunadamente, aún viven, aseguran que conocieron a Melitón, algunos aseguran que sufrieron torturas directamente de él. Y este era otro punto de vista, también, sobre el tema. Con todo esto y a través de mi viaje, he intentado componer este relato de Melitón”. 

Antonio de la Torre

-Por todos es sabido que una de tus máximas es no juzgar nunca a tus personajes. Pero, ¿quién es Melitón Manzanas para ti? 

“Melitón Manzanas era un torturador franquista, pero para mí, como yo lo he abordado, es un hombre que también amaba a su familia, que hacía lo que él creía que tenía que hacer y que tenía sus razones. Yo siempre digo que la violencia nunca tiene justificación, pero sí explicación. Si tú me dices que lo analice desde la perspectiva de la historia, desde el lugar en el que estoy, pues era alguien que contribuía al servicio del régimen. Un régimen que era una dictadura y que oprimió a mucha gente. Un sistema que salió del golpe de Estado ilegítimo. Ahora, si me preguntas por cómo yo lo abordé y cómo yo lo construí, pues claro… Lo hice desde dentro, como alguien que hacía lo que tenía que hacer. Él estaba ahí, había vivido ese momento, estaba en ese lugar y se había posicionado de esa manera. Me sale darte dos respuestas, la de Antonio de la Torre ciudadano y la de Antonio de la Torre actor”. 

-Además de que creo que se toca y se refleja el tema de manera muy honesta y respetuosa, no veo intención de aleccionar en la serie, sino que siento que hay un importante espacio para que sea el espectador el que reflexione y saque conclusiones. El que señale los errores de unos y de otros, los defectos de unos y de otros, ¿no?

“Mariano Barroso me parece un hombre que cuenta historias en ese sentido. Creo que tiene suficiente honestidad intelectual y artística como para no intentar venderle burras a los espectadores. Y yo creo que las historias tienen que ser así, tienen que permitir que el espectador ponga su parte. Esto para mí es básico, perdona que hable así, como casi dándolo por sentado. Porque si no se hace un retrato un poco maniqueo. Vuelvo un poco a lo que te decía antes. La manera de construir el personaje… A mí muchas veces me entra la risa cuando, con otros trabajos, me hablan del ‘malo’. El malo, el bien y el mal, estos conceptos… También dependen del punto de vista”. 

Antonio de la Torre

-¿Qué te gustaría que sacara el espectador de ‘La línea invisible’?

“Que la violencia nunca es una forma de resolver ningún conflicto. Que no hay nada más grandioso que la vida y nada justifica acabar con esto, el mayor bien que tenemos. Y estos días lo sabemos bien, también”. 

-Y tú, a nivel personal y profesional, ¿qué has sacado de la serie?

“Saber más de Euskadi, de aquella época, de cómo surgió todo… Aprender un poquito más del país en el que vivo y del mundo en el que vivo”.  

-Y, en referencia al boom de la ficción televisiva y al papel de las plataformas, ¿cómo valoras el trabajo de Movistar+ con respecto al producto nacional? 

“Tampoco controlo tanto. Honestamente, tengo dos niños pequeños y no te creas que veo tanta cosa… (Risas) Veo poca cosa. Sí que me consta lo que me dices, sé de lo que me estás hablando y soy consciente de que ha habido un cambio en el paradigma de la industria. Han surgido muchas mini-series de este tipo, con mucho tiempo de rodaje, con cuidado… La sensación que tengo es que se trata de una oportunidad maravillosa para hacer trabajos muy buenos. Para mí, esta serie ha sido como una película larga. Recuerdo una secuencia de tortura que nos tiramos un día entero haciéndola. Esos tiempos son típicos de cine. Y esto no era habitual en otros productos televisivos. Es un formato fantástico y de mucha calidad”. 

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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