Esa fue, sin duda alguna, una de las mejores cosas que nos regaló la ficción de J.J. Abrams y Damon Lindelof. Una manera diferente de ver, entender y vivir las series, que comenzaron su era de oro gracias a ‘Perdidos’. Una era que continúa y que no parece tener fin. Pero no debería distraerme y alejarme del tema central, que no es otro que ese maravilloso capítulo doble que supuso un antes y un después dentro de la ficción y que aún a día de hoy recordamos como uno de los mejores de la misma y de la historia de la televisión. 

La mítica frase «not Penny’s boat», con la que Charlie, a punto de morir, avisaba a Desmond de la trampa en la que estaban a punto de caer, ha pasado a ser una de las señas de identidad de la serie. Probablemente por lo que significó el sacrificio de un personaje tan querido como el interpretado por Dominic Monaghan, que alcanza en ese cubículo inundado el clímax de su arco de redención, uno de los mejor construidos de la ficción moderna. Un joven al que conocemos como un drogodependiente egoísta, que sólo piensa en conseguir su siguiente dosis y al que en ocasiones se le hace muy difícil seguir órdenes, que termina siendo capaz de sacrificar su vida y todo lo que ha conseguido en la isla para salvar al resto, para alcanzar un bien común. 

Todos recordamos el acto heróico de escribir el mensaje para Desmond en su mano, cuando ya estaba ahogándose, pero quizá hayamos olvidado que Charlie bajó al Espejo siendo consciente de que moriría. Porque su muerte era necesaria, según la visión del propio Des, para que el resto fueran rescatados. Así, sabiendo que se encaminaba a su fin, el músico se sumergió en el mar para no volver a salir de él. Un final duro para los espectadores, pero brillante para un personaje que no merecía menos y que ha quedado grabado a fuego en todos los amantes de la serie. 

A partir de ese momento, para muchos espectadores el rol de Charlie es tomado por Desmond, quien se convertirá en uno de los personajes más queridos, admirados y estudiados de ‘Perdidos’. Este personaje había sido una especie de incógnita para todos, el público no tenía demasiado claro su camino, ni su identidad, pero a partir de ‘A través del espejo’ las dudas se disipan y Desmond se termina confirmando como una de las mejores sorpresas de la serie. 

Ciencia vs fe

La gran lucha protagonista de ‘Perdidos’, esa en la que se enfrentan la ciencia y la fe, también está presente en este episodio doble. Como bien sabrás, a lo largo de la serie la ciencia viene representada en el personaje de Jack, mientras que la fe hace lo propio en el de Locke. Pues bien, pese a que este capítulo ha pasado a la historia por el sacrificio de Charlie, el verdadero protagonista es el médico. 

Entrelazándose con lo que está ocurriendo en la isla, viajamos al futuro junto a un Jack adicto al alcohol, incapaz de llevar una vida normal y que incluso está a punto de tirarse por un puente. Un cambio radical en el personaje, que siempre se ha mostrado como uno de los más fuertes de la isla, un líder innato. 

Poco a poco vamos comprendiendo que esa nueva vida de Jack es la que sigue al rescate que están buscando en el presente, en la isla. 

En los últimos instantes del capítulo, vemos cómo el Jack del futuro se encuentra en el aeropuerto de Los Ángeles con la Kate del futuro y le espeta un mensaje claro: «¡tenemos que volver!». Sorprendentemente, el médico confiesa que está intentando regresar a la isla, estrellándose de nuevo en un avión, porque cometieron un grave error. Algo que se sale de la normalidad. Nadie en su sano juicio querría volver allí. Pero la isla ha ganado, la fe ha ganado a la ciencia en una de las primeras victorias claras de las temporadas iniciales.