El final de ‘Veneno’ está cada vez más cerca y este séptimo capítulo muestra una etapa de la vida de Cristina muy importante. En el año 2003 Cristina Ortiz entró en prisión en un módulo de hombres. Esto no fue nada fácil para ella ya que no tenía que estar allí y no se sentía cómoda en ese lugar ni en esa situación. Todo ello la llevó a revivir sus traumas más oscuros que pensaba que había dejado atrás en su infancia. Tendrá que ocultar su esencia y forma de ser, para permanecer con vida en un universo completamente hostil.

En el presente decidirá que ya es hora de recuperar como sea esta esencia y su gran personalidad. Así se obsesionará por volver a ser una estrella de la televisión aunque cada vez caerá en hábitos y actitudes más sombrías. Esto irá poco a poco mermando las energías de su amiga Paca y hará que Valeria quiera publicar su libro cuanto antes.

La cruda realidad

Este capítulo de ‘Veneno’ comienza a lo grande con un hecho impactante: la entrada de Cristina a la cárcel. Además, es un principio que pone de manifiesto la horrible transfobia que existía y que todavía sigue existiendo. Este hecho marcó muchísimo la vida de Cristina Ortiz por lo que no podía no aparecer en esta ficción. Un episodio de su vida que no solo fue injusto, porque no merecía entrar, así sino que fue muy desagradable.

La estancia de Cristina Ortiz fue muy dura, y en este episodio se muestra esta cruel realidad con todo detalle. El espectador se pondrá bajo la piel de Cristina para sentir todo lo que ella sintió cuando estuvo en la cárcel, en un módulo de hombres. Un capítulo para comprender todo el dolor que sufrió Cristina. Sentimientos de odio hacia las injusticias que vivió. Tristeza, rabia e impotencia por todo lo que vivió allí dentro. Sin duda uno de los capítulos más difíciles ya que muestra muy bien lo que pasó.

En esta etapa de su vida Cristina Ortiz tuvo que dejar a un lado todo lo que había logrado para no destacar demasiado y poder sobrevivir. Dentro de la cárcel se sintió vacía y triste porque no podía ser ella misma y volvió a ser Joselito. Daniela Santiago encaja a la perfección como Cristina Ortiz y en este intenso capítulo vuelve a demostrar su enorme talento. Una situación muy complicada pero muy bien explicada gracias a su interpretación.

Isabel Torres y Daniela Santiago brillan con luz propia

Por otra parte, en lo que al presente se refiere, Cristina Ortiz tiene más ganas que nunca de volver a ser La Veneno. Isabel Torres encarna de manera brillante a esta Cristina que ansía de nuevo la fama. Después de todo lo que ha sufrido y está sufriendo, Cristina quiere recuperar el sitio que sabe que la corresponde en la televisión. Para conseguirlo estará dispuesta a cualquier cosa y luchará hasta el final por sus sueños. Pero no todas son capaces de seguirla en esta carrera.

De nuevo seremos conscientes de la bonita y sincera relación que mantenían Cristina Ortiz y Paca. Paca se preocupaba realmente por ella y era su máximo apoyo siempre. Para lo bueno y para lo malo, esta amistad es lo que necesitaba Cristina Ortiz. En este capítulo queda perfectamente reflejado este vínculo tan especial e importante para entender su historia. Pero ahora Cristina solo se preocupa por ello y no es justa con nadie.

Además, Valeria no puede esperar más para publicar el libro sobre Cristina Ortiz. Otra parte esencial de este penúltimo episodio. Su personaje es clave en todo el desarrollo de ‘Veneno’ y en esta nueva entrega mucho más. Ella es el hilo conductor de todo esto y gracias a ella conoceremos su historia. Sus ganas de escribir este libro hicieron que Cristina Ortiz tuviera más ganas de vivir y de hacer que su vida mereciera la pena. Sin embargo, Valeria sufrirá también lo pasará muy mal en este episodio y nosotros con ella. Pero es una luchadora que no se rinde ante nada ni nadie.

Un capítulo redondo que nos muestra dos puntos de inflexión en la vida de Cristina, tanto en el pasado como en el presente. La oscuridad del pasado y la luz del presente se mezclan para ofrecer un trabajo muy bien hecho. El guion es preciso, directo y honesto y un reparto de diez consigue levantarlo en todo momento. Y un trabajo impecable el de Mikel Rueda en la dirección.

Sin hacer demasiados spoilers, el final de este episodio es uno de los mejores cierres hasta ahora. Un memorable, precioso y emotivo viaje memorable por todas las caras de Cristina. Un final que nos deja con una sonrisa después e habernos conertido en un mar de lágrimas.

“Gracias a su visibilidad nos ha abierto el camino a muchas de nosotras. Gracias Cristina por tus luces y por tus sombras. Por vivir a pesar del miedo, por vivir siendo como tú eres, sin importar lo que piense la gente”.

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