Jesús Rendón (OT)
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Jesús Rendón: “quiero decir muchas verdades a través de mi música”

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Escuchar hablar a Jesús Rendón es escuchar hablar de música. Música con todas las letras. Música como pasión, música como profesión, música como una experiencia que muchos no podrán siquiera comprender, pero que él lleva dentro como una verdad inherente a quien es. Quiere que los demás disfrutemos escuchándole, y ha nacido con el don de saber compartir una parte de lo que lleva dentro. No todo porque, creo, cuando uno siente con tanta pasión algo como él parece sentir la música, es imposible que el resto de personas lleguen a comprenderlo por completo. Y ser conscientes de eso, poder disfrutar de alguna manera de una parte de ese mundo que tiene dentro, es precioso. Es mágico, como la música que nace de la pasión y de la verdad.

Las ganas de trabajar nunca se pierden

Jesús Rendón - Me sabe a sal

MEW Magazine (MW): Cuéntame cómo te encuentras. ¿Cómo estás llevando esta situación? ¿Hay inspiración, hay ganas de trabajar?

Jesús Rendón (J.R.): Estoy bien, en general estoy bien. Feliz y contento. Tengo mis días de bajón también, como cualquiera, como estamos todos, pero las ganas de trabajar nunca se pierden, creo yo. La inspiración… es verdad que no he compuesto nada nuevo. Lo que estoy haciendo es buscar antiguas cosas que tenía escritas, antiguas melodías que había compuesto. Intento juntarlas para crear temas nuevos, porque ahora mismo… No sé, es una situación rara. Date cuenta que llevo encerrado desde enero; entré en ‘Operación Triunfo’, salí y no he podido vivir mi vida con normalidad. Y es verdad que la inspiración no me ha llegado, porque estoy todavía un poco agobiado de estar metido entre cuatro paredes. A mí que me gusta mucho tomar el sol, darme un paseo, estar en la calle… Yo cuando me encerraba normalmente era para eso: para componer, para tocar, para estudiar música, pero si estoy encerrado obligado es distinto. Es una situación rara porque, sí, muchos artistas pueden estar teniendo la inspiración, pero a mí… la verdad es que no. Vengo de un encerramiento, me meto en otro, no tengo la libertad de salir a dar una vuelta… Me está contando en ese aspecto, pero siempre intento buscar algo para entretenerme.

MW: Por ponerle una nota positiva a todo esto, ¿no crees que al menos estamos valorando un poco más, o quizá de otra manera, el poder y la fuerza que tiene la música?

J.R.: Sí, y la cultura en general. La música, la poesía, el arte del cine también. Sí, yo creo que la música es una herramienta potente para desconectar ahora, en estos días. Si no tuviéramos música, ¿qué es lo que haríamos? Si no tuviéramos nada relacionado con el arte ahora mismo, estaríamos matándonos vivos. Las vajillas de los platos volarían (risas).

Para mí la música es todo. Es lo que me da felicidad, lo que me da inspiración

MW: Y olvidándonos un poco de esta situación, si tú tuvieras que explicarme qué es la música en tu vida o qué es la música para ti, ¿serías capaz de hacerlo?

J.R.: Bueno, voy a intentarlo, ¿vale? No te aseguro que vaya a ser una respuesta muy lógica ni una respuesta muy normal (risas). Para mí la música es todo. Es lo que me da felicidad, lo que me da inspiración. Hay también muchas maneras de tomarse la música, porque al haber tantos estilos de música distintos, para cualquier estado de ánimo que tú tengas puedes encontrar una canción que te entienda, que te haga de psicóloga. A mí es como que… Como que entra por el cuerpo una sensación como de flotar, como que hay una parte de mí que mi cuerpo está, pero hay otra parte de mí como que asciende, que flota. Y luego, cuando terminas de cantar o terminas de tocar cualquier cosa, vuelves a estar dentro de ti. Es algo raro. Pero es lo que siento. Hay una parte de mí que se va; se va a otro mundo, a otro lugar y luego vuelve. Esa sensación es única, y es muy adictiva también, porque la música es una droga. A quien le gusta como yo, que yo soy un melómano, es muy adictiva. La sensación en un escenario, de estar en conexión con la gente… Esa sensación es muy bonita, y muy adictiva a la vez. No sé qué más decirte, yo creo que ya ha quedado bastante raro (risas).

MW: No dabas un duro por ti mismo, pero me has dado una respuesta súper bonita (risas). Y ahora que ya hemos empezado a descubrir tu música, ahora que tenemos ‘Me sabe a Sal’, ¿cómo valoras este viaje y qué significa esta canción para ti?

J.R.: Pues es muy bonito. Como estoy últimamente como muy astral, todo lo comparo con cosas de la vida. Y esto lo comparaba –el hacer una canción, ver su desarrollo, y ver cómo termina- con el hecho de que he estado embarazado y he tenido un hijo, y he vivido ese embarazo en mis propias carnes. Es una cosa así, como ver cómo crece algo dentro de ti. A fin de cuentas, es una creación tuya y tú vas notando cada pasito, cada nuevo color que va tomando, cada nuevo detalle. Es como ir viendo en una ecografía… ay, mira, tiene esto y lo otro. Pues es una cosa así: ay, pues esta parte es más flamenca, pues esta parte tiene una bandurria y me lleva al carnaval de Cádiz. Es una evolución, y luego cuando ya lo lanzas y lo enseñas al mundo… Es como Rafiki cogiendo a Simba (risas). Está muy guay. Estoy contento porque ha tenido un recibimiento muy bueno, a la gente le ha gustado y ha llegado el mensaje que quería transmitir, que era felicidad y alegría. Es muy guay, muy heavy, muy fuerte.

MW: Cuando piensas en el tipo de música que quieres hacer, ¿qué palabras se te vienen a la cabeza?

J.R.: La primera palabra que se me viene a la cabeza es soniquete (risas). Que tenga soniquete. Movimiento. Alegría. ¿Qué más te puedo decir? Yo creo que básicamente es eso: que sea movida, que transmita algún tipo de felicidad. Lo que busco es que la persona que la escuche diga… Hoy estaba mal, hoy estaba un poco rayao, y he escuchado esta canción y me ha sacado una sonrisa. Si llega eso, que ha llegado porque en muchos comentarios la gente me lo decía, que la canción (‘Me sabe a Sal’) le hacía estar feliz… Si eso llega, para mí está el trabajo hecho, porque ahí es donde yo quiero llegar.

Mi música no va a estar regida por ningún tipo de moda

MW: Te iba a preguntar cómo te gustaría que se hablara de ti como artista en unos años, pero me lo has dejado claro: como un artista que hace que la gente disfrute de la música, ¿no?

J.R.: Sí. Y a mí me encanta fusionar estilos. Lo puro es muy bonito, y de lo puro yo creo que hay que aprender. De los grandes maestros que nos ha dejado la música es de los que tenemos que aprender para luego crear tú tu propio potaje, o tu propia ensalada de música. Y buscar eso: la riqueza musical. Yo soy muy especialito y muy selecto escuchando música; la música de ahora no suelo escucharla, lo que suelo escuchar es la música de hace años. Escucho la de ahora también, pero bastante poco. Y creo que antes había otra manera de hacer las cosas. Lo comercial y lo que pega va a estar siempre, porque es lo que nos hace movernos, y siempre tiene que estar, pero yo soy más partidario de darle una vuelta de tuerca a las cosas, de buscar melodías nuevas, de hacer algo nuevo pero basándome en lo anterior. Hacer algo nuevo cogiendo de referencia lo antiguo, no cogiendo de referencia lo nuevo.

MW: Podemos apostar a que contigo siempre vamos a tener sonidos personales, entonces. Es lo que vas a buscar siempre; no tanto adaptarte a “lo que se lleva” como hacer lo que a ti te gusta, ¿no?

J.R.: Sí, siempre dándole un puntito de actualidad, pero mi música no va a estar regida por ningún tipo de moda. Yo voy a hacer lo que a mí me gusta, dándole un detalle moderno siempre, porque aunque aprenda de lo antiguo hay que avanzar, hay que darle otro color y otra cosa.

MW: Te voy a hacer que te pongas intenso una vez más. Reflexiona conmigo: ¿Quién era el Jesús que entró a ‘Operación Triunfo’ y quién es el Jesús que ha salido de ‘Operación Triunfo’?

J.R.: A decir verdad, sigue siendo el mismo. Yo sigo siendo exactamente igual, sigo haciendo las mismas cosas que hacía; tampoco me ha dado tiempo a darme cuenta de si mi vida ha cambiado mucho porque no he salido. Pero ha cambiado a mejor. Y ,sobre todo, si tuviera que decir algo que yo creo que sí que ha cambiado del Jesús que entró al Jesús que salió… Es la madurez. Y el pensar las cosas antes de decirlas, el no dejarse guiar por impulsos, porque yo soy una persona muy impulsiva, y cuando veo algo que no me gusta o alguna injusticia, soy como muy reivindicativo, soy muy guerrero en ese aspecto, y esto tiene un doble punto, porque está muy bien, no es que vaya a dejar de serlo, pero he aprendido a que tengo que serlo con más cabeza y con más inteligencia. No sólo dejándome guiar por impulsos, sino que tengo que pensar las cosas antes de decirlas y saber cómo decirlas. Estando dentro, de todo de lo que he querido hablar he hablado, en ningún momento pensé que había cámaras; el formato tampoco es que lo conociera mucho, y en ningún momento lo pensé. Pero sí que es verdad que ha habido comentarios que luego me he dado cuenta que fuera se han sacado completamente de lo que realmente yo iba diciendo con ese comentario. Era como… ya con cualquier cosita, se te tachaba de lo que se me ha tachado. Yo creo que es eso: saber pensar las cosas antes de decirlas. Al entrar allí, el fallo o el error que ha cometido, de novato, ha sido el no darme cuenta la repercusión que tiene cualquier cosa que digas estando en la tele. Yo como me sigo viendo igual, y me voy a ver igual siempre, y eso no va a cambiar, yo soy así de natural y lo hablo todo, entonces me he dado cuenta de que hay que tener cuidado, no es que haya que cambiar de personalidad, es que hay que tener cuidado en cómo se dicen las cosas, en lo que se puede ver. Yo creo que es lo que he aprendido, el tener una madurez para pensar antes de hablar. Es lo que más me llevo. Y la profesionalidad, y el aprendizaje, por supuesto, pero sobre todo, a nivel personal, es eso. Madurez, y no ser tan niño enrabietado, no ser tan niño que está enfadado. A fin de cuentas, una parte de mí también es esa: es un niño enfadado por cómo funciona el mundo y por todas las injusticias que hay, y lo expresa en forma de rabia. Y siendo inteligente, no hay que expresarlo en forma de rabia, hay que expresarlo con clase, y en forma de arte, y es lo que voy a hacer también. Yo todo lo que voy a hacer no van a ser canciones de amor, yo quiero decir muchas verdades a través de mi música, le duela a quien le duela. Creo que hay cosas que hay que decir, y que no se están diciendo.

MW: Por último, en un momento en que estamos pidiendo recomendaciones, me gustaría que tú me recomendaras un disco que escuchar en bucle.

J.R.: Lo tengo clarísimo. Se llama ‘De akí a Ketama’, es de Ketama, y es un discazo. Está grabado en directo, está grabado en un concierto, no en un estudio, que eso también es una cosa que me gusta de la música. La música como más la valoro es en directo, en un estudio son buenos todos los artistas. Y este disco está grabado sin ningún tipo de edición, que también llevará, pero no está pasado por tanto filtro. Está en directo y en vena. Y es del año que yo nací, porque es del 95. Que sea mi disco preferido y que sea del año en que yo nací… Pues ya ves, algo tiene que ver. Las coincidencias no existen.

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