Con el estreno de ‘Mank‘, la última película de David Fincher, actualmente disponible en Netflix, casi resulta una obligación volver a ver ‘Ciudadano Kane‘. Creo que la experiencia que se viva con la primera puede tener mucha relación con la experiencia que se haya vivido con la segunda. Porque, sí, antes de ver ‘Mank’ vi ‘Ciudadano Kane’, y me apetece recuperarla. Esta película inmortal… La de siempre, el gran clásico, la inolvidable. Me gustó este último trabajo de Fincher –a día de hoy creo que no he visto algo de Fincher que no me haya gustado–, pero creo que, sobre todo, me gustó aproximarme a ‘Ciudadano Kane’ de otra forma. De la forma que más me gusta: desde la misma humanidad y desde el valor de las historias.
‘Ciudadano Kane’, estrenada en 1941 bajo la dirección de Orson Welles, acostumbra a encabezar las listas que hacen intentos muy notables de seleccionar y clasificar las mejores películas producidas a lo largo de la historia. La verdad es que no suelo estar de acuerdo con estas listas, siempre inclinadas a premiar el pasado más lejano, pero dentro de mi desacuerdo general entiendo esta inclinación particular por ‘Ciudadano Kane’.
Sobre todo porque, al margen de los aspectos técnicos, aquí quiero hablar de una ‘Ciudadano Kane’ para todos, me parece una gran historia. Todos los que amamos el cine lo hacemos desde la base de las buenas historias; a partir de ahí hay quien se especializa hasta comprender su completo funcionamiento, y hay quien disfruta y nada más del resultado final. Tan válida una cosa como la otra, y ambas empiezan y terminan en ese lugar. En las buenas historias. ‘Ciudadano Kane’ es una buena historia.

Así es ‘Ciudadano Kane’
Charles Foster Kane es un importante magnate de la prensa estadounidense. Es dueño de una gran cadena de periódicos y de una red de emisoras de radio, entre otros muchos negocios. De personalidad arrolladora, Kane se ha endiosado a sí mismo hasta afianzar una conducta ególatra, autoritaria y, al final, cruel. También pesa en él un profundo sentimiento de soledad y una necesidad de ser amado y reconocido por todo el mundo. Así muere en su imponente castillo, Xanadú: solo y sin amor, pronunciando la palabra rosebud justo antes de fallecer. La noticia de su muerte llega a todos los rincones del mundo, preguntándose entonces sus habitantes, también los periodistas, incluso algunas de sus personas más cercanas, que puede significar esa misteriosa palabra.
Un grupo de periodistas decide iniciar una investigación formal, conscientes de que la única manera de averiguar el significado de rosebud es conocer al ser humano que murió eclipsado por sus negocios. Así, un periodista, al que no vemos el rostro, recorre Estados Unidos para reunirse con varias de las personas que más influencia tuvieron en la vida de Kane. A través de una gran colección de fragmentos de una vida y de conversaciones, vamos descubriendo su personalidad, sus virtudes y también sus defectos, sus vicios, sus adicciones, los errores que arrastra y sus deseos más profundos.

¿Por qué la recomiendo?
El espectador puede concretar, con esta investigación que se lleva a cabo, el perfil de uno de los personajes mejor creados de la historia del cine. Para cuando ‘Ciudadano Kane’ ha concluido, podemos hablar de la personalidad de Charles Foster Kane como si fuera algo más que ficción. Como si hubiera existido. En parte, claro, porque existió. Charles Foster Kane está inspirado en la figura de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa que inventaba titulares y creaba realidades a su antojo.
La historia detrás de ‘Ciudadano Kane’ es una de las razones por las que la recomiendo, y por ello también recomiendo ‘Mank’. Para acercarte a esa palabra, rosebud, pero también para entender el nivel de detalle con el que fue creado Charles Foster Kane. Y el conocimiento, la inteligencia y la mala leche que había detrás de esta creación. Las intenciones, y la historia detrás de esta buena historia. Para conocer a Herman J. Mankiewicz, autor (único o no) del guion y el corazón de ‘Ciudadano Kane’.

Volviendo a ésta. La recomiendo, ya lo he dicho, porque es una buena historia. Porque esa investigación que nos lleva de un tiempo a otro, de un escenario a otro, es capaz de dar forma a esa complicada virtud que poseen algunas películas: el misterio se va desentrañando y al mismo tiempo se va complicando. El espectador siente, a medida que ‘Ciudadano Kane’ avanza, que conoce un poco más a su protagonista, pero también que rosebud queda lejos, tan lejos como se siente de su complicada personalidad. Hay un misterio, y queremos resolverlo. Tenemos un personaje complicado, y queremos conocerlo, y nos sentimos atraídos porque está muy bien escrito. ‘Ciudadano Kane’ es emocionante, y además habla con facilidad, pero sin intención moralizante excesivamente pretendida, del funcionamiento del poder en los Estados Unidos de los años treinta (y de los ahora).
Así que puede gustar a todo el mundo. Puede entretener a todo el mundo. Lo digo siempre: me parece muy importante señalar esta cuestión. Me parece muy importante que una película sea capaz de hacerse con la atención de los espectadores y que éstos quieran seguirla hasta el final. Importante y complicado de lograr. En los pasados más lejanos y también ahora. ‘Ciudadano Kane’ lo consigue. Creo que puede servir como ejemplo de cómo el amor por las buenas historias permanece siempre vivo, porque seguimos acordándonos de ella casi cien años después de su estreno. Y lo hacemos, sobre todo, porque es una buena historia. Si queréis verla, la tenéis disponible en Amazon Prime Video.
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