‘Mía y Moi’ habla de forma muy delicada y hábil de esos problemas familiares que siempre se han tenido en oculto. De esa violencia de género que se lavaba y se tendía en casa y de esos problemas mentales que se ocultaban fuera de las cuatro paredes de dicho hogar. ‘Mia y Moi’ va de la vida y de sus complejidades. Del daño que nos puede hacer nuestro contexto para poder tener un futuro un poco más alentador. De lo que podemos llegar a sufrir de pequeños y de las consecuencias que ello puede tener. ‘Mía y Moi’ va de hermanos y de niños. De esa necesidad de volver al hogar, a abrazar a esa persona que siempre ha sido el puerto seguro. Habla de lealtad por encima de cualquier cosa. Y de lo inevitable. De lo que tarde o temprano tiene que explotar porque han sido muchos años de carga a las espaldas.

Un largometraje que te mantiene expectante en todo momento. Aunque el ritmo, a ratos, resulte un poco lento. Pero los actores que hacen un trabajo excelente son los que te mantienen alerta en todo momento. Hay algo en sus miradas, en lo que están transmitiendo que, como espectador, no puedes evitar viajar junto a ellos y ser testigo de lo que te quieren contar.

Entre la calma y la tormenta

Tenemos a Mía que comienza su travesía en una soledad buscada porque necesita encontrar su futuro. Resguardándose, a ratos, en ese trago que alivia un poco las penas. Consciente del rumbo que hay que comenzar a tomar, pero dejando que la vida marque las pautas. Y, de pronto, llega Moi, su hermano. Y entendemos que las circunstancias han cambiado para todos y que deben de volver a reconocerse. Porque Moi viene con un dolor muy grande y tanto Mía como Biel, su pareja, deben hacer de parapeto ante el temor de que todo vuele por los aires.

Mikel, el cuarto en discordia, aparece en el momento menos oportuno y desequilibrando toda la contención que nos ahoga en los minutos previos de la historia. La entrada del novio de Mía es igual a ese momento en el que, a lo lejos, ves un nubarrón con la tormenta del año. Igual. Llega y todo se vuelve mucho más oscuro e impreciso. Y a partir de ahí sabemos que algo va a suceder, lo que no sabemos es cuándo.

‘Mía y Moi’ habla de los actos que son inevitables. Da igual los parches que intentes poner por el camino. La realidad es que la vida quiere llevarte al límite y lo hará, estés de acuerdo o no.

Es uno de esos largometrajes que llega a su punto final después de haber dejado tu estómago un tanto extraño. No solo por lo visto sino por la cantidad de preguntas que se generan en tu interior. Si aquello se podría haber evitado o no. Si de verdad somos conscientes de hasta qué punto podemos llevar al límite a una persona. ¿La lealtad debe estar por encima de todo? ¿Sea cual sea el pasado sufrido?

Ricardo Gómez, un actor infinito

Moi es un personaje complejo. Sobre todo, por el equilibrio entre la contención que desprende el personaje y esa tormenta interna que debe transmitir en todo momento. Alguien en calma pero pendiente de un hilo para reventar. Y Ricardo Gómez lo clava. El juego de miradas con un cuerpo inexpresivo es la clave para que como espectador te muevas entre la empatía y la incertidumbre.

Ricardo entra de lleno en un personaje muy diferente hasta la fecha.  Alguien que le ha exigido mucho más y que ha superado de forma sobresaliente. No cabe duda de que este Moi tiene que ser un punto y aparte muy contundente en su trayectoria profesional. Gran actor el que tenemos entre nuestras filas.

Bruna Cusí, siempre tomando riesgos

Bruna Cusí ya nos tiene acostumbrados a personajes con mil vueltas y mil posibilidades. Mía simplemente confirma lo que ya sabemos y es que siempre hay una fortaleza inmensa en sus trabajos. La complicidad con Ricardo no se pierde en ningún momento.

Eneko Sagardoy y Joe Manjón, los acompañantes perfectos

No sé si con otros actores la historia hubiese funcionado al mismo nivel. Porque creo que el cuarteto elegido son exactamente lo que necesitaba la historia. Biel y Mikel son el contrapunto. La paciencia frente al frenesí. Y Eneko y Joe convierten las escenas en una delicia. Porque tú sabes que no deben ser amigos hasta que los ves juntos y entonces te da igual de dónde venga cada uno. Te cuestionan de nuevo.

Puedes ver su trailer aquí.