Ángela Cremonte tiene tanto que decir de ‘Mentiras’, su valor y su importancia como esperaba. Con el primer episodio, que ya podéis disfrutar en Atresplayer Premium, ya se intuye lo contundente que quiere llegar a ser y también la calidad en la dirección, los guiones y las interpretaciones. Y ‘Mentiras’ es esa clase de ficción que trasciende el entretenimiento, porque tiene un mensaje perfectamente ensamblado con la acción que va transcurriendo.
Tenía muchas ganas de hablar de ‘Mentiras’, y así se lo he hecho saber a Ángela, con quien también tenía muchas ganas de hablar. Y es un gusto comprobar que la principal voz de esta ficción tiene muchas cosas que decir, tiene un discurso tan contundente como es la propia serie y sabe bien de lo que habla cuando lo hace. Disfrutad de la entrevista, y no dejéis de hacer dos cosas: ver ‘Mentiras’ y reflexionar en torno a ella.
Me entraron muchas ganas de poder contar esta historia de una supuesta victima tan poderosa como es el personaje de Laura
MEW Magazine (MW): Cuéntame: ¿qué fue lo primero que pensaste de esta historia cuando llegó a ti?
Ángela: La verdad es que me alegré mucho, porque en general siempre tengo que hacer castings y esta vez me dijeron que si lo quería hacer era mio, entonces fue un regalo muy emocionante. Y después de ver la versión británica me di cuenta de la dimensión de lo que me estaban ofreciendo. Pero me asusté poco, fíjate; podría haberme asustado mucho más. Me entraron muchas ganas de poder contar esta historia de una supuesta victima tan poderosa como es el personaje de Laura. Me gustó mucho que se mostrase una victima con tanto carácter y tan fuerte, ¡por fin!, porque no sé por qué tenemos ese estereotipo de que las víctimas son seres frágiles y corderitos degollados, y en absoluto. Las víctimas lo que tienen es que, en general, son buena gente, gente confiada que lo que no ven es el puñal por la espalda, pero es gente con carácter y solvencia social. Eso me gustó mucho.
MW: Antes de entrar un poco en el aspecto reflexivo de la serie, cuéntame cuáles crees que son los puntos fuertes de ‘Mentiras’ como thriller.
Ángela: El punto fuerte es que desde el inicio uno empieza a sospechar de todo el mundo. Parece que todo el mundo va con la verdad por delante y es el abanderado de la verdad única y suprema, y a los quince minutos de estar servido el conflicto uno ya empieza a dudar de la victima, del verdugo y de los familiares de unos y de otros. Creo que eso engancha muchísimo, porque la zanahoria delante del burro está muy bien colocada. Y el otro punto fuerte es que creo que, por cómo está rodada… Según avancen los capítulos los que hayan visto la versión inglesa espero se den cuenta de que no está rodada igual que la británica, por mucho que alguien haya dicho que es así; quien sepa un poco de técnica de cámara se dará cuenta de que no, nosotros no la hemos rodado exactamente como la inglesa. A lo que voy: uno de los puntos fuertes creo que son las interpretaciones, y el guion, que hemos modificado a dos minutos de dar acción si lo que estábamos diciendo no nos parecía verdadero o verosímil, o parecía simplemente texto. Y creo que también no nos hemos permitido, y espero haberlo conseguido, que pareciese que estábamos interpretando, sino que pareciese que lo que estaba sucediendo nos estaba sucediendo por primera y única vez en el mundo, en ese segundo, y que las emociones, que están muy a flor de piel, eran reales.
El guion lo hemos modificado a dos minutos de dar acción si lo que estábamos diciendo no nos parecía verdadero o verosímil, o parecía simplemente texto
MW: Me interesa todo lo que tiene que ver con tu personaje. ¿Qué es lo que más te gustó de Laura cuando te la presentaron, cuando la conociste?
Ángela: Lo que más me gustó de ella es quizá lo que ya hemos mencionado: que ella en seguida se da cuenta de cuál es su verdad, luego veremos quién miente. Pero ella, en cuanto se da cuenta de lo que ella cree, que es que la han violado, no duda de si misma. Ella va para adelante, tira con todo y quiere poner al muerto en la plaza pública. Y no le da vergüenza, y no se avergüenza de señalarlo con el dedo y decir: esta soy yo, me ha pasado esto y quiero ir a por todas a descubrir la verdad. Eso me gustó mucho porque en general hay veces que nos enseñan lo contrario, nos enseñan a dudar de nuestras verdades, de nosotros mismos; a avergonzarnos de lo que nos sucede y a esconder nuestras heridas, y ella no las esconde.
Creo que como sociedad tenemos que empezar a reflexionar si no estamos victimizando de manera doble a las víctimas, y si no estamos negándoles el beneficio de la credibilidad
MW: ¿Qué crees que es importante que quede bien reflejado en este personaje?
Ángela: Para mí, creo que es importante que quede bien reflejado que a veces la verdad no es relativa y no depende del cristal con que se mire; a veces la verdad es única, absoluta y de un solo color. Y es importante pelear por ella. Creo que como sociedad tenemos que empezar a reflexionar si no estamos victimizando de manera doble a las víctimas, y si no estamos negándoles el beneficio de la credibilidad, porque parece que en general cuando una víctima expone lo sucedido dudamos de ella, aunque sea solo un segundo, igual que Cata duda de su hermana. Y creo que una víctima tiene que tener el beneficio de la credibilidad antes que el beneficio de la duda.
MW: ¿En qué has querido hacer hincapié tú como intérprete?
Ángela: Yo quería hacer una víctima poderosa, una mujer fuerte y a la vez quería que en mi manera de interpretarla, que eso lo he hecho, porque he sentido muchísimo respeto por el tema que se tocaba… (pausa) He intentado hacerlo con muchísima delicadeza y sostener todas esas emociones tan extremas, fuertes y dolorosas lo más real posible. Para mí, es muy importante que el espectador vea mi corazón, eso es lo que quiero. Pero no por una cuestión de ego, sino porque así se ve, creo, el corazón de la historia que estamos contando, el corazón de una víctima. Y que no parezca que lo estaba interpretando, sino que me estaba sucediendo. Eso es lo único que puedo ofrecer a esta historia como actriz o como persona, como ser humano.
Y a medida que Ángela Cremonte habla, yo pienso que prácticamente cada una de sus palabras podría ser un titular. Al margen de lo periodístico, al margen de ese clic fácil que algunos buscan y que a mí generalmente me trae sin cuidado, en un sentido de estricta importancia. Prácticamente cada una de sus palabras podría encabezar este texto, porque resumen bien una parte o varias partes esenciales de lo que es esta serie, y por tanto resumen bien lo que hay ahí afuera, en la realidad.
MW: Entiendo que eres una persona que está muy concienciada con este asunto, y entiendo que viene de lejos, no solo a raíz de estar involucrada en este proyecto, pero a lo mejor estar tan cerca de la historia te ha hecho pensar en algo en lo que no habías pensado antes. No me refiero a lo más básico, al “no hay que violar”, porque eso es evidente. Me refiero a cuestiones en las que no se suele profundizar tanto, por ejemplo esos juicios públicos a los que se somete a las víctimas. Hay un tema que a mí me encanta con esta ficción, y es que refleja muy bien que tenemos estereotipos muy equivocados con las víctimas y con los culpables, con los que cometen un delito así.
Ángela: Totalmente.
MW: En ese sentido, ¿de qué te has dado cuenta tú mientras estabas dentro de ‘Mentiras’?
Ángela: Madre mía, se me ponen los pelos de punta, porque son tantas cosas… Según has ido enumerando, me he dado cuenta de, primero, el gran error que tenemos en la cabeza. El estereotipo de la víctima como una persona frágil, con cero habilidades sociales, un corderito degollado fácil de engañar, y un verdugo con cara de malo y un cartel en la frente que ponga “te voy a destrozar la vida”. Es al contrario. Normalmente, los verdugos, o muchos de ellos, son gente que se disfraza de un ser angelical, luminoso; el perfecto padre, el vecino ejemplar, con unas habilidades sociales también estupendas, porque sino sería muy difícil engañar a sus víctimas. Normalmente eligen víctimas… No frágiles, al contrario. Eligen víctimas, porque es un reto para ellos muchas veces, poderosas, independientes, inteligentes. Lo que pasa que, claro, insisto, una víctima a veces es una persona honesta y no piensa en el mal, y como no piensa en el mal no ve el puñal que le clavan por la espalda. Eso lo he aprendido.
También he aprendido a creer más. Lo que te decía antes, creo que tenemos que creer más en nuestras propias verdades y defenderlas sin tanta vergüenza. A no tener miedo a mostrar nuestras heridas, a vivir la soledad de la herida, también. A ser fuertes ahí, porque es verdad que mucha gente no nos va a creer, que de hecho sucede. Y a que la verdad a veces no es relativa, hay veces que la verdad es absoluta y solo tiene un color; hay veces que una cosa no está bien hecha, y para eso está el código penal.
Y he vuelto a recordar que, como muchos de nosotros, casi todos en realidad si lo pensamos, hemos sido criados por víctimas. Víctimas poderosísimas que empujan el mundo hacia adelante. A todos en la vida nos ha pasado algo fuerte, que nos ha convertido en mayor o menor grado en víctima de algo. Hemos sido criados por padres y abuelos a los que les han pasado muchísimas cosas, y son víctimas, seres humanos, muy poderosos y muy fuertes. Y eso me enorgullece. Me enorgullece pensar que las víctimas son las que construyen el mundo, y lo hacen desde la honestidad, desde la fuerza y sobre todo desde la dignidad.
Para mí, es muy importante que el espectador vea mi corazón, eso es lo que quiero. Pero no por una cuestión de ego, sino porque así se ve, creo, el corazón de la historia que estamos contando, el corazón de una víctima
MW: Escuchándote hablar, pienso en el rodaje, me imagino en tu posición… No sé si yo podría abarcar la cantidad de emociones que una puede llegar a experimentar. ¿Cómo fue para ti? ¿Cómo fue sentirte en su piel, en la piel de Laura?
Ángela: Fue una gran responsabilidad. Pero no sé por qué, por estas cosas mágicas que tiene la vida, de repente sentí como que la entendía rápido, y que los zapatos me quedaban bien de talla. Ha sido difícil de sostener el dolor del personaje tres meses; también te digo que el rodaje ha sido muy bonito, y muy divertido, entre medias hemos soltado mucha tensión y nos hemos reído mucho. La verdad es que… Es que me he comprometido tanto. Yo sabía que tenía que llegar hasta el final si quería interpretar esto bien, y decidí comprometerme y decidí poner mi propia experiencia, y mi propia herida, en parte sin sanar, encima de la mesa, y mostrar mi corazón. ¿Que mi corazón no es el de Laura? Cierto, entonces mostrar la parte de mi corazón que sí era igual que el de Laura. Y sin pudor, desnudarme.
MW: Es muy emocionante escucharte hablar, porque de verdad este es un tema tan importante…
Ángela: Para mí lo es. Para mí lo es, no tanto por mí, sino porque, de verdad, yo he sido criada por víctimas, por un abogado de derechos humanos, y es que para mí es muy importante. Es que me hace vibrar, entonces no quería obviar eso.
En estos momentos en los que la emoción, el vínculo y los afectos son la balsa que nos está salvando, creo que esta es una serie que si te sientas a verla tranquilamente, es una serie que te emociona y te va a encoger el corazón
MW: Imagínate que tienes que ponerte delante de un espectador potencial y tuvieras que decirle: mira, tienes que ver ‘Mentiras’, porque es un buen thriller y porque además vas a reflexionar, a mí ha llegado de esta manera, de esta y esta. ¿De qué le hablarías? ¿Dependería lo que dijeras del espectador que tienes delante? ¿Cambiaría si es hombre o si es mujer?
Ángela: No. No cambiaría si es hombre o si es mujer. Para mí… No. Hay un montón de cosas en las que quizá somos distintos, pero en otras somos iguales y está bien que usemos el mismo lenguaje, y la misma sensibilidad y a cada uno le llegará el mensaje de una u otra manera, independientemente de su sexo, porque las víctimas y los verdugos no entienden de hombres y mujeres. Y es verdad que las mujeres hemos sufrido, por nuestra situación histórica, una serie de agravios concretos, y los hombres otros, pero víctimas y verdugos hay en todos los sexos.
¿Por qué tiene que ver ‘Mentiras’? Porque creo sobre todo que, en estos momentos en los que la emoción, el vínculo y los afectos son la balsa que nos está salvando, esta es una serie que, si te sientas a verla tranquilamente, te emociona, y te va a encoger el corazón. Nos recuerda que tenemos corazón. Y porque además creo que está muy bien hecha en el sentido de que te hace dudar todo el rato de todos los personajes, y de quién dice la verdad. Entonces te hace pensar, y te hace querer saber más. Independientemente de que el tema que plantea es un tema interesante del que llevamos hablando bastante tiempo: dónde está el límite, si el no es no, si es culpa de una falda más corta o más larga… Y qué tenemos que hacer cómo sociedad a este respecto, al respecto de lo que está pasando, a nuestras hermanas, a nuestras hijas, a nuestras madres. Y también, a lo mejor no nos estamos dando cuenta, a nuestros niños, hermanos y padres, porque de alguna manera esto también les victimiza a ellos. Esto nos victimiza a todos.
Cuando pensaba en hacerle la pregunta anterior, en si cambiaría el discurso en función de la persona que tuviera delante, en un principio he pensado que tal vez tuviéramos que asimilar más ciertas cosas que otras dependiendo de quién seamos. Y después he pensado como ella, que no. Que todos tenemos que recibir lo mismo, que al final es todo, porque cuando se trata de esto es todo. Independientemente de cómo seamos. Y he pensado, también, que yo hablaría sobre todo de dos cosas: el apoyo a las víctimas y los estereotipos equivocados.
MW: Falta todo el recorrido ante el público, pero supongo que podemos hacer como una primera valoración de lo que ha sido todo. A modo de conclusión, cuéntame qué te has llevado de esta serie.
Ángela: De ‘Mentiras’ me he llevado una experiencia personal absolutamente trascendental. Son tantas cosas… Me vienen recuerdos de rodaje, y aparte de los amigos que he hecho, que son lugares muy comunes… Me llevo una experiencia trascendental. He conectado mucho con lo que es estar vivo, con mis dioses o los dioses, no sé; con la energía de la vida. Y me llevo como mucha gratitud, y siento mucha dignidad por las víctimas de las injusticias del mundo. Siento ponerme tan épica, pero yo soy medio argentina y me han criado víctimas, y hay tanta dignidad en eso y tanta fuerza… Y es que el que se cansa pierde, esa es la verdad, y aquí no se cansa nadie. Eso es lo que he aprendido. Y también… Antes de hacer Laura yo tenía algunos frentes abiertos que he podido ganar. Y me ha hecho más fuerte y más segura como ser humano, como mujer. Eso también me lo llevo.
MW: Como nos hemos puesto muy intensas, para terminar de una manera relajada, te voy a pedir que me recomiendes alguna película o alguna serie para ver estos días.
Ángela: Supongo que es una serie que ya ha visto mucha gente, pero es que me ha encantado. ‘Unorthodox’. Es una serie que está muy guay, la verdad, tiene mucho brillo. Pese a que el tema que toca tiene su parte complicada, es una serie que tiene cierta espumita y que creo que está muy bien para ver ahora.
Antes tenéis que empezar a ver ‘Mentiras’. La tenéis en Atresplayer Premium, os va a gustar, os va a hacer pensar y tal vez si después volvéis a leer esta conversación con Ángela Cremonte os emocione tanto como a mí me ha emocionado escucharla hablar. Qué buenas voces tenemos con nosotras.
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