Nos reímos mucho de las telenovelas de Nova, del Puenteviejo y de ‘Amar es para siempre’ porque son series de señora para dormir la siesta por la tarde, pero secretamente estoy segura de que a todo el mundo le mueve el enredo, el drama y los amoríos así que por qué no darle una oportunidad a ‘Jane the Virgin’. Esta serie se estrenó en The CW allá por 2014, y no ha dejado de dar que hablar y cosechar premios hasta que acabara con su quinta temporada el año pasado.

‘Jane the Virgin’ tiene todos los elementos de una telenovela de las auténticas. Amores imposibles, galanes, muertes inverosímiles, hemanos gemelos secretos… El pack completo de “telenovela basics”. Pero lo más telenovelesco de todo es la premisa: Jane es una joven religiosa, conservadora y virgen, que es inseminada por equivocación en una visita al ginecólogo. ¿Y de quien es la muestra? De su crush y amor imposible de la adolescencia, Rafael.

Sé que la premisa suena rara y que el formato puede no llamar de primeras a todo el mundo. Pero la magia de ‘Jane the Virgin’ radica en cómo se cuenta la historia. En todos los temas que trata, en las mujeres que la protagonizan y en todo lo que la diferencia de una telenovela al uso. Porque esta telenovela está hecha para la televisión americana. Para uno de los canales más visto de las networks estadonidenses. Y habla de los grandes problemas y la realidad de los latinos en la sociedad que han ayudado a construir y que sistemáticamente los aparta.

Dejando de lado al narrador, los giros de guion inverosímiles y demás elementos del género, que esta telenovela se haga el Hollywood asegura el hablar de temas mucho más importantes que amoríos y melodramas. Las protagonistas de esta historia son tres mujeres, Alba, Xiomara y Jane, o lo que es lo mismo, abuela, madre e hija con sangre venezolana. Tres generaciones de mujeres que han tenido que trabajar para ganarse un hueco en una sociedad que todavía las mira dos veces cuando se suben a un autobús o cuando demandan las mismas oportunidades que una persona blanca.

La serie habla de inmigración, de desigualdad, de la incertidumbre. De un país que sientes como tuyo pero que en muchas ocasiones te da la espalda. También habla del cancer, de la familia, de la religión y por supuesto del amor, del fraternal y del romántico. Porque qué es una telenovela sin amor.

Y es gracias a todo esto que ‘Jane the Virgin’ toma los estereotipos de forma de las telenovelas y los convierte en herramientas de denuncia social. Que evidencian problemas de la sociedad americana, haciendote reír y llorar a partes iguales. Y es precisamente ese giro lo que la hacen una de las grandes series de los últimos años. Pero que, desgraciadamente, ha pasado en gran medida desapercibida para el público de nuestro país. Aún teniendo nuestro idioma como uno de sus elementos centrales.

Así que abre Netflix y pon un capítulo. Aunque sea solo uno, pero póntelo, y en versión original, porque como ya he mencionado esta serie también se basa en el idioma. En los malentendidos que genera. Porque la abuela Alba lleva muchos años en Florida, pero ella sigue hablando siempre en su lengua natal.

Con todo esto, y como cualquier telenovela, ‘Jane the Virgin’ te invita a fantasear, a soñar, a reir con lo disparatado de sus tramas. Pero hablando de las cosas que realmente nos importan. Y eso es precisamente lo que hace que te quedes mirando, deseando saber más.