Samarcanda

Grandes y milenarios edificios bañados de azulejos azules que reflejan el brillo del sol. Así es Samarcanda, la segunda ciudad más grande de la actual Uzbekistán y una de las más antiguas del mundo aún habitadas. Su grandiosidad se mantiene a día de hoy y es el reflejo de lo vivido siglos atrás, cuando era uno de los puntos centrales de la Ruta de la Seda. Además de la ciudad de Tamerlán, el capricho que convirtió en una obra de arte que aún sigue siendo visitada por miles de turistas de todo el globo. Y es que, aunque para muchos sea una gran desconocida, Samarcanda es uno de los destinos turísticos más admirados y deseados por los amantes del viajar.

Sólo hace falta ver una foto de su Registán para soñar con aterrizar en ella. El que era el corazón de la ciudad sigue siendo uno de sus grandes atractivos. Esta gran plaza está enmarcada por tres espectaculares madrasas, la de Ulugh Beg, Sherdar y Tilla-Kari. Sus azulejos unen tonos arenosos con los típicos azules de la ciudad, jugando con el propio entorno y el eterno cielo que lo rodea. Son estos colores uno de los aspectos más característicos de Samarcanda y de su centro neurálgico, un complejo arquitectónico de enorme tamaño. Y una muestra de las muchas maravillas que alberga la ciudad.


Samarcanda

Otro de los grandes atractivos arquitectónicos de Samarcanda es el mausoleo Gur-e Amir. Su cúpula azul y su colosal puerta son dos de los símbolos más reconocibles de esta joya asiática. De nuevo, el color del cielo es protagonista, pero en esta ocasión con más fuerza y con una mayor presencia. Su belleza es tal que, en su día, sirvió de modelo para la creación del Taj Mahal. Ahora, además de guardar el cuerpo del mítico Tamerlán, también esconde leyendas e historias que aportan aún más encanto y poder al mausoleo.


Samarcanda

En este paseo virtual por Samarcanda, es imposible no hacer una parada en la necrópolis Shah-i-Zinda. Este conjunto de mausoleos, de nuevo dominado por los tonos azules y terrosos, es otra de las imágenes características de la ciudad. Se dice que allí está enterrado uno de los primos del profeta Mahoma, una leyenda que atrae a miles de personas. Pero, más allá de creencias y de historias, un simple paseo entre sus muros decorados con mosaicos coloridos es ya una experiencia para los sentidos.


Samarcanda

Por último, pero no por ello menos importante, en Samarcanda también podemos visitar la Mezquita Bibi Khanum. Actualmente preside la ciudad con su gran cúpula azul. Un color que ejerce de nexo de unión entre las diferentes edificaciones, que se unen formando un solo todo. Como si se produjera una simbiosis perfecta entre ellas, dándole entidad a la ciudad y convirtiéndola en un conjunto arquitectónico capaz de dejar sin aliento a millones de personas.


Samarcanda

La Ruta de la Seda

En sí misma, la ciudad es un destino turístico destacado para viajeros de todo el mundo. Pero son muchos los que llegan a Samarcanda siguiendo la milenaria Ruta de la Seda. En su día, una de las rutas comerciales más importantes del planeta. Y ahora una de las rutas turísticas más admiradas del globo. Un recorrido que atraviesa un total de seis países (China, Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán y Turquía) y nos permite conocer su historia, su arquitectura y su cultura. Así como sus muchas maravillas, entre las que se encuentra la bella Samarcanda.

Un viaje que dicen que cambia por completo a quien lo emprende, sobre todo por la diversidad que se respira y por las diferentes realidades que se conocen. Casi como un viaje en el tiempo, que une arte, historia, mitología, gastronomía y, por supuesto, una incomparable belleza.

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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