Llevamos siglos persiguiendo la inmortalidad. Enmascarando nuestros deseos de vida eterna en leyendas, religiones y cuentos, que no hacen otra cosa que mostrar nuestro miedo a la muerte. A que todo acabe. A que realmente seamos tan insignificantes como para que desaparezca todo lo que hay en nuestro interior con el último latido de nuestro corazón. Seríamos mucho más felices o, al menos, viviríamos más tranquilos con la seguridad absoluta de que nos espera algo después de la muerte. No habría despedidas, ni angustia. Si pudiéramos quedar recogidos en alguna parte, volver a hablar con nuestros seres queridos y seguir viviendo… Sería sencillamente una fantasía. De ahí surge ‘Upload’.
La nueva serie de Amazon Prime Video, que se ha estrenado en la plataforma este mismo viernes 1 de mayo, supone un viaje a un futuro no demasiado lejano en fechas, pero sí en realidad. En 2033, la tecnología ha hecho posible crear una especie de vida tras la muerte. Una plataforma en la que puedes descargar tu conciencia y seguir viviendo. En un mundo digital, pero viviendo. Comiendo, corriendo, saltando, durmiendo… Y hablando con tus seres queridos. Familias enteras se reencuentran en Upload, vivos y no vivos, gracias a una tecnología que ahora mismo se nos escapa. Pero que, reconozcámoslo, es tentadora.
En un mundo ideal, este sería un servicio generalizado. Basándonos en nuestro sistema sanitario, tendría que estar cubierto por la Seguridad Social. Esa posibilidad de seguir viviendo después de que tu cuerpo falle es algo que todos querríamos y todos mereceríamos. Si tenemos acceso a un análisis de sangre o a una operación de apendicitis, ¿cómo no vamos a tenerlo a la vida eterna? Lo que falla ahí es, evidentemente, que el nuestro no es un mundo ideal, por mucho que avance. Es un mundo mayoritariamente capitalista. Y ahí el que manda es el dinero.
Dura crítica, pero con humor
En ‘Upload’ también manda el dinero, por encima de cualquier cosa. Lo hace a la hora de ‘decidir’ quién puede vivir eternamente y cuánto dura esa eternidad. Pero también manda sobre la comida que comen unos y otros, la seguridad de la que disfrutan unos y otros y, en definitiva, la vida que viven unos y otros. Estos tres últimos aspectos no se nos muestran de manera demasiado clara en la serie, pero se nos dan pinceladas para que seamos nosotros mismos, los espectadores, los que construyamos una imagen del mundo en el que se desarrolla la acción.
Lo que sí se muestra sin ningún tipo de tapujos es cómo el dinero determina quién puede vivir para siempre y quién no. Lejos de democratizar un servicio que es casi más un milagro, las empresas privadas lo exprimen al máximo, creando todo tipo de mejoras y de diferentes escenarios, a cada cual más caro, para enriquecerse a costa de algo tan natural como el miedo, la soledad o la añoranza. Así, establecen ciudadanos de primera, de segunda y de tercera, en un mundo y en otro.
A lo largo de la serie, somos llevados de la mano a visitar las realidades de las diferentes clases sociales. Y conocemos sus angustias. Hasta los más afortunados pueden verse congelados o reducidos a la más absoluta nada por culpa del dinero, que también se agota. Todo cuesta, a veces hasta lo que no debería tener un valor ‘calculable’. Y sólo aquellos que, además, se aprovechan de la situación de los más desfavorecidos para enriquecerse, podrán alcanzar esa ‘inmortalidad’ que tanto soñamos.
A través de una historia de amor y con mucho humor, ‘Upload’ nos enseña esto y construye una fortísima crítica al capitalismo sin límites, al todo vale con tal de escalar. Es precisamente ese tono humorístico y cercano el que logra que la crítica cale con mayor potencia en un espectador que, entre carcajadas y alguna que otra lagrimilla, se encontrará a sí mismo reflexionando acerca de los límites de un sistema que todos fomentamos.
Tiene situaciones graciosas, pero como crítica al capitalismo es muy pobre y simplista.
En un mundo con libre mercado la pobreza debería desaparecer, como demuestra la tendencia… pero como esto es discutible, voy a lo básico: pobrecillos los que no pueden pagarse ese lujo?. Coño, que la muerte es parte de la vida y subirse a esa mierda es algo innecesario, un lujo… si el problema del capitalismo es que no pueden costearse ese lujo… bienvenido sea.