Ser mamá o papá primerizo es una auténtica aventura que estará impregnada de emociones. Y no solo de dichas emociones, también se abrirán puertas cargadas de retos y muchas responsabilidades. Y todo ello comenzará a desarrollarse durante los nueve meses de embarazo. Desde ese mismo instante en el que se reciba la noticia. Por ello, la decisión de tener un hijo/a es una de las más importantes o la más importante que vamos a tomar a lo largo de nuestra vida. Y da igual si tomas la decisión de vivir la paternidad o la maternidad en pareja o en solitario. Si el embarazo llega de forma natural, recurriendo a técnicas de reproducción asistida, o acudiendo a una clínica para donar semen que te hayan recomendado ante tu deseo ferviente de formar una familia monoparental, por ejemplo.

Aunque la toma de decisión se haga de forma muy consciente, implica renuncias y compromisos que muchas veces no se plantean tan seriamente como se deberían.

La maternidad o la paternidad va a cambiar absolutamente vuestra forma de vivir y de ver el mundo. Y, de pronto, sin daros cuenta observaréis como vuestras prioridades varían. Dejará de importar todo menos el bebé que está en camino. Vuestro bienestar pasará a un segundo o tercer plano. Las cosas que os gustan quedarán aparcadas. Porque los recursos estarán a expensas de ese nuevo miembro de la familia. Habrá renuncias por el camino y falta de tiempo. Y será fundamental asumirlo porque no se puede delegar el peso en los abuelos o en la pareja, si fuese el caso.

Otro de los detalles a tener en cuenta es que el compromiso que adquiráis con vuestro hijo no va a disminuir con el paso de los años. Todo lo contrario. Seguirá férreo, pero irá variando hasta que llegue a la vida adulta. Parte fundamental para que se conviertan en personas libres y no dependientes. Personas autónomas y que puedan enfrentarse a la vida con los menores miedos posibles. Por lo tanto, no olvidéis que vuestra implicación no cuenta con un máximo de tiempo estipulado. Es un contrato para toda la vida.

4 consejos como base

Amor

Hay que expresarle amor. Aunque sea un bebé. Porque las caricias o los besos los sentirá. Los identificará y los reconocerá. Igual que las palabras cargadas de ternura. Todo ello permitirá que se estreche el lazo interno para poder disfrutar de lo que realmente es la felicidad. Que no es otra cosa que estar al lado de una persona a la que quieres y donde el único nexo de unión sea el propio amor. Un consejo que parece obvio, pero que no lo es tanto. Porque a veces se tiende a pensar que un bebé no es consciente de nada y que el amor evidente se puede ir construyendo en el momento en el que como padres o madres creéis que ya está tomando conciencia de las cosas.

Necesidades

Hay que estar pendiente de sus necesidades y de sus cuidados. Si se está en pareja lo ideal sería ponerse de acuerdo con ella para formar un equipo ‘perfecto’ y que el recién nacido esté bien atendido, pero que al mismo tiempo ambos papás o mamás estén descansados. Intentar llegar a todo sin una buena coordinación puede ser una aventura desastrosa. Sobre todo, porque sin un buen descanso nuestras capacidades no están plenas. Y tenderéis al enfado mucho más rápido y a la pérdida de la tan ansiada paciencia. Un buen equipo, la solidaridad y la empatía en la educación y crecimiento del bebé es la mejor base posible.

Egoísmo

El recién nacido es la prioridad. Como bien hemos comentado al inicio, nuestras necesidades se relegan porque entre nuestras manos está la vida de un ser indefenso que lo que necesita es cuidados, mucho cariño y la atención más absoluta. Así que, si en algún momento de nuestra vida nos hemos comportado de forma egoísta priorizando todo lo que queríamos a nuestro favor, es el momento de cambiar de rumbo.

Estrés y ansiedad

Controlarlos. Pueden aparecer en cualquier momento. Sobre todo si hay cierto descontrol, puntual, en horarios. O si aparecen nuevas inquietudes o problemas. Tener un control del estrés y ansiedad es una medida clave para garantizar la correcta salud mental. Una correcta salud mental que vuestro bebé agradecerá porque son auténticas esponjas de todo lo que esté ocurriendo a su alrededor.