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Crítica ‘Merlí: Sapere Aude’: Una serie que envejece bien

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Esta crítica contiene pequeños spoilers de los dos primeros capítulos de la temporada 2 de ‘Merli: Sapere Aude’.

Hay series que marcan a una generación y lo hacen llegando en el momento necesario. Eso es lo que sucede con ‘Merli: Sapere Aude’, que igual de lo que pasó con ‘Merlí’, han revolucionado una sociedad que necesitaba respuestas. En la segunda temporada del spin-off no dejan indiferente y van a tratar esos temas que no se suelen tratar en la televisión de una manera tan directa y dura.  Estrenada el viernes 2 de abril, la temporada final tiene previsto finalizar el 7 de mayo con un total de 8 capítulos.

En esta nueva temporada nos encontramos con una serie que alcanza la madurez con una trama hipnótica. Durante años se sigue viviendo ciertas situaciones como un tabú, no se logra aceptar el destino y se suele culpar a los demás. Con esta nueva remesa de capítulos nos encontramos con una serie que se adentra en el interior de los personajes y navega en la psicología propia de la aceptación humana.

‘Merlí: Sapere Aude’ es una ficción que ofrece una diversidad necesaria. No hay miedo a arriesgar y con los dos primeros capítulos lo vuelven a confirmar. No hay miedo y eso se agradece en un momento en el que se suele ir a lo políticamente correcto. En esta temporada nos muestran un mundo de dualidades en el que ni el bien ni el mal están bien diferenciados y solo hay que saber convivir con ello. Eso está presente en los dos primeros compases que nos ofrecen una perspectiva introspectiva difícil de asimilar en el momento.

Lucha de gigantes

Uno de los principales problemas que nos encontramos en esta sociedad se encuentra en el hecho de tapar los problemas con otros. No es de extrañar que lleguemos a un punto que acabemos saturándonos obviando que el problema es nuestro. El no saber lidiar con la dificultad externa y con un mundo cambiante provoca que lleguemos a un punto de indefensión y eso está presente en estos dos capítulos.

 Por una parte nos encontramos con la disputa entre Biel (Pere Vallribera) y Pol (Carlos Cuevas) para gestionar la Liga de Debate de la universidad. Los dos protagonistas son títeres gestionados por sus respectivos profesores para lograr su finalidad, lo que se conoce como una lucha de egos en el que se termina haciendo un tira y afloja que no termina como esperaban. En el fondo es una representación de la sociedad en el que no se sabe finalmente que es lo que se está viviendo.

Lo mismo sucede con la relación entre María Bolaño (María Pujalte) y su hija. El miedo a no saber cómo actuar y permitir que haga su vida hace que la relación esté cada vez más cerca del colapso. Ese instinto de sobreprotección lo único que hace es coartar la libertad y generar un miedo en ambas partes que interfiere en la reacción de la hija.

En el fondo, desde el inicio de la temporada ya nos indican en la serie que nos vamos a encontrar con una dura y directa reflexión entre el bien y el mal. Lo hacen en un debate en una clase de ética sobre ello. Todo gira alrededor de la necesidad de respuesta en un entorno pesimista, es más, definen la realidad como una broma angustiante y en el fondo no les falta razón. Lo hacen apostado por la narrativa interna de unos personajes que evolucionan y no se consolida hasta el final.

Afrontando los golpes

Las obras de remodelación y rehabilitación del Paraninfo de la universidad ofrecen una visión distinta de la vida para Pol Rubio. La incorporación de Axel (Jordi Coll) a la serie permite que el personaje de Carlos Cuevas recupere una ilusión que a lo largo de la temporada estará pérdida. El miedo ante lo desconocido estará presente, pero la aceptación del problema será esencial en una relación que ayudará en el devenir de la serie.

El primer golpe de esta temporada lo recibirán en la familia Rubio, siendo Alfonso el principal afectado. La carta de Hacienda revoluciona al padre de Pol y ambos se las ingenian para salir adelante como pueden. Este es el inicio de una temporada de mentiras constantes en el que se intenta tapar una realidad para no hacer daño.

Lo de Hacienda no fue lo más fuerte que le pasó a la familia Rubio. Efra le comunicaba una enfermedad a Pol y tras hacerse unas pruebas este finalmente confirmaba su peor presagio. Se trata de una enfermedad cargada de tabúes y que pese a su extenso conocimiento sigue siendo un problema en la sociedad. El hecho de saber cómo comunicarlo a la familia y el proceso de aceptación del duelo interno marca la pauta en una temporada que gira alrededor de ello. Un claro ejemplo lo encontramos en una escena en la que Efra y Pol hablaban sobre la enfermedad y de fondo se escuchaba “te estás haciendo viejita”. En definitiva era una de las escenas más duras y realistas de una temporada en la que no habrá tiempo para parpadear.

Una serie que rompe con todo

La nueva temporada de ‘Merlí: Sapere Aude’ nos ofrece un contenido duro pero real. No tienen miedo a tratar temas como el alcoholismo y nos adentran en una espiral de sufrimiento interno y social. En esta nueva y definitiva tanda de capítulos nos encontramos con una serie que alcanza su madurez y envejece mejor de lo esperado.

Crítica 'Merlí: Sapere Aude': ...

9

LO MEJOR
  • Una trama dura y realista
  • Sin miedos a tratar el alcoholismo y enfermedades sin cura
  • El riesgo es bueno
  • Unos personajes que superan su propio miedo
LO PEOR
  • No hay nada a destacar.

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