‘Shiva Baby’, es el debut como directora de la canadiense Emma Seligman. Una comedia tan hilarante como incómoda y que nos lleva hasta a una joven protagonista que observa como colisionan dos facetas muy distintas de sí misma. Su ex novia y su amante en un shiva (funeral judío). Y todo ello delante de sus padres y de la pareja de su nuevo amante.

Basada en su cortometraje homónimo e inspirada en experiencias de la direcrtora, la película es un testamento generacional que habla de la familia, la tradición y la seguridad sexual de las mujeres. “Este punto de inflexión en la vida de Danielle me ha permitido contar la impotencia y fragilidad que sentí durante mi adolescencia y mi etapa universitaria“, afirma Seligman, que ha contado en el papel protagonista con la actriz Rachel Sennott (“Tahara”). Una actriz que resulta ser todo un descubrimiento.

‘Shiva Baby’ nos narra un día cualquiera en la que decides volver al pasado de la mano de tus padres, reunirte con aquellas personas que ya poco tienen que ver contigo y esquivar susurros y miradas furtivas. Una comedia que narra como, a veces, es complicado ser la persona que esperan que seas. Y como la sociedad dedica gran parte de su tiempo en instigarte y presionarte con aquello que creen que te hará feliz. Lo importante de las apariencias.

Danielle hace un recorrido bestial por las amigas y por los familiares. Sin perder nunca la esperanza de encontrar a alguien que escuche. Pero resulta complicado. Por lo tanto las mentiras van creciendo con el paso de los minutos. Y suelen tener las piernas demasiado cortas. Provocando un dolor desgarrador en cuanto la verdad abre la puerta.

‘Shiva Baby’, un relato brillante

‘Shiva Baby’ va de la vida. De la que queremos vivir y de la que quieren que vivamos. Lo que nos dicen que está bien pero no nos hace felices. De las habladurías y la falta de empatía. Con este largometraje viajamos al pasado de forma dramática y a la vez con una carga perfecta de humor. Porque la joven Danielle lucha por mantener diferentes versiones de sí misma cuando se topa con su atractivo amante, su pareja y su bebé en un shiva judío con sus padres. Por si fuese poco, en la fiesta también está su acomplejada exnovia. En este shiva se comen zascas a velocidad crucero donde la honestidad se escapa por el desagüe.