Esta crítica no contiene spoilers de ‘Caminantes’.
El terror continúa siendo uno de los géneros pendientes de la pequeña pantalla, sobre todo dentro del panorama nacional. Probablemente por la dificultad que acompaña al género, tanto a nivel técnico como a nivel narrativo. Pero a Koldo Serra no hay reto que se le resista. El director se encuentra en un estado de gracia que se confirma con su trabajo en ‘Caminantes’, nueva serie original de Orange TV, que se estrena este mismo viernes 10 de julio. A partir de la idea y el guion de José A. Ledo, creador de la ficción, el vasco construye un universo oscuro sin grandes medios o efectos excesivos.
La ficción nos sitúa en la selva de Irati, uno de los parajes más hermosos y misteriosos del norte de nuestro país. Cinco jóvenes, que estaban realizando el Camino de Santiago, desaparecen sin dejar más rastro que sus mochilas y sus móviles. Tirando del recurso del metraje encontrado, uno de los más populares en el género del terror, pero también de los más complejos, viajamos en el tiempo para conocer sus pasos. Así, descubrimos cómo su tranquilo viaje se convierte, de un momento a otro, en una huida desesperada para salvar sus vidas.
Llevando el ya mencionado recurso del metraje encontrado a la máxima expresión, toda la serie está rodada con los materiales que observamos. Como si realmente nos colásemos en las horas más terroríficas de las vidas de esos jóvenes. Con un realismo en las persecuciones que es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la serie, nos convertimos en los propios protagonistas. Y somos cazados, recibimos pedradas y flechas que vienen de ninguna parte y sentimos el terror en primera persona. Eso sí, con ‘peros’.
Lo que sí está bien
En ‘Caminantes’, lo primero que funciona es la premisa de la que parte. También la construcción del terror y del ambiente tenso, que se mantienen hasta el último minuto de metraje. Sobre todo para quienes gusten del género y del recurso del metraje encontrado. Tratándose de un formato diferente, incluso peculiar, es probable que no todos conecten con él. En mi caso, como entusiasta del terror y de los visionados en los que la ansiedad se apodera de mí, la conexión ha sido inmediata. Incluso he encontrado más tensión y más incertidumbre en los cortes que, para otros, pueden ser un obstáculo.
También encuentro acertado el desarrollo de la historia, del que no desvelaré demasiado. El que se nos vayan entregando pequeñas pinceladas para que seamos nosotros, en los pocos respiros de los que gozamos, los que lleguemos a la conclusión. Comprobando, además, que no es la solución del problema. Sino un descubrimiento mucho más terrorífico de lo que en un principio podríamos haber imaginado.
Supongo que hay dos maneras de ver y de entender ‘Caminantes’. Ambas igual de válidas. La primera, como un producto clásico de terror. Ansiedad, sustos, persecuciones y algo de sangre. Y la segunda, como un producto clásico de terror complementado con un reflejo aún más terrorífico de nuestra sociedad, del ser humano y de la ausencia de límites del mismo. Ahí es donde encuentro el otro gran punto fuerte de una serie que gustará sobre todo a los amantes del género, pero que, con un poco de atención, puede dar para importantes reflexiones.
Lo que me desconecta
Ahora bien, como he señalado unos párrafos más arriba, encuentro algunos ‘peros’ que me distancian y que han dejado en mí un sabor agridulce. Para empezar, la construcción de los personajes. Desde el comienzo, vemos cómo quedan encerrados en clichés que hace tiempo dejaron de funcionar. El líder del grupo, la chica buena, la alocada, el retraído… Sin olvidar, por supuesto, las referencias al aspecto físico o las burlas relacionadas con la introversión del más joven. Detalles que, inevitablemente, me llevan a ficciones de hace más de una década.
También hay instantes en los que los propios vídeos de los protagonistas me sacan del realismo que sí encuentro en otros. En los momentos más tensos o en aquellos en los que vemos que han perdido por completo los nervios, paran y deciden grabar. Un acto que, si bien evidentemente tiene que darse en pos de favorecer al formato, puede chirriar y desconectar al espectador. Metidos de lleno en la persecución, la primera vez que ocurre la desesperación se apodera de nosotros. La segunda y la tercera confieso haber gritado a la pantalla. Pero, a partir de ahí, la anécdota puede pasar a ser un obstáculo insalvable.
Y me entristece de verdad escribir estas líneas. Como espectadora, me entristece sentir que este ‘pero’ pueda ensombrecer las magníficas escenas de acción en la que el terror se respira y la ansiedad se toca, gracias a la dirección y a un sonido sublime. O la creación de un relato original, que no se queda en la superficie y que, sin dárnoslo masticado, nos entrega un buen análisis del ser humano y de nuestra falta de humanidad, así como de aquello que sólo la muerte puede sacar de nuestro interior. Pero no puedo obviar ni ocultar lo que he sentido viendo sus ocho episodios.
Creo que, efectivamente, el resultado final podría haber sido mejor. Con menos clichés y quizá una grabación más natural de algunas escenas, en las que no me imagino a mí misma optando por coger mi móvil en lugar de salir corriendo. Pero ‘Caminantes’ es una serie que los amantes del género disfrutarán y de visionado trepidante, terrorífico y adictivo.
Son 7 episodios y me sobran 3 pero, ¿quién los cuenta?