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‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’, para cualquier día

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Es normal que te plantees si ‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña‘ (1995) podría gustarte. Tiene un título curioso, cuanto menos. Y cuando uno descubre su sinopsis puede entrecerrar los ojos y preguntarse si una película así podría gustarle, a no ser que decididamente te gusten películas así. Así, en este contexto: sencillas, casi simples, aparentemente difíciles de llevar a una hora de metraje. Incluso durante sus primeros minutos, puedes llegar a pensar: imposible. Esto va a aburrirme. Puede ser normal. Mi consejo es que acudas a tu cita con esta película con la tranquilidad de quien está a punto de descubrir una obra curiosa, como su título. Y pensando que, sí, puede llegar a gustarte. Mucho.

Así es ‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’

‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’ nos traslada al año 1917. Narra la historia del pequeño pueblo galés de Fynnon Garw, que está muy orgulloso de tener la que sus habitantes llaman “la primera montaña de Gales”. Cuando dos cartógrafos llegan al lugar para hacer las mediciones oportunas, por encargo del gobierno inglés, que quiere un nuevo mapa de Gales, el resultado indica que no es una montaña. Es una colina. Claro que esa gente orgullosa de tener la primera montaña de Gales, no admite el veredicto, y en los días posteriores se esfuerzan por corregir ese error. A su manera.


El inglés que subió una colina pero bajó una montaña (2)

Esta historia, que es verdaderamente muy sencilla, tiene desde el principio ese aire de basada en hechos reales. A medida que te adentras en ella comprendes que es muy complicado que un ser humano haya inventado semejante acontecimiento. Te dices que es más probable que lo haya vivido. Efectivamente: está basada en hechos reales.

Y además de ser un homenaje a los soldados que combatieron en la Primera Guerra Mundial, es la historia de un pueblo de carácter auténtico. Que amaba aquello que les hacía ser quienes eran, y que estaban dispuestos a defenderlo hasta el final. Esta película es, con todo esto, una de las películas más redondas con las que un espectador ávido de nuevas historias puede encontrarse. Porque dentro de su sencillez sigue un recorrido completo: nace, crece y muere, y cuando muere lo hace promoviendo un nuevo principio. Y todas las etapas que se recorren son satisfactorias.

‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’ está protagonizada por Hugh Grant, que por entonces tenía los ojos azules más brillantes del mundo del cine. A su lado, Tara Fitzgerald, Colm Meaney o Ian Hart consiguen un reparto variado que está, en todo momento, divertido y comprometido con la historia a contar. Esta película es, en efecto, divertida. No solo de sonrisa: también de carcajada.

¿Por qué la recomiendo?

En un momento en que sentimos que el mundo tras el cristal no está pasando por su mejor momento, es importante que aprendamos a cuidar de nosotros mismos. En este sentido, el cine siempre ha sido un buen refugio, para vivir otras historias que nos evaden o para reconciliarnos con lo que tenemos que fuera. Quería recomendar, en este miércoles del enero más raro de nuestras vidas, una película sencilla, bonita y divertida como ‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’, porque creo que es lo que necesitamos la mayoría.


El inglés que subió una colina pero bajó una montaña

Es una película para ver en un día cualquiera, en un momento cualquiera, porque nos deja una sonrisa en la cara y nos aleja de los demonios de fuera. Si siempre andáis buscando nuevos refugios, como es mi caso, creo que en la amabilidad de esta película de Christopher Monger podéis encontrar uno. Ojalá la disfrutéis tanto como la disfruto yo cada vez que vuelvo a ella.

Judith Torquemada
Periodista, feminista, marvelita, Taylor Swiftista. Escribo sobre cine, libros y música. Se me da bien aprenderme letras de canciones y enamorarme de personajes ficticios. Aragorn dijo: por Frodo. Lo suscribo y lo amplío: por Ned Stark. Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa, desde aquí, desde mi casa. Tomorrow there'll be more of us.

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