En el ecuador de la segunda temporada de #Luimelia, Luisita y Amelia, nos hacen un recorrido por aquello que sucede dentro de una producción. Nos lo llevan al extremo. A lo más cómico y a lo más loco. Donde Luisita nos muestra su lado más fan. A esa intensidad. Con la alegría que se tiene al creer en una ilusión y la decepción que invade al ver la verdad. Una clara y dolorosa muestra de lo que muchas veces sucede en el interior de una historia. Por eso la ficción ha de quedarse ahí, en la ficción. Sin desgranar mucho más. sin enseñar el esqueleto. Permitiendo que la magia lo invada todo.

Porque a veces sucede que los egos son demasiado poderosos. Y lo destruyen todo. Lo quiebran y lo lanzan al vacio. Y es importante hacer crítica de ello. Enseñar y señalar. A veces quienes creemos como son, no lo son. Y ese consejo que Luisita y Amelia lanzan al final es contundente y certero: “Puede ser que lo que veamos sea una ilusión, pero hay una cosa real y esa es justo la mas importante: cómo nos hacen sentir esas historias. Por eso, a veces, es mejor no romper la magia“. Cuántas veces las propias Paula Usero o Carol Rovira habrán sufrido la desilusión de conocer a quien querían conocer para sentir que hubiese sido mejor no hacerlo.

Cabe destacar que la sátira de este nuevo capítulo iba destinado a aquellas voces que dedican su día a día a comentar si ambas actrices (Paula Usero y Carol Rovira) se llevan bien o mal. Porque el deporte nacional es hablar. Pero siempre a malas. Cuando la realidad es que, como hemos ido comentando anteriormente, la química es algo natural y que no se puede forzar. Y cuando los malos rollos acechan, si de verdad lo hacen, tampoco se puede seguir manteniendo. La química no se puede maquillar. Así que dejemos de hablar de lo que no sabemos y disfrutemos de todo lo que nos han dado y aun nos tienen que dar.

De la verdad y la mentira de las primeras veces

Amelia cumple su sueño de entrar a trabajar en ‘Amar eternamente’. Pero, a veces, los sueños no son tan estupendos como los imaginábamos. Y nos muestran una realidad que no esperábamos. De eso va la historia. De entender que los comienzos suelen ser complicados y muy poco condescendientes. Pero que, igualmente, hay que seguir peleando por lo que una quiere. Y reivindicarse. Hablar y pedir. Que nuestra voz siempre sea escuchada.

Hay que agradecer que en los escasos minutos que tenemos en #Luimelia siempre haya un lugar para dar todas las oportunidades posibles a los sueños.

Las series diarias

Cuánto nos gusta infravalorar el trabajo que seguro no hemos probado aun. Como si grabar todos los días y ser capaces de mantener un público fiel, durante años y años, fuese algo sencillo de realizar. Como si no hubiese un esfuerzo constante por parte de todo el equipo. A veces deberíamos mordernos la lengua y ser más respetuosos.

Hay series diarias con la misma calidad que una serie en prime-time. Y me encanta que en #Luimelia no se muerdan la lengua y reivindiquen de donde vienen. Y el orgullo que sienten. Es así como se cambian las cosas. Reivindicando. El silencio hay que dejarlo a un lado.

Hay que ser más valientes

A lo mejor #Luimelia tiene que ser una serie de esas de comedia romántica, del tan ansiado prime-time. Con dos mujeres protagonistas contando una historia de amor. Por eso de empezar a equilibrar un poco las fuerzas. Que está muy bien tener historias secundarias y webseries…pero merecemos algo más.

A lo mejor hay que empezar a ser más valientes. A mostrar el amor de dos chicas al público en general, en un horario de todos, para que el camino que aun queda por andar (en derechos y libertades) sea un poco más sencillo. Porque la visibilidad y la normalización en ficción ayuda mucho más de lo que nadie, nunca, pueda imaginar.