Cuidado, este artículo puede contener spoilers.
La cuenta atrás está llegando a su final. Y como siempre ocurre cuando nos acercamos a un desenlace, los hechos se aceleran. Ya lo vimos en el episodio anterior de ‘Estoy Vivo’ y lo hemos confirmado en el emitido este mismo jueves. No hay respiro, no hay tiempo para bromas, la solución está a la vuelta de la esquina, pero no va a ser sencillo llegar a ella. Márquez y compañía cada vez se encuentran con más obstáculos en el camino y los últimos en aparecer pueden llegar incluso a ser insalvables.
En este último episodio, el 38, los guionistas de la serie han vuelto a demostrar -¿cuántas veces van ya?- el manejo de las muchas tramas que se han desarrollado y se desarrollan en ella, conectándolas cuando nadie lo esperaba y de manera exquisita. Por momentos, creemos que el complicado mundo de ‘Estoy Vivo’ le puede venir grande a cualquier creador, pero sólo necesitamos ver los últimos 10 minutos de este capítulo 38 para comprender que estamos equivocados. En esta serie todo está medido, no se deja nada al azar y tampoco se sacrifica la naturalidad y la credibilidad en pos de las muchas sorpresas que aparecen semana tras semana.
En esta ocasión, este factor sorpresa ha estallado por los aires, ha sido más brutal que nunca y también más atrevido y travieso que nunca. El inesperado regreso del Carnicero, con ese silbido que (comprobado) sigue poniéndonos el vello de punta, fue el cierre de oro para un capítulo en el que, una vez más, no falló nada. Intenso, tenso y emocionante, este episodio nos acerca un poco más a ese deseado y temido final en el que, probablemente, vuelva a haber sonrisas y lágrimas.
Lo increíble de la verdad
La sorpresa del Carnicero y esos minutos finales de acción, con el ataque coordinado de los Enlaces, se llevaron todo el protagonismo. No es para menos. Podemos estar hablando de las mejores escenas de lo que llevamos de tercera temporada, lo cual nos hace pensar que el final va a ser apoteósico. Pero más allá de esto, lo más especial de este capítulo 38 ha sido el descubrimiento definitivo. Santos, que lleva episodios y episodios confiando sin saber, protegiendo sin ser consciente de a quién protegía, por fin ha abierto los ojos. Bueno, se los han abierto y los ha vuelto a cerrar, por miedo, por culpabilidad, por lo increíble de esa verdad que siempre ha tenido delante de él.
Me quedo con esto porque es la esencia de ‘Estoy Vivo’. La acción siempre está bien, esa intriga, ese saber qué ocurrirá finalmente. Pero esta serie en realidad nos habla de relaciones, de todos los tipos de amor, que no encuentran barreras ni en la muerte. Por eso, la emoción y el miedo unidos en la mirada de Santos son los que verdaderamente cierran el círculo. El grupo vuelve a estar unido -no sabemos por cuánto tiempo-, Andrés Vargas ha recuperado lo que siempre fue suyo y el amor ha ganado. Ahora tendremos que ver quién se hace con la victoria definitiva.
¿Y ahora?
Puede que estés pensando que todo esto es muy bonito, muy emotivo y muy especial, pero… ¿Qué va a pasar ahora? Los Enlaces tienen a Iago y a Carlota y Márquez y compañía han sido sitiados y David ha recibido un tiro cuanto menos feo. Y, mientras tanto, Verónica está siendo trasladada a la cárcel de Soto del Real. O lo estaba, porque un misterioso caballo negro ha aparecido en mitad de la carretera y ha provocado un accidente que, presumiblemente, facilitará la fuga de la comisaria.
Hasta aquí, todo lo que sabemos. Y cuando acaba la información, empiezan las teorías. ¿La mía? La Directora no está tan desaparecida y acabada como parece y va a ser la clave para la salvación de este Equipo A tan particular. Puede que sea ella la que ha organizado la fuga de Verónica y que juntas, o más bien ésta bajo su s órdenes, salvan a Márquez y compañía, a la humanidad y hasta a las luciérnagas. Girl power.
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