‘La isla de las mentiras’ es el primer largometraje de ficción como directora de Paula Cons. La película está inspirada libremente en hechos reales, concretamente en el hundimiento del buque ‘Santa Isabel’ frente a las costas de la isla de Sálvora en 1921. Donde solo se pudieron salvar a 48 personas de las 260 que viajaban. María (Nerea Barros), Josefa (Victoria Teijeiro) y Cipriana (Ana Oca), deciden ir al rescate en un acto heroico que pagarán muy caro. Porque los pueblos, las aldeas, los pequeños cotos son así. Porque la vida no era tan perfecta como imaginábamos allá por la antigüedad. Y en Sálvora, mucho menos. Un lugar oscuro, cargado de temor y resentimiento. Donde uno solo manda y el resto obedece. Subyugados. Donde el rico controla al pobre hasta la extenuación. Y vemos en más de una ocasión como el silencio es la mejor conversación posible. Algo que marca toda la historia.
Dentro de ‘La isla de las mentiras’ encontramos personajes complejos, duros y aguerridos. En un contexto inestable y dictatorial. Entre ellos nos movemos cargados de incertidumbre. Sin saber muy bien qué esperar de cada una de esas almas. En ocasiones, con inmensas ganas de descubrir un poco más. En otros momentos, con ganas de pasar de puntillas. Todos nos hacen partícipes de una aventura cargada de simbolismo y donde las emociones son una constante montaña rusa. Llegamos a comprender la complejidad de la época e incluso algunas decisiones erróneas que toman las protagonistas. Porque, lamentablemente, la vida siempre trata de vivir o morir. No hay más. O te salvo a ti o me salvo yo.
A destacar la figura de la mujer. Esa figura que no valía nada. Pero la misma que se echa al mar, sin pensar en consecuencias, para salvar y rescatar a cuantas personas así lo precisen. Paula Cons lo muestra con total honestidad. Sin maquillar ni un ápice. Deja bien expuesta la vida que sufrían y el abandono constante.
Nerea Barros como María nos lleva hacia el mismo precipicio
Nerea Barros consigue llevarnos por el mismo camino maltrecho que realiza María. Ya presientes, desde la presentación del personaje que, lo que vamos a vivir, va a ser pesado e insostenible. Y, al mismo tiempo, comprendes que quiera romper con esa soga que les rodea el cuello. Donde el trabajo es su única función y el pago de la minuta su mayor obligación. Obviando, en todo momento, algún tipo de derecho.
Victoria Teijeiro nos muestra el miedo con Josefa
Seguramente lo más destacable de esta actuación es la capacidad de Victoria Teijeiro de parapetarnos frente al miedo. Porque Josefa vive con el miedo. Actúa en base al miedo. No es cuestión de obligación o de ley, sino al temor de ser señaladas, abandonadas y juzgadas. Aunque sepa y entienda que la vida no puede ser así.
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