‘La dirección de tu suerte’ es un álbum liberador. Son diez historias cargadas de honestidad. Un lenguaje directo y conciso. Un sonido puro. El suyo. El que busca incesantemente. Porque si algo tiene Miriam es que quiere mantener intacta esa propia honestidad. No solo para su público sino también para ella misma.
Esta vez no ha dejado nada al azar. Ha puesto fuerzas y empeño en estar pendiente de cada coma. Porque si quieres que un trabajo salga redondo, no puedes perderle la pista. Sobre todo, porque esos directos, ese contacto directo con el público, es el objetivo final. Y para llegar ahí con plena confianza, el trabajo previo, debe ser inmejorable para una misma. Sentir esa seguridad del buen trabajo realizado. De mostrar lo que de verdad se quiere mostrar. Quizá se trate de lealtad hacia una misma.
Recuperé esa confianza y esa seguridad que, quizás, en algún momento, había perdido…
Miriam Rodríguez cierra puerta, cura cicatrices para despertar y no volver atrás. Camina entre las emociones, habla cara a cara con ellas, construye un final y se recrea en ese comienzo. Porque cuando una puertas se cierra, sin lugar a dudas, hay una ventana dispuesta a abrirse.
Porque como bien dice ella “para poder ver el brillo de las estrellas, tuve que perder miedo a la oscuridad de cerca“.
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