Fue mi serie favorita del pasado 2019 y después de un nuevo visionado confirmo que se ha colado en mi Top 10 absoluto. Se podría decir que ‘Years and Years’, cuya primera temporada está disponible en HBO España, es una combinación perfectamente equilibrada entre ‘Cuéntame cómo pasó’ y ‘Black Mirror’. Una unión que suena loca, pero que funciona de maravilla. Como lo hacen los cócteles que llevan huevo o las ensaladas con fruta. Y es que muchas veces la genialidad va de la mano de la locura.
Russell T. Davies, creador y guionista de la serie británica, es un genio. Su trayectoria lo avala. Lo que no imaginaba era que tendría, en vez de lámpara mágica, una bola de cristal para ver el futuro. Es a lo que juega en ‘Years and Years’, donde viajamos desde nuestra época actual hasta la década del 2030, en la que todo ha cambiado de manera drástica. Cambio climático, guerras, ultra derecha, izquierda radical, refugiados, escasez, tecnología que reemplaza al hombre… Caos.
Ese mundo es el que se nos presenta en esta ficción, mucho más cerca de la realidad de lo que imaginamos. Lo hace a través de la familia Lyons, cuatro hermanos y una abuela unidos por una peculiar relación. De la misma manera que lo hacemos en ‘Cuéntame cómo pasó’, es a través de sus vivencias como conocemos el futuro de una Gran Bretaña y de una humanidad que se condenan a sí mismas poco a poco. Un relato divertido y duro a partes iguales, con el que se nos está señalando de manera directa y firme. Nosotros somos los responsables de lo que está ocurriendo. Y de lo que ocurrirá.
Los tesoros de ‘Years and Years’
Ya en su día lo pensé, pero viéndola en el contexto actual, creo que la principal virtud de la serie es su capacidad de adelantarse a los hechos. ‘Black Mirror’ es un buen ejemplo a seguir, pero en ese caso la ficción va mucho más al extremo. Y el espectador cree encontrar en la pantalla una realidad distópica a la que, efectivamente, podríamos llegar. Pero dentro de mucho tiempo y con muchos cambios. Sin embargo, lo inverosímil de ‘Years and Years’ es que es verosímil. El espectador se asusta y se horroriza no sólo porque lo que ve en la pantalla sea sencillamente horrible, sino porque está cerca.
El retrato futurista, pero creíble, de la realidad que vemos en la serie es el reflejo de la inteligencia, la empatía y los conocimientos de su creador. David T. Russell tira de imaginación, claro, pero sobre todo de escucha activa de una sociedad podrida y envenenada a la que ha sabido captar perfectamente. Una tarea nada sencilla y, sobre todo, muy valiente, con la que también se señala a él mismo.
Ese es para mí, como digo, el gran tesoro de ‘Years and Years’, recogido en gran parte en un guión brillante en el que encontramos pasajes sobrecogedores como el último discurso de Muriel, la abuela. Junto a él, los personajes son el otro gran tesoro de la serie. En ellos vemos reflejada a gran parte de nuestra sociedad, en características y comportamientos, en errores y aciertos, en miedos y en sueños. Hasta el más insoportable resulta increíblemente atractivo. Y es que todos están construidos con sumo cuidado y con sentido, generando un círculo perfectamente cerrado.
Personalmente, me quedo con el puro y maravilloso Daniel Lyons, al que Russell Tovey dota de una humanidad que lo hace irresistible. Y con una Rosie luchadora, que siempre mira hacia delante y que, como todos, también comete errores. Son mis favoritos, supongo que porque me siento más cerca de ellos que del resto, pero todos los miembros de la familia Lyons tienen algo que enseñar al espectador. Y ahora, en tiempos de pandemia, quizá más que nunca.
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