Le digo a Marta Etura que nunca me voy a cansar de agradecerles que me hayan dado una Trilogía del Baztán tan digna, tan en consonancia con los libros, respetando la historia de éstos, sus personajes y sobre todo su esencia. Lo que de verdad importa. Aquello de lo que escribió Dolores Redondo. Tanto Marta Etura como todo el equipo involucrado en esta trilogía lo entienden, lo respetan, lo miman, y lo han reflejado a la perfección en pantalla.
Este viernes 24 de junio llega a Netflix la última entrega cinematográfica, ‘Ofrenda a la tormenta‘, que debe responder a todas las preguntas ya hechas y debe continuar el viaje que Amaia Salazar emprendió en ‘El guardián invisible’. No era fácil cerrar esta historia y, como ya le d ije a Fernando González Molina, lo más importante es que está conseguido. ‘Ofrenda a la tormenta’ es el libro más complejo de los tres, y llevar a la gran pantalla todas sus complejidades constituía una tarea muy difícil. Está conseguida. Lo visto en pantalla me ha provocado sentimientos y emociones muy similares a lo leído en las páginas. De verdad: no era fácil.
Supongo que se logra con empeño, con trabajo, con respeto y con talento. Y con Marta Etura, que es la Amaia Salazar de mis sueños, y que tiene mucho que decir de este gran viaje. Disfrutad de la entrevista.
MEW Magazine (MW): Cuéntanos, ¿qué vamos a ver en ‘Ofrenda a la tormenta’?
Marta Etura: En ‘Ofrenda a la tormenta’ vamos a volver a ver un thriller, de estos que te quedas pegado a la butaca. Con un súper ritmo, súper bien rodado, una fotografía maravillosa… Un thriller muy inquietante. Y sobre todo lo que vamos a ver por fin es cómo se desvelan todas las incógnitas que se habían quedado pendientes en la segunda parte. Y en la primera, porque también hay cosas que se quedan colgando, y aquí es donde se desvela finalmente todo. Donde van cayendo todas las fichas y acabamos de entender todo este puzzle, este rompecabezas.
MW: ‘Ofrenda a la tormenta’, también el libro, es la entrega más compleja de las tres, porque nos lleva de un lado a otro, hay más personajes, hay más preguntas, hay más escenarios… En fin, es compleja.
Marta Etura: Sí, es muy compleja. Y es muy complejo de explicar, porque, como bien dices, son muchas cosas que están pendientes de otras, más las nuevas que se abren, personajes nuevos que aparecen, personajes que creías que no tenían relevancia y la tienen… Entonces es como difícil compactar tanto. Pasan muchas cosas.
MW: ¿Y qué sientes que es lo fundamental de esta historia?
Marta Etura: Son unas novelas tan ricas… Y la trilogía está absolutamente basada en las novelas, entonces también tiene esa riqueza que tienen las novelas. Y habla de muchas cosas. Habla de la conciliación entre el mundo laboral y la maternidad, que es uno de los temas sobre todo más importantes en la segunda parte. De los conflictos familiares, que siempre hay. La dificultad de trabajar, de tener un puesto muy cualificado, un puesto alto, en un mundo de hombres. Un puesto que normalmente es de hombres, que ahora tiene una mujer. También habla de la lucha eterna entre el bien y el mal; esta parte luminosa del ser humano y la parte oscura. Pero yo creo que…
Cada uno, de todas estas lecturas, se quedará con la que más le apetezca y con la que más le conmueva. A mí personalmente hay una que me encanta, que es la que habla de la herida. De la herida de la infancia. De cómo todos tenemos nuestra herida de la infancia; unos heridas más grandes, otros no tan grandes. Y me resultaba muy atractivo y muy interesante esto de Amaia: esta herida que tiene de la infancia que le acompaña a lo largo de toda su historia. Lo que más me gusta es cómo la vida te hace enfrentarte a las cosas de las que te intentas escaquear.
Yo creo que Amaia tiene una herida muy grande y no consigue salir de ese dolor y de esa angustia hasta que consigue enfrentarse a eso. Hasta que dice: bueno, esta es mi mamá, mi mamá intento asesinarme, está aquí y tengo que enfrentarme a este fantasma que es real.
MW: Precisamente con respecto a todo esto, te quería preguntar sobre el punto en el que se encuentra Amaia en ‘Ofrenda a la tormenta’, dentro de todo este viaje emocional que vive en la trilogía. ¿Cómo lo has trabajado tú?
Marta Etura: En ‘Ofrenda a la tormenta’ se encuentra en ese momento donde claramente no puede escaquearse, donde no puede mirar hacia otro lado. Donde, además, ella siente por fin esa necesidad de enfrentarse a ello, de decir: bueno, yo ya he sido mamá, yo sé el amor inmenso que tengo hacia mi hijo, sigo sin entender por qué mi madre hizo esto, y quiero terminar con esto, quiero enfrentarse a esto, quiero cerrar este capítulo.
Creo que realmente no lo conseguirá cerrar, porque son heridas que son imposibles de curar. Alguien que nace en un lugar donde su mamá quiere matarla, quiere entregarla… Es una herida que es imposible de curar. Pero, por lo menos, sí ha dado ese paso de querer verlo y enfrentarse a ello. Y decir: esta es nuestra madre, esto es lo que hizo y me posiciono al respecto. Y también quiere que sus hermanas se posicionen al respecto.
MW: El otro día hablaba con Fernando González Molina, director de la trilogía, sobre que siempre sentisteis las tres películas como parte de un todo. Desde el punto de vista de la interpretación, de meterte en la piel de Amaia, que vive como tres etapas en esta historia, ¿cómo te preparaste, cómo lo trabajaste y qué dificultad encontraste a la hora de enfrentarte a esta tercera parte del viaje?
Marta Etura: Sí que hay una diferencia entre la primera parte y la segunda y la tercera, pero entre la segunda y la tercera casi no hay diferencia en el sentido de que… En la primera parte, es una Amaia distinta. Es una Amaia que, como bien te decía, no se ha enfrentado a su herida, no quiere volver al lugar al que pertenece, del que salió huyendo, pero por temas de trabajo cae ahí. Es lo que te decía: cuando uno no quiere enfrentarse a las cosas, a sus heridas, al final la propia vida te las pone delante porque tienes que hacerlo, porque sino no puedes avanzar, no puedes evolucionar como persona.
En esta primera parte nos encontramos con una Amaia que es hasta antipática. Yo me acuerdo que Fernando me decía: es que es una tía antipática, es una tía que no es amable y no busca el beneplácito de nadie, ni la aprobación de nadie, tú vas a resolver el caso y es lo único que te importa. Y esa es la Amaia que aparece al principio, una tía seca, introvertida, que va a resolver el caso porque es su pasión. Pero luego es una mujer que va a ir descubriendo que necesita salvar a esas niñas porque a ella nadie la salvó. Y que esos casos están absolutamente vinculados con ella, con su corazón, con su vida, con una herida que tiene que resolver. ¿Qué pasa? Que ella tenía un gran deseo de ser madre, y cuando consigue ser madre creo que encuentra la fortaleza para hacerlo.
Entonces más que tres partes, hay dos partes. Está la Amaia de ‘El guardián invisible’, y una vez que es mamá, que así empieza la segunda parte, ya es otra mujer. Ha cumplido su sueño de ser madre, ha roto con ese lazo que tenía de madre-hija para ser ella madre y tener un hijo a quien amar, cuidar y educar, y encuentra su fortaleza, su lugar y el lugar desde el cual enfrentarse a esa herida y esa madre. Y quiere resolverlo. Y cuando todo el mundo le dice “tu madre ha muerto”, ella sabe que no. Ella sabe que eso sigue ahí, lo siente, es una mujer muy intuitiva y quiere cerrar por fin eso.
MW: Y cuando Amaia llegó a ti, ¿cómo te preparaste el papel? ¿Trabajaste a partir de la comprensión de lo que vivía el personaje, a partir de sus emociones tal vez? Porque es un personaje muy emocional, tiene mucho dentro.
Marta Etura: Es súper emocional, sí. Súper emocional. No me lo he preparado de ninguna manera distinta a los demás. Realmente siempre hago el mismo proceso. Hago un trabajo de mesa, un análisis del personaje en la historia, qué le pasa al personaje, qué se modifica, cómo es, por qué actúa como actúa, cuáles son sus heridas, cuáles son sus fortalezas… La mayor dificultad de esta segunda y tercera entrega, que al rodarse a la vez se complicaba, era precisamente tener muy claro el recorrido emocional. Porque, como tú bien dices, es un personaje muy rico emocionalmente, le pasan tantísimas cosas, y cosas tan poderosas…
Era muy importante tener muy claro el recorrido emocional de este personaje, porque al rodarlas a la vez pasábamos de un sitio a otro. Entonces teníamos que tener eso muy estudiado y muy preparado para llegar al rodaje. Que era un rodaje muy complicado, porque había mucho exterior, mucha noche, mucha lluvia, mucha escena de acción… Y los rodajes al final son complejos. Teníamos muy claro, tanto Fernando como yo, que teníamos que hacer un gran estudio de ese recorrido para poder saltar sin problemas y saber siempre dónde está Amaia en cada momento. En qué momento emocional está en cada momento.
Y, por otro lado, también poder graduarlo. Yo le decía a Fernando que la tercera parte es como una tragedia griega, es como una ópera, emocionalmente es muy potente. Entonces yo tenía miedo de que no encontráramos el equilibrio.
Necesitaba que fuera emocional porque necesitaba generar empatía con el espectador y que el espectador me acompañara en este viaje que era el final, y era lo más poderoso e importante para ella. Y a la vez no caer en lo emocionalmente excesiva, en el llanto y la lagrima excesiva, pero sin pasar por encima de las cosas. SPOILER: Pero, claro, se te muere tu compañero de trabajo, que es como tu hermano, se te muere tu madre de la manera en la que se muere… FIN SPOILER. Eran cosas terribles con las que dices: es que no puedo pasar por encima. Pero tampoco quiero estar toda la película llorando porque generaría mucho rechazo. Era muy difícil ese recorrido emocional, era muy difícil graduarlo bien y tenerlo bien claro para poder saltar de un lugar a otro. Creo que, sin duda, ese era el mayor reto para nosotros.
MW: Poniéndote un poco en la piel del espectador, ¿cuál crees que es el principal atractivo que tiene Amaia para que en todo momento queramos seguir sus pasos? Incluso cuando no estamos de acuerdo con ella, siempre interesa lo que hace.
Marta Etura: Yo creo que Amaia es una mujer muy auténtica. Es una mujer en la que mucha gente se puede reconocer, porque es muy auténtica en el sentido de que tiene unas convicciones muy claras, sabe muy bien lo que quiere, no necesita gustar ni caer bien, simplemente es ella. Tiene muy claro cuál es su prioridad, que es salvar vidas. Tiene muy claras las prioridades que tiene que tener para poder salvar vidas. Es una mujer también que es amorosa con quien ha sido amoroso con ella, y es dura con quien ha sido duro.
Creo que es un personaje muy atractivo, en lo bueno y en lo malo. Hay mucha gente que se puede ver reflejado en ella, porque se ve claramente en ella su lado luminoso y su lado oscuro, como lo tenemos todos. Ella no tapa su lado oscuro, ni resalta su lado luminosos, ella es como es y va a por lo que va.
MW: Y con respecto a la Trilogía del Baztán, ¿cuál es su atractivo? ¿Qué sientes que habéis creado con estas tres películas?
Marta Etura: Creo que son tres películas de dimensiones muy grandes, películas muy grandes, que están muy bien contadas. Es un thriller que va más allá del thriller, porque estamos acostumbrados a ver thrillers en donde hay una trama policial y donde la inspectora o el inspector trata de resolver el caso. Pero aquí la trama policial es prácticamente una excusa para adentrarnos en el mundo de Amaia, que es un mundo emocionalmente muy rico, en el mundo de su familia, que es una familia llena de conflictos, como creo que son todas las familias; para adentrarnos en el Valle, que es un lugar mágico lleno de mitología.
Es un thriller muy poderoso, porque es un thriller que va más allá del thriller. Es un thriller emocional donde el conflicto humano está por encima de la trama policial, y creo que ese es su mayor atractivo. Y creo que los thrillers que han triunfado, que han gustado, tienen que ver con eso. Porque tú piensas en ‘Seven’ o en ‘El silencio de los corderos’ y tienen que ver con eso, con que al final lo policial tenía que ver con lo personal, con el corazón.
MW: Haciendo balance… Me has resumido lo que es el universo de Dolores Redondo, y también el que habéis creado vosotros, dime, ¿cómo ha sido estar tanto tiempo dentro de este universo? ¿Qué te llevas de Amaia, y qué te llevas del Baztán?
Marta Etura: Me llevo muchísimo, porque ha sido un viaje muy largo; ahora me pongo a hablar de ello e incluso me emociono. Ha sido mucho tiempo dedicándonos a Amaia, a ser fieles a la esencia de las novelas para no defraudar a los espectadores, a intentar crear este universo tan fascinante y tan intangible; llevarlo a imagen y que fuera visualmente poderoso. Queríamos contar esta historia desde un lugar visual muy poderoso y desde un lugar emocional también muy poderoso, porque eso es lo que emanan las novelas, y a eso queríamos ser muy fieles, a su esencia. Honestamente, creo que lo hemos conseguido. Ha sido un viaje muy largo, muy intenso, muy duro, y también, a la par que duro, ha sido súper gratificante. Para mí, como actriz, es un regalo tener tres películas de protagonista con un personaje tan interesante. Ha sido un regalo
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