Todavía sigo poniéndome capítulos de ‘Sexo en Nueva York’ de vez en cuando. Más o menudo de lo que seguramente crea, porque a veces sale solo. ¿Media hora para comer sin que me apetezca mirar por la ventana ni empezar nada nuevo? ‘Sexo en Nueva York’. ¿Necesito ver algo rápido y ligero antes de dormir? ‘Sexo en Nueva York’. ¿Serie comodín para ver con las amigas, con mi hermana? ‘Sexo en Nueva York’.

‘Sexo en Nueva York’, que el próximo 6 de junio cumple 22 años, es una de las series más importantes de la historia de la televisión. Creada por Darren Star y protagonizada por Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon, ‘Sexo en Nueva York’ gira en torno a la vida de cuatro amigas, aunque prestando algo más de atención a las historias de Carrie, el personaje de Sarah Jessica Parker, que para eso es la escritora y periodista que nos narra lo que nuestros ojos no pueden ver. Con su amistad como pilar básico, central, fundamental en toda la serie, las cuatro mujeres, que ya han sobrepasado los treinta años, sobreviven en un Nueva York plagado de tentaciones, fiestas, desengaños amorosos y decepciones. Pero también encuentran el amor, la esperanza, la ilusión y se ríen, y nos hacen reír.

Reconozco que quizá esto último se me perdió con los primeros visionados, pero sigue entreteniéndome muchísimo. Sigo viendo los capítulos con el mismo interés con que los vi por primera vez, que coincidió con el nacimiento de mis ganas de hacerme un hueco en el mundo del periodismo, como Carrie. Y sigo sacando cosas nuevas cuando regreso a los capítulos, supongo que porque mi mirada también es nueva, diferente, más madura. ‘Sexo en Nueva York’, y fue de las primeras en hacerlo, habla de asuntos que nos importan a las mujeres.

Reflexionando con ellas

De manera general, pero también de prácticamente cada uno de los pequeños componentes que componen esas generalidades. Por ejemplo, cuando se trata del sexo: se analiza la vergüenza de las mujeres, la falta de iniciativa que viene con la presión, la presión sin más, la insatisfacción, la necesidad de conocerse para disfrutar, incluso las infecciones típicas que sufrimos a escondidas, casi avergonzadas, o las enfermedades de transmisión sexual. No es que ‘Sexo en Nueva York’ sea una especie de enciclopedia, pero creo que sí consiguió decirle al mundo que las mujeres tenemos que hablar de todo esto con mucho menos pudor y mucha más confianza. No sé en el resto, pero en mi grupo de amigas de toda la vida nos aplicamos el cuento pronto y nos fue mucho mejor a partir de entonces.

Y no es, ni mucho menos, perfecta (diría, eso sí, que en cierto modo pretende serlo), pero no ha envejecido tampoco mal. En los últimos días, he visto varios episodios de la quinta temporada, y el feminismo sobrevuela las ideas de nuestras protagonistas, que tienen también y todavía comportamientos, pensamientos y actitudes arraigadas en la sociedad patriarcal; sociedad patriarcal de ahora, no digamos de hace veinte años. Pero el progreso y la necesidad de crecer, de avanzar y de abrirse a las posibilidades, de empatizar y comprender otras realidades, está ahí. Con todas las preguntas que siempre nos van dejando; en el último capítulo visto en cuestión: “¿se puede perdonar algo si no lo olvidas?”.

‘Sexo en Nueva York’ es una serie para cada día, para todos los días, por eso muchas de las que tenemos en la actualidad beben directamente de ella, porque creó algo universal que llega de manera personal a los espectadores. Y si todavía no la habéis visto, por prejuicios, por pereza o porque nunca habéis encontrado el momento… El momento es este. Merece la pena.