A veces la vida nos sacude los cimientos. Revoluciona todo. Nos mueve los pies, nos descoloca y nos deja bailando con el viento, sin saber muy bien dónde está nuestro lugar. Pero, al mismo tiempo, nos llama a la puerta y coloca un precioso regalo frente a nuestras manos. Para lanzarnos a una nueva aventura y abrazarlo firmemente. Así llegó Vicky a las manos de Ana Labordeta para ‘Madres’. Un personaje que le dio la oportunidad de homenajear un momento vital extremadamente complejo en su vida. Un personaje tan fuerte como vulnerable. Con una mirada tan libre como honesta. Como la propia Ana Labordeta.

MEW Magazine (MW): Aquello que te atraía en un principio de tu oficio, ¿ha ido evolucionando con el paso de la experiencia?

Ana Labordeta: Me parece una pregunta muy interesante porque en esta profesión hay algo que no puedes perder nunca que es la ilusión. Y si la pierdes, estás perdido.

Hay que enfrentarse al nuevo trabajo como si fuese la primera vez que te dedicas a esto. Es algo que intento cultivar. Intento tener ese hormigueo en el estómago porque si no lo tengo, hay algo que no está funcionando.

Es cierto que hay veces que hay trabajos que te motivan menos, aunque intento que me ocurra poco.

MW: ¿Una se enfrenta igual a todos los personajes o depende del personaje?

Ana Labordeta: Depende del personaje. Y depende mucho de tu situación vital. Y de tu experiencia. En esta profesión, a medida que cumples años y vas cargando esa mochila con más historias, te vas convirtiendo en mejor actriz. Porque entiendes mejor a los personajes.

El momento vital en el que estés es vital. Por ejemplo, a mí, ‘Madres’ me vino en un momento vital muy especial. Y, entonces, me enfrenté a ella de una manera nueva. Yo nunca me había enfrentado así a un personaje. Estaba en una situación personal muy especial, en un duelo. A ese personaje, una enfermera, le puse toda mi experiencia de dos años de hospital y de cuidar a mi pareja. Quise hacer un homenaje a las enfermeras.

Si yo no hubiese vivido lo que viví, Vicky no hubiese sido así. Yo tomé como faro a una enfermera del 12 de Octubre, porque en oncología iba siempre de rosa. Al cabo de un tiempo supe que había una historia detrás de ese color rosa.

Cuando a mí me ofrecen a Vicky, que era un personaje muy chiquitín, yo no sabía que hacer con él y esa experiencia vital se la puse a Vicky.

Puedes ver nuestro reportaje fotográfico con Ana Labordeta AQUÍ.