Aunque nuestra intención es analizar ‘Matrimonio por sorpresa’ de semana en semana, para poder tener mucho más material a diseccionar, hemos decidido hacer una mención especial a este segundo capítulo porque aquí ha empezado lo entretenido. Hay un secreto que varios personajes guardan. Como espectadores, conocemos ese secreto. Así que resulta mucho más divertido todo el juego y todas las interacciones que realizan los personajes. ¿Por qué? Porque sabemos lo que ni Münir, ni Adile saben. Nos hace cómplices de sus protagonistas y eso es algo que como audiencia nos implica mucho más.

Tarik e Itir regresan a casa, a su barrio, a esa zona de confort en la que todos, siempre, estamos tranquilos. Y lo hacen sabiendo del orgullo que sus familias sienten por ellos. Conscientes del secreto que guardan, los vemos intentando forjar una sonrisa en el rostro de todos. Olvidándose, por un momento, de ellos mismos. Olvidan quiénes son y qué necesitan para poder solucionar un conflicto en el que pueden perder demasiado. Pero resulta interesante como comprenden y aceptan los puntos negativos de sus progenitores. Algo que no les pesa de momento. Y confrontan con optimismo. Nos trasladan confianza.

El amor, siempre un conflicto

En ‘Matrimonio por sorpresa’ el conflicto es el amor. Aunque sea uno del pasado. Y gira todo entorno a él. A ese problema que generó y todo lo que ha ido provocando con el paso de los años. Los resquicios que quedaron y que no se limpiaron con la precisión suficiente. Y que ahora solo alejan a dos personas enamoradas como Tarik e Itir. Porque, aunque ellos estén juntos, pesa no poder decirlo alto y claro. Y tengo la sensación que, todo esto, acarreará tramas interesantes. Porque el paso del tiempo pesa y mucho. Y la opinión de un padre o de una madre, mucho más.

Tarik e Itir, cómplices en ‘Matrimonio por sorpresa’

Destaco la complicidad de ambos personajes. Y lo destaco porque, normalmente, estamos acostumbrados a ver la historia evolucionando de diferente manera. Chocan, se conocen, viven un flechazo y vamos sorteando encuentros fortuitos o desafortunados hasta que son conscientes del enamoramiento. Y este proceso nos ayuda, como espectadores, a sentirnos mucho más implicados. Pero, en este caso, está todo hecho según empieza la historia. Así que nos vemos frente a una pareja junta, enamorada y casada.

Me han gustado las escenas con la música de fondo, susurrando las canciones y mirándose el uno al otro. Porque ha sido en ese momento cuando he visto la calidez que necesita una historia como esta. He visto esa complicidad necesaria para que pueda unirme a esta pareja.

Can Yaman y Selen Soyder me facilitan enormemente introducirme en todo lo que nos quieren contar dentro de ‘Matrimonio por sorpresa’.