Los parabenos se encuentran en muchos tipos de productos para el cuidado de la piel y el cuerpo como cremas hidratantes, geles de ducha o lociones corporales entre otros.
Los parabenos actúan como conservantes de los productos prolongando su vida útil y evitando la proliferación de microorganismos.
Se agregan conservantes a los productos para el cuidado de la piel, incluso cosmética natural, para evitar que crezca moho y se deteriore. Los conservantes que se utilizan ayudan a garantizar que muchos de los productos se puedan utilizar de manera segura hasta 12 meses después de abrirlos y almacenarlos hasta por tres años si no se abren.
El uso de conservantes en cosméticos es esencial. En caso contrario, el cosmético podría deteriorarse en cuestión de días.
El simple gesto de extraer con los dedos la crema del envase puede contaminar el producto, incorporando microorganismo que pueden resultar dañinos no solo para la piel, también para el organismo en general.
En este entorno, los parabenos han sido durante años los conservantes más utilizados debido a su bajo coste. No obstante, a causa de diferentes estudios acerca de su fiabilidad, su seguridad se ha puesto en entredicho en más de una ocasión, limitando su cantidad e ilegalizando algunos de ellos.
Principalmente, se han catalogado como disruptores endocrinos, lo que significa que interfieren en el sistema hormonal de los humanos o en el sistema reproductivo.
Esto puede causar cambios en el colesterol, el azúcar en la sangre, la tiroides y la función inmunológica. El riesgo de alergias, obesidad e infertilidad también se ha asociado con el uso de parabenos.
¿Qué son los parabenos?
Los ejemplos de parabenos más utilizados en cosméticos y cuidado de la piel incluyen metilparabeno, etilparabeno, propilparabeno y butilparabeno.
Según la legislación de la Unión Europea, se permite el uso de algunos conservantes de parabenos en productos cosméticos, pero su uso está regulado. Los parabenos que aún se permite su uso en cosméticos solo pueden usarse en una cantidad mínima.
A partir de 2014, la UE prohibió el uso de los siguientes parabenos en formulaciones cosméticas sin aclarado:
- Isopropilparabeno
- Isobutilparabeno
- Fenilparabeno
- Bencilparabeno
- Pentilparabeno
La prohibición se introdujo después de que creciera la preocupación de que algunos parabenos pudieran tener un efecto similar al de las hormonas. Tales preocupaciones habían llevado a Dinamarca a prohibir ciertos parabenos en productos para el cuidado de la piel creados para niños pequeños desde 2010.
La historia de los parabenos
Los parabenos se han utilizado comercialmente en la industria cosmética como conservantes desde 1950 hasta 2004.
Los estudios también han demostrado que una vez que los parabenos se absorben a través de la piel en el cuerpo, pueden imitar el estrógeno y, por lo tanto, pueden desempeñar un papel en el desarrollo del cáncer de mama, así como en otros problemas relacionados con el estrógeno como complicaciones reproductivas.
Conservantes naturales en los cosméticos
Es importante destacar la necesidad de utilizar un conservante en los cosméticos, pero no todos los conservantes son iguales. Actualmente se pueden encontrar 2 clases de cosméticos en el mercado: a base de agua o a base de un aceite vegetal como el aceite de oliva, girasol, sésamo, almendras dulces o coco.
Los cosméticos elaborados a base de agua son los principales ya que el coste de producción es menor. Sin embargo, la presencia de agua hace indispensable la incorporación de un conservante natural como puede ser benzyl alcohol, benzoic acid, sodium benzoate, sorbic acid, potassium sorbate o aceites esenciales, todos ellos orgánicos.
El agua es la principal fuente de crecimiento de microorganismos que no solo resultan dañinos para la piel, también para el organismo. Por ello, en cosméticos a base de agua es imprescindible un conservante natural para que su uso sea seguro.
Por otro lado, los cosméticos elaborados a base de un aceite vegetal, al no contar con agua, no necesitan ningún conservante, pero sí un antioxidante.
Los aceites reaccionan fácilmente no solo al oxigeno del aire, también a la radiación ultravioleta y para prevenir que el cosmético se enrancie fácilmente, es necesario incorporar vitamina E, tocopherol o algún antioxidante en la formulación.
Sin embargo, es importante tener claro que cuando se habla de un conservante no siempre se trata de un parabeno. Actualmente se pueden encontrar una gran variedad de conservantes, algunos de ellos naturales, que evitan el crecimiento bacteriano en los cosméticos y prolongan la vida útil de los productos.
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