Los espabilados
Foto: Movistar+

Han pasado diez años desde que Albert Espinosa nos arañó el corazón con ‘Pulseras rojas’. Ahora, coincidiendo con este décimo aniversario, el escritor regresa a la televisión con ‘Los espabilados’. Esta serie, que se estrena en Movistar+ el próximo viernes 29 de enero, está inspirada en su novela ‘Lo que te diré cuando te vuelva a ver’. Y, como suele ser costumbre si hablamos de este autor, tiene una estrecha relación con su infancia y las vivencias que le marcaron durante estos importantes años de su vida.

Este ha sido uno de los temas que hemos tratado en nuestra conversación telefónica. En la que también hemos repasado la importancia de hablar abiertamente de las enfermedades y los trastornos mentales en niños. ‘Los espabilados’ es una serie pionera en este aspecto, que nos cuela de lleno en un centro psiquiátrico y nos introduce en el mundo de un grupo de niños que, ante todo, son unos incomprendidos. Y cuyas heridas son, en la mayoría de los casos, el resultado de las heridas que arrastran los adultos que les rodean.

Albert Espinosa nos ha hablado de esto y de lo importante que era para él encontrar a unos actores que fueran, por encima de cualquier cosa, genuinos. Auténticos. Para que su historia tuviera ese carácter realista y esa verdad que, efectivamente, se respiran en sus episodios.

MEW MAGAZINE (MW): ¿Cómo surge la oportunidad de crear esta serie?

ALBERT ESPINOSA (AE): La verdad es que tenía muchas ganas de crearla. Es una serie que tenía ganas de haber hecho antes de ‘Pulseras rojas’. Y nació de mi propia experiencia. Yo tuve cáncer, y en la planta de arriba había chicos con problemas mentales. Pero que, en realidad, a nosotros nos parecía que no tenían ningún problema. Y se hacían llamar ‘los espabilados’. Siempre tuve la idea de hacer una serie sobre ellos, sobre estos espabilados. Y cuando escribí los capítulos, enseguida pensé que Movistar+ podía ser el sitio perfecto. Porque era una serie muy diferente. Capítulos de 25 minutos, donde se mezclaba humor, ternura, dolor… Y la verdad es que nació de esa experiencia.

Luego, más tarde, sí que estuve visitando varios psiquiátricos, hablé con muchas doctoras para todo el componente de la verdad, de la realidad. Y la idea era hacer una serie de aventuras, que también tuviera de fondo este tema sobre los chicos que están actualmente en centros psiquiátricos, y que tienen muchas ganas de escaparse y de marchar. Esta fuerza es la que me inspiró a escribir la serie.

MW: ¿Qué tenías claro que no podía faltar en la serie?

AE: Quería, sobre todo, que fuera una serie muy diferente a ‘Pulseras rojas’. Que no pasara en hospitales, sino que pasara todo en exteriores. Entonces, para mí, lo fundamental era que toda la serie fuera, efectivamente, en exteriores. Y, finalmente, la serie es un viaje entre España, Francia, Alemania e Italia. Es como una road movie, como si ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ se encontrara con ‘Cuenta conmigo’ o ‘Antes del amanecer’. Tiene esa sensación de ser todo exteriores.

Y lo segundo importante es que no quería que fueran chavales de 18 años que parecieran tener 14 o 15. Quería coger chicos de 11 a 14 años. Y fue más complicado, porque no es tan fácil encontrarlos. Pero realmente todos los actores tienen la edad real de sus personajes. Creo que eso ayuda mucho. Porque realmente ves a un niño de 11 años haciendo de un niño de 11 años, ¿no? Y últimamente en las series todos parecen mucho más mayores de lo que son (risas).

MW: ¿Y cómo fue el proceso de encontrar a los protagonistas?

AE: Vimos casi 4.000 niños. A mí me gusta mucho implicarme en el casting. Estuve junto a Roger Güall, el director, y Consol Tura. Consol fue la que hizo ya el casting de ‘Pulseras rojas’, y es la que en su día encontró a Bardem o a Penélope Cruz. Con lo cual, tiene una experiencia brutal encontrando joyas. La verdad es que tardamos bastante tiempo. Fue un verano de ver muchos niños y niñas.

Pero al final yo creo que buscábamos dos cosas importantes. Una es que fueran muy buenos actores, que fueran creíbles. Y la segunda es que fueran muy buenas personas. Porque luego, al final, tienes que lidiar con ellos y con sus familias en los rodajes. Y, si son buenas personas y tienen una buena pasta, es todo más sencillo. Son increíbles actores, pero como personas son unos chavales brutales. La relación todavía continúa con todos, porque tienen una energía brutal.

MW: Cuando uno escribe una serie basada en algo que ya ha escrito, en algo que ha salido de él, ¿se pone más presión que de costumbre?

AE: Tienes como una responsabilidad respecto a la gente que conociste. Yo tenía 14 años cuando conocí a ‘los espabilados’ de verdad, y siempre dije que había que contar su historia para vaciar los psiquiátricos. Creo que no debería haber ningún niño en un psiquiátrico. Porque la mayoría, por no decir el 100%, está ahí por culpa de adultos estropeados. Por cosas que les han hecho o les han provocado. Y, realmente, sí que había una sensación, como en ‘Pulseras rojas’, de tener esa responsabilidad.

Pero yo creo que mis historias, al final, son de aventuras. A modo de entretenimiento. Y hay gente que ve ‘Pulseras rojas’ y se queda con el entretenimiento, y gente a la que la parte emocional le toca. Pero yo creo que siempre intento pensar que estoy haciendo una serie de televisión que tiene un trasfondo. Darle un interés. Pero creo que el público, en definitiva, es familiar, y hay gente que se queda con una parte, que también es buena. Que sirva para entretenerse, y más en estos tiempos. Que sirva para salir de esta mega serie que estamos viviendo todos. Es interesante poder escapar en las series. Y creo que esta serie, que habla de escapar, de irte a exteriores, ayudará mucho a la gente. Porque es una gran escapada.

MW: Aquí tocas temas que prácticamente no se han tocado en nuestra ficción. No como centro de todo. ¿Crees que hace falta más visibilización de los problemas psiquiátricos, en este caso en niños?

AE: Sí, porque directamente no hay. Creo que niños en psiquiátricos no he visto en ninguna serie. Y cuando, con los chavales de verdad, visitamos los centros, ellos no entendían qué hacían los niños allí. No encontraban el problema. Al igual que yo no lo encuentro. Al final es una mezcla entre etiquetas que hay ahora, perfectamente documentadas con datos médicos, pero que en realidad muchos son chicos que tienen ganas de comportarse como lo que son: niños. Y creo que todo el tema de la medicación, de abusos de adultos estropeados, les crean problemas y complejos que no provienen de ellos.

Para mí hay un tema con esta serie, y es intentar vaciar psiquiátricos infantiles. Y, sobre todo, lograr visibilizar algo que, en realidad, ellos mismos, los actores, no se veían excesivamente diferentes a las personas que estaban encerradas en un centro y que, supuestamente, tenían un problema mental. Creo que es una serie que dará visibilidad a algo que quizá da mucho miedo. Visibilizarlo lo hará más cotidiano y evitará muchos problemas.


Los espabilados
Foto: Movistar+

MW: ¿Por qué crees que los niños son un vehículo inmejorable para tratar temas complejos como este y hacernos llegar mensajes potentes como el que manda ‘Los espabilados’?

AE: Creo que el público acepta mejor una historia de niños. Creo que tienen esta magia, esta inocencia… Y, además, los actores tienen como una energía que transmiten a los rodajes que hacen que luego las series puedan enganchar a un público familiar. Yo creo que si al chaval de 14 años le gusta la serie, le dirá a su madre, o a su padre, o a su abuela que la vean con él. Y creo que eso provocará también conversaciones. Esta misma serie, con adultos, sería más compleja de expresar, porque además es otra realidad. El cáncer infantil, por ejemplo, que conté en ‘Pulseras rojas’, lo viví. Pero, en este caso, es algo que viví de lejos. Pero sí que me afectó. Porque realmente eran unos chavales que lo único que hacían, la mayoría de las veces, era escaparse, porque no entendían qué hacían allí.

MW: ‘Los espabilados’ llega en este momento raro que estamos viviendo, con incertidumbre… ¿Se vive con más vértigo que de costumbre?

AE: No, con las series no. Yo creo que con el cine o con los libros sí que tienes más esa sensación de qué pasará. Pero una serie, como le llega directamente al espectador a casa, y en estos momentos la gente tiene ganas de que le lleguen cosas a casa, creo que también es una suerte. Además, la íbamos a estrenar en septiembre. Y, con todo esto de la pandemia, se ha retrasado, porque había más retraso de otras producciones. Entonces, ha llegado en enero, y a mí me gusta mucho más. Porque es justamente 10 años después de la fecha en la que estrenamos ‘Pulseras rojas’. Y a mí estas casualidades me gustan mucho. Que sea el mismo mes, diez años más tarde…

Creo que, aparte, la gente la acogerá muy bien. Porque no es una serie de hospitales, sino de exteriores. De ver cuatro países, islas… Creo que todo el mundo tiene ahora mismo, en una libreta, los lugares a los que quiere viajar cuando todo esto acabe. Todos tenemos unas ganas terribles de escapar, de viajar, ir a sitios… Y creo que la serie dará un poco de ese aire, de lo mismo que siente la gente ahora.

MW: Y tú, en todo el proceso de creación y de rodaje, ¿qué has encontrado?

AE: Sobre todo, el grupo de ‘los espabilados’, los niños, los protagonistas. El tener amigos de 11, 12, 13 y 14 años, es algo que generalmente es complicado. A no ser que sean tus hijos, tus sobrinos o sus amigos. Y, a veces, ni los amigos de tus hijos son tus amigos. Pero, claro, es como tener 4 amigos de estas edades. Tengo un grupo con ellos, me mantienen al día de cosas que de otra manera no pillaría… Y la verdad es que me hace mucha ilusión.

Creo que, al final, de los proyectos sacas un grupo de amigos. Estos chicos te hacen muy feliz. Ven el mundo de otra manera. Y su felicidad por que llegue la serie hace que también impulse la felicidad de todos. Y también me quedo, por supuesto, con la posibilidad de contar una historia así. Que no podría contarse sin cadenas como Movistar+. ‘Los espabilados’, una historia de niños con enfermedades mentales, en capítulos de 25 minutos y todo exteriores, es impensable en una cadena estatal. Y he tenido la suerte de encontrarme con Movistar+ en el momento adecuado y que me hayan dado total libertad y buenos consejos.

‘Los espabilados’ se estrena en Movistar+ el próximo 29 de enero.

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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