¿Qué pasa en ‘Outlander’ – 1×14: ‘la búsqueda’?
Claire (Caitriona Balfe) no tiene pensado desperdiciar un solo segundo: si Jamie (Sam Heughan) ha sido apresado, irá tras él. Para rescatarlo. La acompaña Jenny (Laura Donnelly), al menos hasta que aparece Murtagh (Duncan Lacroix). Entonces Claire y Murtagh continúan solos, inventándose por el camino mil y una maneras de llamar la atención de Jamie, que ha logrado escapar, según han sabido, y se encuentra escondido en algún punto de las Tierras Altas.
Dirigido por Metin Hüseyin. Escrito por Matthew B Roberts.

¿Hay algo más bonito que galopar por esos bosques escoceses hermosísimos, con el sol colándose entre los árboles y la melena de Claire (Caitriona Balfe) al viento? Bueno, supongo que sería más bonito si Jamie (Sam Heughan) la acompañase. Pero Jamie no la acompaña, porque ha sido secuestrado por los ingleses, los enemigos en esos bosques hermosísimos y de todos los espectadores. Este episodio de ‘Outlander’ acrecienta aun más la rabia que sentimos por esos uniformes rojos y blancos, y también por lo que cada vez es más evidente: la opresión a la que fueron sometidos los pobres y hermosísimos escoceses. Como Jamie. En este capítulo de ‘Outlander’, vamos en su búsqueda.

La búsqueda

Me gusta mucho el rostro de Claire cuando comienza este episodio de ‘Outlander’, porque es un rostro de angustia. Claro que no me gusta que nuestra protagonista sufra, pero sí me gusta que seamos testigos de cómo el amor de Claire por Jamie ha evolucionado hasta ese punto. En ningún momento se pone melodramática, pero está preocupada, está sufriendo por él. Por si quedaban dudas, la determinación de Claire acaba con ellas: si a Jamie lo han detenido los ingleses, entonces Claire irá detrás de sus compatriotas hasta rescatar a su marido. Junto con Jenny (Laura Donnelly), que se empeña en ir también tras su hermano. También me gusta que Claire piense en Lallybroch, en las consecuencias que estos últimos acontecimientos pueden tener para la familia. Me gusta porque es exactamente lo que haría Jamie, pensar en Lallybroch, y porque significa que Claire se siente parte de esa familia.

Este viaje de cuñadas está en buena medida condicionado por la voz en off de Claire. Hacía tiempo que no teníamos tanta narración servida de este recurso que, como he comentado otras veces, en ‘Outlander’ lo emplean con mucho acierto. Sabemos que cuando las imágenes se complementan con la voz que escuchamos, pero no se corresponden, es porque Claire está reflexionado sobre aquello que hemos visto, que estamos viendo o que veremos. En esta ocasión, su voz se complementa con esa cara de preocupación que no se va, con esa angustia. Hay melancolía y nostalgia en su voz, hay mucho dolor en su mirada.

No tardan en localizar a los soldados, porque Jenny conoce bien los bosques, porque son sus bosques. Jamie no está con ellos, sin embargo. Este episodio de ‘Outlander’ también es fantástico porque su primera mitad está protagonizado por estas dos mujeres decididas, valientes, cabezotas y con una fortaleza de hierro, que además se entienden muy bien. Entre las dos consiguen capturar a uno de los soldados ingleses. Son inteligentes y prácticas, así que están determinadas a sacar de ese soldado toda la información que necesitan para continuar la búsqueda. Claro que también hay diferencias entre ambas: Jenny quiere torturarlo hasta que hable, Claire es más delicada. Se nota, en este momento, la diferencia de épocas, la diferencia de educación. La diferencia de necesidades pasadas.

Jamie se ha escapado. Es una buena noticia, y llega seguida de otra: ese soldado en cuestión era el encargado de llevar a Fort Williams la noticia de que Jamie se había escapado. Si ese soldado no llega a Fort Williams, entonces nadie estará alerta. Jenny comprende en seguida que su hermano se habrá escondido en algún lugar conocido de las Tierras Altas, pero estas buenas noticias tienen también su parte oscura. O más compleja.

El amor nos obliga a elegir

Creo que este momento que sigue no solo es uno de los más importantes del capítulo: también es uno de los momentos cumbres de ‘Outlander’. Cuando Claire y Jenny tienen la información necesaria, tienen que decidir: ese soldado no puede vivir. Las ha visto, conoce sus intenciones, conoce la situación de Jamie y, por ende, conoce la situación de Lallybroch. Jenny es la más clara de las dos: no pueden dejarlo vivir. No vemos maldad en ella, aunque esté hablando de asesinar a una persona. Es uno de esos momentos en los que comprendemos esa necesidad de la que hablaba antes; esas necesidades de los habitantes del siglo XVII de las Tierras Altas, que tenían que tomar decisiones así si querían, en fin, seguir viviendo.

Las dudas desaparecen, pues es Murtagh (Duncan Lacroix) quien aparece de pronto para acabar con la vida del pobre soldado. Qué precisa es esta serie. De nuevo el rostro de Claire mirando al soldado, la sangre resbalando por el tronco de ese bosque hermosísimo. Los conflictos que plantea, el guion con el que planea en torno a ellos. “El amor nos obliga a elegir”, nos cuentan tras este asesinato. El amor nos obliga a hacer cosas que antes de sentirlo no nos habíamos planteado. Y puede que como espectadores nos sintamos lejos de esta declaración, pero la entendemos incluso desde la distancia, porque empatizamos con los personajes, y estos personajes llevan esta declaración hasta las últimas consecuencias.

Ese breve choque entre Jenny y Claire, la primera afirmando que debían acabar con la vida del soldado y la segunda dudando, nos lleva a otro gran momento en ‘Outlander’. Jenny no se ha quedado conforme con la resolución, porque siente que Claire la había juzgado por su determinación. Claire, entonces, vuelve a sorprendernos; no porque sus siguientes palabras no encajen con su personalidad, más bien, de nuevo, por esa determinación y esa fortaleza. Y por las nuevas necesidades que se han despertado en ella, que no son una sorpresa como tal, pero no las habíamos pensado antes de esta manera.

Claire dice que no, que no estaba juzgando a Jenny, que ella misma hubiera matado al soldado. Lo que estaba haciendo Claire era ser consciente de golpe de que el amor te obliga a elegir. Y de que en esa Escocia hermosísima, a pesar de haber encontrado el amor, se despiertan necesidades relacionadas con la supervivencia que son muy complejas, muy ambiguas, y no siempre moralmente fáciles.

Murtagh, a todo esto, se sonríe al verlas sentadas hablando de sus cosas. Y el espectador sabe lo que está pensando el bueno de Murtagh: que esas dos mujeres saben bien cuidarse por sí mismas.

Jenny tiene que marcharse, pero Murtagh y Claire siguen. Tienen que encontrar a Jamie. Antes de despedirse, Claire le chiva a Jenny secretos del futuro: le dice que plante patatas (uno de los alimentos estrella de la gastronomía escocesa actual) y le explica otras muchas cosas. Aunque Jenny se muestra reticente, porque las patatas no crecen en Escocia, Claire, también tiene claro que seguirá los consejos de Jamie: creer en Claire, diga lo que diga, porque Claire sabe cosas. Su despedida es una despedida preciosa. Y es una despedida definitiva, porque Claire es consciente de que no volverá a Lallybroch, porque Jamie no puede volver.

El boogie woogie

Vais a permitirme que lo diga de nuevo: este capítulo de ‘Outlander’ es fantástico. Es el capítulo en el que Claire intenta convertirse en una curandera famosa en las Tierras Altas, primero. Después en una adivina con gran experiencia. Por último, en una artista ambulante, que es finalmente el papel que adopta. Claire empieza a ser conocida entre los pueblos y las aldeas por ser una sassenach cantando una canción subida de tono: el boogie woogie. Seguro que no os cuesta tararearla aun llevando tiempo sin escucharla. Este circo tiene en realidad una explicación.

Murtagh es consciente de que Jamie tiene que estar escondido en alguna parte, y en ese caso jamás podrán dar con él. Pero si en los caminos que seguirá entre escondite y escondite escucha hablar de esta historia de la sassenach artista que busca llamar la atención, sabrá cómo llegar hasta ellos. No tienen que buscarlo: tienen que atraerlo. En este capítulo, Murtagh vuelve a erigirse como mi personaje predilecto, porque está tan dispuesto a encontrar a Jamie que no le importa exponerse delante de sus compatriotas escoceses, que se ríen de sus bailes y de su falta de gracia. Yo no me río, Murtagh, querido.

Claire tiene más gracia. Esa canción resulta ser un éxito, y pronto se hace conocida allá donde va. Aunque al principio no se atrevía a subir a ese escenario vestida como un hombre para cantar una canción con la que no se identifica del todo, cuando mira el anillo hecho con la esencia de Lallybroch, cuando entiende lo que significa no volver a ver al hombre que se lo regaló, empieza a cantar. Canta, canta y canta, y junto a Murtagh recorren muchos pueblos de las Tierras Altas. Hasta que su éxito es tan evidente que un grupo de gitanos, también artistas ambulantes, deciden copiar su fórmula. Esto, claro, lo dificulta todo. Ya no hay una sassenach, ahora son dos.

En cualquier caso: los resultados no llegan. Claire canta y canta, la pareja camina y camina, Jamie no aparece. Así que una noche, durmiendo en una cueva frente a una playa, Claire muestra su desesperación. Lo más importante de este momento no es el enfado de Claire porque el plan no funcione, sino hacia de dónde nace ese enfado: del fracaso en su misión, lo que significa que Jamie no ha aparecido. Pero Claire lo dirige contra Murtagh, a quien le recrimina no haber amado nunca, no entender por lo que está pasando. Entonces el bueno de Murtagh vuelve a sorprender: claro que ha amado. ¡Claro que ha amado, Claire! Concretamente: a la madre de Jamie.

Fue un amor que no pudo ser, pero que se ha mantenido eterno, imperecedero. Así que Jamie es como un hijo para él. ¿Crees que eres la única que desea encontrarlo?, le dice a la protagonista, que en seguida lamenta haberse propasado con el hombre que le ha acompañado en las últimas semanas. Esa discusión, esa desesperación, termina con un tierno abrazo. Esta amistad está sellada.

Los MacKenzie, otra vez

Resulta que el gitano que decide copiar el espectáculo de Claire e incluirlo en sus ganancias también tiene corazón. No, no va a dejar de aprovecharse de la idea de Claire, y además no le importa haber roto la promesa que le hizo de no seguir con el número, pero ha escuchado hablar de Jamie, y cómo Claire compartió con él su historia de amor y búsqueda, decide él compartir con ella la información que tiene. Porque incluso ese gitano mentiroso y embaucador entiende de amor. Así que Claire y Murtagh tienen una pista por primera vez en mucho tiempo, y acuden prestos al encuentro.

Pero, ¡sorpresa!, el hombre que aparece no es Jamie sino Dougal MacKenzie (Graham McTavish), otra vez. Los MacKenzie, otra vez. Dougal está allí, el lugar en el que, por cierto, guarda las armas para su revolución jacobita, porque Jamie una vez lo estuvo. Pero ha sido atrapado de nuevo. Atraído por la canción y la idea de encontrarse con Claire, abandonó su escondite. Y entonces lo atraparon. Lo llevaron a una prisión -la prisión de Wentworth-. Y ahora está condenado a la horca. Una sorpresa tras otra en estos minutos de ‘Outlander’, pero todavía nos espera otra mayor: Dougal rechaza rescatar a Jamie, y le pide a Claire que no insista. Que, en cambio, se case con él. Repito: Dougal le pide a Claire que se olvide de Jamie, que, total, va a perecer, y se case con él, Dougal MacKenzie.

Claire no da crédito, yo no doy crédito, vosotros, leyendo estas líneas y recordando, seguramente tampoco deis crédito. Se hace muy cuesta arriba apreciar a Dougal, que quiere a la esposa de su sobrino y también las tierras de éste. Por eso propagó los rumores sobre que Jenny había tenido un hijo de Randall (Tobias Menzies), por eso esa indiferencia ante la futura muerte de Jamie de quien, por cierto, habla como si ya estuviera muerto. Esta escena es una escena muy larga. Muy larga. Hay mucho que hablar, pero también hay mucho que pensar. Nosotros tenemos mucho en lo que pensar. Tenemos que ver a Dougal de nuevo, en cierto modo por primera vez. Por eso hay tantos silencios, por el ritmo es tan pausado, por eso, incluso, se repiten declaraciones, preguntas. Es otra escena muy importante.

La resolución de la misma solo podía ser una: Claire está muy poco interesada en la proposición de Dougal, y centra todos sus esfuerzos en el rescate de Jamie. Para ello, acude a pedir ayuda al resto de los MacKenzie. Todos se niegan. Aprecian mucho a Jamie, lo sienten mucho por él, es un destino trágico que no merece, etc., pero tampoco ellos están dispuestos a poner en peligro su vida por una misión imposible. Porque, nosotros no lo sabemos hasta ese momento, la prisión de Wentworth es inexpugnable.

Pero estamos en Escocia, estamos en el siglo XVIII, así que en algún momento tenía que salir un escocés temerario a poner orden: es el joven Willie (Finn Den Hertog) quien da el primer paso. Él acompañará a Claire en su rescate. Como el resto de escoceses se sienten casi ofendidos porque alguien sea más valiente y más estúpidos, aceptan. Ellos también irán. Siguiente capítulo: el asalto a la prisión inexpugnable de Wentworth.