‘Frozen II’ por fin ha llegado a Disney+. El famoso dicho de “las segundas pares nunca fueron buenas” se ha ido quedando obsoleto en el mundo del entretenimiento y ‘Frozen II’ es una prueba de ello. Esta segunda parte de la historia de Anna y Elsa es mucho más profunda, divertida y madura que la primera película. Disney parece que se dio cuenta de que el fandom de ‘Frozen’ va incluso más allá de los niños que arrastran a sus padres a la sala de cine. Por eso, ‘Frozen II’ sigue contando con elementos para que disfruten los más pequeños, pero también guiños a la audiencia adulta. ¿A quiénes no se les escapó una carcajada con las reflexiones de Olaf sobre el tiempo?
El show de Olaf
Porque, sin duda, el muñeco de nieve es la estrella y el mejor personaje de esta película. Olaf es como los Minions: hay gente que los adora y que los detesta. Pero si ves ‘Frozen II’ lo más posible es que acabes siendo fan del muñeco de nieve. En esta película su humor se basa en que está “madurando”. Por eso sigue haciendo cosas infantiles y disfrutando de bromas sin sentido, pero también estas son interrumpidas por pensamientos más serios: lo rápido que pasa el tiempo, la razón por la que existimos, etc. Su canción, ‘Cuando Madure’ es una de las mejores de la película y explica exactamente como se siente el personaje durante toda la historia: no termina de entender ciertas cosas, pero sabe que lo hará cuando madure. Un mensaje muy adecuado para los más pequeños que seguramente se sentirán muy identificados con esta sensación.
Por otro lado, ‘Frozen II’ también refuerza y asienta la relación de hermanas entre Elsa y Anna. Si en la primera película se destaca la unión de las hermanas y su reconciliación, en esta se trata cómo pueden seguir manteniendo esta unión mientras cada una sigue su camino. Anna se vuelve más independiente de su hermana y entiende que no necesita estar siempre siguiéndola. Y Elsa se da cuenta de que Anna ya no es una niña y puede valerse por si misma.
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