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‘Los sureños no llevan paraguas’, de Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez: nos colamos en el Sur de Estados Unidos

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En los últimos meses, con las elecciones presidenciales estadounidenses, los diferentes estados que componen el país se han convertido en nuestros fieles acompañantes. Y hemos escuchado en no pocas ocasiones que el Sur es un bastión republicano. Los estados sureños han sido los que han apoyado a Donald Trump desde su primera carrera por la presidencia hasta este momento. Y ni siquiera todo lo ocurrido en 2020 y el caos en el que está sumida la Administración han sido suficientes para dar la vuelta a la tortilla. Eso nos hace preguntarnos qué pasa exactamente por la cabeza de los sureños para apoyar de manera incondicional a Trump. Pregunta de la que parten o a la que, en cierta manera, responden Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez en ‘Los sureños no llevan paraguas’.

Aunque lo suyo es la música, en las páginas de este libro se aprecia rápidamente su pasión por el Sur de Estados Unidos. Por esos estados tan peculiares y por su cultura y su modo de vida, más peculiares si cabe. Curioso es que nunca los hayan visitado. Y quizá esto genere ciertas reticencias en algunos potenciales lectores. Pero el trabajo final está a la altura. Al fin y al cabo, no hace falta pisar un lugar para conocerlo. Es evidente que nos hablará más de cerca un sureño que ha nacido y ha crecido allí. De hecho, seguramente el paso natural después de leer ‘Los sureños no llevan paraguas’ sea apostar por un título que nos hable de los habitantes del Sur desde dentro. Pero como primera parada de nuestro estudio o de nuestra exploración, esta obra cumple.

La inclinación hacia lo musical se siente, pero no molesta. Al contrario, se agradece el conocimiento profundo de un área que, como suele ocurrir con la cultura, muchas veces se pasa por alto. Y que, en realidad, es la que mejor recoge el carácter de una sociedad. Cuando los autores hablan de ella, de los artistas sureños y de sus anécdotas, el disfrute es absoluto.

Pero este no se resiente a la hora de afrontar temas que les pillan, quizá, más lejos, como el racismo, la religión o la propia política. Es evidente que detrás de estas páginas, escritas con bastante gracia y sin ningún tipo de vergüenza -siempre en el buen sentido de la expresión-, hay un importante trabajo de documentación. Los autores han leído mucho, han visto mucho y han escuchado mucho. Y todo eso está plasmado en los 12 capítulos (y diversos y divertidos anexos) que componen el libro.


Lo sureños no llevan paraguas

En mi caso, no me considero, ni mucho menos, experta en la población sureña de Estados Unidos. Quizá tenga algo que decir en el apartado de racismo, en el de deporte o en los dedicados a política o cine. Pero mi conocimiento previo a esta lectura era bastante reducido. Esto ha provocado que, además de disfrutar de ella, se haya convertido en una interesante (y picante) fuente de conocimiento.

También en un empujón de cara a seguir leyendo y a seguir empapándome de unas tradiciones que, aunque lejanas, siguen estando presentes. Con esto quiero decir que ‘Los sureños no llevan paraguas’ va a gustar indudablemente a quien tenga cierto interés por el tema que trata, pero no lo haya explorado demasiado. Y puede gustar a quien sí lo haya hecho, por la manera de comunicar de sus autores y por lo completo y diferente que es a otros estudios, aunque quizá en este caso no les descubra nada.

Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez aciertan mirando hacia todo tipo de ámbitos, todos ellos pilares básicos para comprender cualquier sociedad. Pero también aciertan manteniéndose fieles a sí mismos. Utilizando un lenguaje directo y apostando por lo políticamente incorrecto. Es cuando se dejan llevar más por lo que piensan y por la experiencia de escribir, cuando nos entregan los pasajes más gamberros y, por tanto, más deliciosos. Por eso, personalmente, he disfrutado sobremanera de las anécdotas y curiosidades con las que han salpicado todo el libro. Tanto que es probable que guarde alguna de ellas para mi propia colección de cosas que contar en una conversación aleatoria.

El objetivo de ‘Los sureños no llevan paraguas’ era mostrar una imagen clara y bien construida de los habitantes del Sur de Estados Unidos y confirmar o desmentir los estereotipos y prejuicios que les llevan persiguiendo décadas. Un objetivo cumplido notablemente con esta particular guía que sirve como primer punto de contacto con un universo paralelo, horroroso e hipnótico a partes iguales. Ah. Y que puede presumir de tener unas ilustraciones más bellas que un melocotón (de Georgia, claro).

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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