Education
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'Education'

Lo Mejor
  • El mensaje
  • Guion
Lo Peor
  • -

Esta crítica no contiene spoilers de ‘Small Axe: Education’.

Steve McQueen ha volcado por completo su alma en ‘Small Axe’. Una afirmación que perfectamente podría haber emitido tras el visionado de ‘El Mangrove’ o de ‘Lovers Rock’. Pero que ha terminado confirmándose con el paso de las semanas y, por supuesto, con el maravilloso cierre de esta antología. Este jueves 4 de febrero se ha estrenado en exclusiva en Movistar+ ‘Education’, la quinta y última entrega de este viaje tan especial y tan importante.

En esta última cinta, el director británico vuelve a fijar la vista en el pasado. Pero también lo hace en el futuro. En los niños, en quienes deben ser el legado de una cultura, una forma de vida y una serie de tradiciones que están continuamente amenazadas por la extinción. McQueen fija la mirada en los más pequeños, en cómo han sido y son tratados y en la importancia del cariño, el respeto, la educación igualitaria, la paciencia y la confianza. Y nos entrega un relato muy corto, pero muy emocional y muy especial, que recoge todos esos mensajes que ha ido mandando en las entregas anteriores de su ya alabada antología.

Kingsley tiene 12 años y no termina de adaptarse a la escuela. Aparentemente, no es lo suyo. Pero tampoco ayuda que sus profesores le sientan como un estorbo. Tanto es así que, finalmente, deciden enviarle a una escuela para necesidades especiales. Un cambio que traumatiza al pequeño y al que sus padres, sumergidos en la vorágine del día a día, no terminan de atender. Hasta que comprenden que ese traslado no está pensado para el bien de Kingsley. Es, simple y llanamente, una muestra más de las políticas de segregación existentes, que impiden que niños de comunidades como la afro-caribeña, por poner un ejemplo, reciban la educación que les corresponde como derecho fundamental.

Un cierre inmejorable


Education
Foto: Movistar+

Decía que Steve McQueen ha volcado su alma en esta antología. Y, efectivamente, lo ha hecho. Pero en este cierre se ha dejado un pedacito más grande. Sin ser la historia más desarrollada o más potente a primera vista, sí es la que mejor resume todo lo anterior. Y la que, probablemente, mejor conecta con el público. En primer lugar, porque tenemos a un niño, que representa a todos los demás, en el centro de la ecuación. Y, en segundo lugar, porque el conflicto que nos encontramos en la pantalla es el que probablemente podamos sentir más cercano y, ante todo, más injusto.

Lo he pensado mucho desde el visionado, que quise y necesité reposar. Y creo que es esa sensación de flagrante injusticia, convertida en rabia y en impotencia, lo que marca la diferencia en ‘Education’. Es tierna en todo momento, pese a la dureza del relato. Y es divertida, en parte gracias al bueno de Kingsley. Pero es amarga como ella sola. Y nos señala a todos, incluso a aquellos que nos creemos por encima de los comportamientos racistas. Nos señala porque hemos tenido y tenemos esa realidad delante de nuestras propias narices, y no somos capaces o no queremos verla. Ahí está el dilema. ¿Somos cómplices conscientemente o hemos sido cegados por una sociedad altamente racista?

La honestidad y la verdad que marcan las cuatro anteriores entregas de ‘Small Axe’ también están presentes aquí. Con secuencias en las que no se nos dice nada, sino que se nos deja ver. Y, a la vez, con un brillante guion que lo cuenta todo sin aditivos y sin demasiadas florituras. Con crudeza y sencillez, como la vida misma que tan bien refleja en estos poco más de 60 minutos de metraje.

La delicadeza y la elegancia de McQueen también están, la ambientación cuidada no falta y la crítica afilada vuelve a ser la gran protagonista de la historia quizá más humana y dolorosa de todas. La que nos obliga a actuar, décadas después y en sociedades diferentes, pero que comparten una misma base. Se sigue aislando al diferente, se sigue segregando a muchos y muy diversos niveles.

‘Small Axe: Education’ ya está disponible en Movistar+.

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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