Hablamos con Mariola Fuentes sobre ‘Alguien tiene que morir’, que está disponible en Netflix desde el pasado viernes 16 de octubre. La nueva serie de Manolo Caro nos traslada a la España de la dictadura franquista para contarnos una historia de amor, falta de libertad y tolerancia, como nos explica la propia intérprete. Pasa por encima de la guerra civil, aunque evidentemente lo impregna todo, para centrarse en las emociones y los conflictos humanos de unos personajes que nos saben a poco en esta mini-serie.
Con Mariola Fuentes hablamos de este formato, de las intenciones de Manolo Caro y de su personaje, Rosario, que es uno de los personajes que tienen una historia más propia. Disfrutad de la entrevista.
MEW Magazine (MW): ¿Qué fue lo primero que te llamó la atención de ‘Alguien tiene que morir’ cuando llegó a ti?
Mariola Fuentes: Lo primero es que era de Manolo (Caro). Conociendo su trabajo anterior me apetecía muchísimo trabajar con él. Y, después, cuando leí la historia y vi cómo quería hacerlo, me parecía fascinante. Es una pena porque te quedas con ganas de ver más, de saber más, pero, bueno es lo que tienen las mini-series.
MW: Precisamente por eso te quería preguntar. Porque en seguida ves tantas historias contenidas y tantos personajes, que te sale solo preguntarte: ¿por qué una mini-serie y no una serie? ¿Os ha hablado Manolo sobre esto?
Mariola Fuentes: No, eso creo que deberías preguntárselo a él (risas). No sé por qué, la verdad, no se me ha ocurrido tampoco preguntárselo. No se por qué la idea de mini-serie, no sé si fue por parte de Netflix o fue por parte suya.
MW: ¿Y cómo lo sientes tú? Porque una mini-serie también tiene sus puntos fuertes. ¿Cómo sientes que ha adaptado la historia a este formato, a este corto periodo de tiempo?
Mariola Fuentes: Yo creo que había sido concebida en tres capítulos, no creo que lo haya tenido que adaptar. No creo que haya sido una serie que hubiera planteado de muchos capítulos y luego la haya tenido que adaptar. Creo que la idea original era hacer una mini-serie de tres episodios, nada más.
MW: Claro, sí, pero llama la atención al ser una historia con tantos personajes, el cómo se logra el equilibrio entre ellos… Quería saber cómo lo habéis sentido desde dentro.
Mariola Fuentes: Me imagino que eso es la maravilla que tienen los genios, que hacen las cosas y luego les casa todo perfecto. La verdad es que los personajes están todos en su medida, tienen todos una historia detrás, te quedas con ganas de saber más de todos. La verdad es que le ha quedado redonda, cuando la vi… El resultado me pareció maravilloso, porque además le ha quedado súper poética.
MW: Centrándonos un poco más en la historia, ¿qué sientes que está contando aquí?
Mariola Fuentes: Está retratando lo que es la homosexualidad, sobre todo en tiempos difíciles como fue la dictadura franquista. Creo que habla de muchas cosas: de la aceptación, del rechazo. También me parece que es muy actual con los tiempos que vivimos, porque ha vuelto a resurgir toda la persecución a los homosexuales. Cada vez hay más agresiones en la calle hacia parejas homosexuales. Creo que le ha quedado una serie de terror, porque vivir aquello tuvo que ser terrorífico si te pillaba en esas circunstancias. Si eras una persona que no iba acorde con el régimen o con lo que ciertas personas creían que tenia que ser. Entonces me parece que le ha quedado una serie de terror absoluto. Y debería hacernos reflexionar sobre que el camino a ello es muy fácil de coger, entonces debemos tener mucho cuidado para no volver a caer.
MW: De hecho, en los últimos días he visto que hay un mismo discurso: que Manolo ha cogido el pasado y está denunciando ese pasado, pero al mismo tiempo está denunciando el presente.
Mariola Fuentes: Absolutamente. Está volviendo a pasar y como nos descuidemos volvemos a ser una película de terror. A mí eso me parece muy importante. Y me parece curioso o me parecía curioso cómo alguien, porque estaos acostumbrados a las películas sobre la dictadura o sobre la guerra civil… Me producía mucha curiosidad cómo lo iba a retratar una persona que no es de aquí. Y me parece que no hace falta ser de aquí ni haber vivido algo así para entender perfectamente lo que se podía sentir en esas circunstancias.
MW: Tu personaje es uno de los personajes que tienen una historia propia. ¿Qué puedes contarnos de ella y del escenario en el que se mueve?
Mariola Fuentes: Rosario es la que, creo, más vive en esa película de terror, porque tiene que estar escondida todo el tiempo. Todo el tiempo intentando que no descubren lo que oculta. Me parece una posición también bastante complicada. Y es un personaje que, por ella misma y por las circunstancias que está viviendo, es todo para dentro. Todo le pasa por dentro. No se puede permitir que se note lo que siente o lo que piensa, entonces ella vive en un estado continuo de tensión, de incertidumbre y de terror.
MW: Y ¿cómo se prepara una para un personaje que tiene que llevar todas las emociones por dentro y aun así tiene que reflejar esas emociones? ¿Cómo lo abordaste?
Mariola Fuentes: Se prepara como cualquier otro personaje: teniendo empatía con el personaje, entendiéndolo y dejándote llevar por el director, que es quien te tiene que guiar en su historia. Él sabe lo que quiere contar. A mí me encanta dejarme llevar y ponerme en manos de los directores porque creo que es lo que hay que hacer. Sobre todo cuando un director lo tiene tan claro, confías en él y te pones en sus manos decididamente. Creo que, eso: teniendo empatía con el personaje y dejándote guiar ya tienes ganado mucho.
MW: Dentro de esto, de que te gusta ponerte en manos del director, ¿qué te llevas de esta experiencia? ¿Qué has aprendido con Manolo Caro?
Mariola Fuentes: He aprendido a trabajar con mucha tranquilidad (risas). También me ha pillado con otra edad; la edad creo que ha influido, y la vida y la tranquilidad de cada uno con el paso de los años. Pero sí es verdad que me he sentido… Es un director que está muy tranquilo en el rodaje, crea un clima de mucha confianza y mucha tranquilidad, y he trabajado desde la tranquilidad absoluta.
Y creo que en otras ocasiones no he sentido que me haya pasado eso, por lo que sea, por circunstancias personales, por el ambiente de rodaje, por la película o la serie en sí, o por el tono, o por lo que sea. Cuando tú trabajas comedia no te genera ninguna tranquilidad, las comedias son siempre de ponerte de los nervios (risas). Tienes un ritmo que mantener, te obliga a estar siempre con la energía muy alta, y entonces la tranquilidad la trabajas peor, sinceramente (risas). Este rodaje y Manolo me han permitido trabajar desde una tranquilidad que normalmente no tengo, y me ha gustado mucho.
MW: Y ¿cómo valoras esta posición que ofrece Netflix de que vuestro trabajo pueda llegar a todo el mundo? ¿Sigue abrumando o empezamos a acostumbrarnos?
Mariola Fuentes: Cuando te paras a pensarlo, abruma, claro que abruma. Nos está pasando un poco lo que antes solo te pasaba, por ejemplo, con Almodóvar, que eras consciente de que esa película la estaban viendo en Japón. O cuando ibas a un festival y te venía alguien de Japón a decirte: oye, he visto la película, tu personaje no sé qué… Ahí tomabas consciencia de que tu trabajo se podía ver en el mundo entero, pero eran, claro, cosas puntuales. Con las plataformas digitales todo esto está cambiando. Mira el fenómeno de ‘La casa de papel’, fíjate la locura, eso era impensable.
Entonces claro que tenemos que ir acostumbrándonos, porque nuestros trabajos se van a ver en todo el mundo. Y también deberíamos ir acostumbrándonos a quitarnos de encima ese sentimiento tan español de parecernos todo lo nuestro una mierda, porque estamos viendo que nuestra mierda en el mundo triunfa (risas). A lo mejor es que esa mierda tiene valor.
MW: No puedo estar más de acuerdo con esto último. De momento, nos quedamos con ‘Alguien tiene que morir’, que ya está disponible en Netflix. ¿Qué le dirías al público para que se animase a verla?
Mariola Fuentes: Primero: que son tres capítulos, que eso se ve… Estamos acostumbrados a ver series de mogollón de temporadas y hacer maratones, o sea por pereza no puede ser. Y, después, que a nadie le eche para atrás lo típico de este país: otra cosa de la guerra civil. No, porque en ningún momento se cuestiona nada ni se habla de la Guerra Civil, se pasa por encima de todo, pero todo el mundo lo entiende. Que es un cuento precioso que habla del amor, de la falta de libertad, de un montón de cosas que igual se podían haber contado en otro contexto político, pero se cuenta en este. No me gustaría que echara para atrás, porque lo que van a ver es una historia de amor, de tolerancia y, sobre todo, muy poética.
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