Francesc Cuéllar viene del teatro. De la cuna. De esa función tras función. La combinación perfecta de la energía del público con la de uno mismo. Viene del directo. De la pasión por una profesión que es imprevisible pero donde camina tranquilo, poco a poco, sabiendo a donde llegar. Sin prisas.

El trabajo que hacemos nosotros es con nuestro propio cuerpo.

Charlamos con él para descubrir todo lo que le provoca estar sobre un escenario. De lo aprendido y de lo trasladado a la parte audiovisual. Además de cómo equilibrar la energía entre el personaje y la de uno mismo.

Hemos hecho una parada especial en Germán. En ‘Mercado Central’. En cómo fue llegar a una serie diaria. A su vorágine. A esa tralla que debes ir controlando para no desfallecer.

Hice la prueba y a la semana me llamaron para decirme que era Germán.

Construir este personaje fue un poco más sencillo de lo habitual. Tomó la decisión de darle un poco más de él que nunca. Por lo dicho anteriormente, lo que te pide una serie diaria es demasiado como para darle vueltas a una construcción excesiva.

Siempre he empatizado con él, desde el minuto cero.

Con Germán podemos disfrutar de una montaña rusa de emociones. De luces y de sombras. Que, quizá, esa sea la parte que más le gusta a un actor. Saber que, entre sus manos, no tiene a un personaje perfecto. Esos aburren. Y agotan más de la cuenta. Lo importante es poder moverte entre la honestidad y la incredulidad de comprender a esa persona a la que le estás dando vida.

Francesc Cuéllar es de esas conversaciones interesantes y de aprendizaje.