Nuestra recomendación para hoy no puede ser más clara: descubrid, si no lo habéis hecho ya, el Baztán de Dolores Redondo. El Baztán de Dolores Redondo que ahora es, también, el Baztán de Fernando González Molina, Marta Etura y todo el equipo de la trilogía cinematográfica. Acércate a esta historia, que es una misma presentada de dos maneras diferentes, con las mejores herramientas de uno y otro mundo. Descubre el Baztán, disfrútalo, témelo, incluso, interésate por la realidad detrás de la ficción, porque también te sorprenderá, conoce sus costumbres, vívelo. Y cuando te hayas empapado de todo esto, seguramente no te sirva con una pantalla o unas páginas de libro, a pesar de lo poderosas que pueden ser ambas. Seguramente, entonces, querrás ir al valle y pasearlo tú mismo, tal vez pensando en Amaia Salazar pero con tus propios pasos.

El próximo 24 de julio, ‘Ofrenda a la tormenta’ llega a Netflix. Es la última entrega de la trilogía cinematográfica, y también fue la última de la literaria -aunque hace tan solo unos meses, Dolores Redondo nos regalara ‘La carta norte del corazón’, libro con el que viajamos al pasado. Con ‘Ofrenda a la tormenta’ se pone fin a una de las trilogías más completas y constantes de nuestro cine. Una trilogía que ha sabido comprender y mostrar la esencia de los libros, y no era fácil. Salvo sorpresas, parece que no tendremos más entregas, de ningún tipo. Cada día espero que Dolores Redondo encuentre la manera (quizá las ganas) de reabrir el valle para nosotros, pero entiendo que esta historia tan compleja, tan completa, tenía un principio y un fin. Así que tenemos que despedirnos de ella.

Es un buen momento, por tanto, para descubrirla; para tomar el primer libro, y no parar hasta el final. Es un gran momento para seguir con las películas, y terminar con el estreno de la última. La Trilogía del Baztán es intensa, emocional, inteligente, oscura, histórica y adictiva. Y ahora puedes abordarla de dos maneras diferentes.

La obra literaria

Esta trilogía de Dolores Redondo es apasionante. De sus tres libros siempre tengo que destacar algo que me parece muy complicado: va de menos a más. A mucho más. Si bien la presentación, ‘El guardián invisible’, es muy buena, a medida que avanzamos comprendemos que esa historia ya compleja presentada en un principio no es más que una parte muy pequeña del conjunto total. El conjunto es inmenso. El conjunto, que ampliamos en ‘Legado en los huesos’ y rematamos en ‘Ofrenda a la tormenta’, es mucho más grande de lo que hubiéramos imaginado. Y, como nos contó la propia Dolores Redondo hace unos meses, está basado en hechos reales. Uno termina ‘Ofrenda a la tormenta’ con la sensación de haber leído algo muy real. Muy de verdad.

Dolores Redondo escribe muy bien. Esto es lo primero que debes saber, porque es la primera razón por la que leer estos libros es una gozada. Tiene una gran historia entre sus manos, pero es que además sabe bien cómo escribirla. Sabe bien cómo desarrollar a los personajes, cómo dotarlos de la emoción necesaria, cómo llenarlos y llenarnos de dudas, cómo hacerlos evolucionar. Sabe bien cómo aprovechar las virtudes de un valle que conoce muy bien, así que sumerge al lector en un escenario que parece ofrecer cientos de posibilidades. El misterio nunca acaba, y mientras vamos respondiendo algunas preguntas surgen otras tantas, sin que en ningún momento nos sintamos abrumados o incapaces de retener la información. Todo está perfectamente medido y equilibrado.

‘El guardián invisible’, ‘Legado en los huesos’ y ‘Ofrenda a la tormenta’, los tres libros que forman esta trilogía del Baztán, son tres grandes obras que funcionan como parte de un todo y que puedes devorar en unos días, porque obsesionan y gustan y se quedan contigo.

El Baztán en el cine

Me decía Fernando González Molina, hace unos días, que yo que había leído los libros podía entender bien por qué consideró que eran perfectos para llevarlos al cine. Lo entiendo muy bien. Son libros muy visuales y, como el propio valle, llenos de posibilidades. El director y todo su equipo han logrado darle una vida más concreta ante nuestros ojos, y si bien se pueden señalar ciertas cosas, el conjunto es fantástico. Sobre todo porque lo que los lectores sentimos en esas páginas lo hemos visto en pantalla. Lo hemos visto, de verdad.

Entiendo bien por qué la obra literaria podía quedar tan bien en pantalla, pero no dejo de admirar la forma en la que han conseguido hacerlo. No era fácil. Colocar la niebla del valle en una escena era fácil, supongo; jugar con la niebla y todos esos elementos para hacernos sentir lo mismo que Redondo consiguió con sus palabras, no lo era. Y lo han hecho muy bien. Con los libros me sentí muy cercana a esta tierra, con las películas casi puedo decir que he estado en ella, porque nos han mostrado todos los elementos que la hacen ser protagonista de esta historia. Lo han sabido hacer, y era muy complicado.

También era complicado desarrollar un buen guion; siempre lo es en las adaptaciones. Los personajes, en los libros, pueden desarrollar cuatro páginas de monólogos internos que nos ayuden a estar cerca de sus porqués. En el cine… Ya sabéis. Tenemos otras herramientas, pero no tenemos esas palabras. Luiso Berdejo, el encargado del guion, y todo el equipo, han sabido también capturar la esencia de cada uno de los protagonistas y plasmarlo de una u otra manera. Como digo, supongo que se pueden señalar cosas, pero siempre estaré muy agradecida porque la esencia del Baztán está ahí. Lo fundamental de la historia está ahí. Lo que importa, está.

Y está también Marta Etura, que es la Amaia Salazar de mis sueños.

El Baztán, de cualquier forma

Mi consejo es obvio: empieza por los libros. Fórmate tu propia opinión, tu propia imagen de los personajes, tu propio valle si quieres, y continúa con las películas. Porque esas imágenes propias cobrarán vida, y reconocerás detalles que te gustarán, y disfrutarás de Marta Etura y de todo el reparto, muy bien elegido. Disfrutarás de la niebla, de la lluvia, del bosque y sus criaturas y de todo lo que Dolores Redondo nos presentó en sus libros. Es una de esas pocas ocasiones en las que obra original y adaptación pueden ir bien de la mano. Hay que disfrutarla.