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8.5

‘Moffie’

LO MEJOR
  • Kai Luke Brummer, está de diez.
  • Bien fijada la cruda realidad.
  • Una forma sútil de contar una historia de amor.
  • Un final que duele pero que es perfecto.
LO PEOR
  • No hay nada destacable.

‘Moffie’. La nueva película de Oliver Hermanus, está basada en las memorias de André Carl van der Merwe. Un conocido autor que narra su experiencia como recluta en el servicio militar en Sudáfrica a principios de la década de los 80. En un momento histórico. En pleno Apartheid y siendo gay. Una historia compleja y dolorosa. Pero directa y cargada de simbolismo en cada una de sus partes. Con una comunicación indirecta a remarcar. En muchos momentos, hay silencios que transmiten más que los dolorosos diálogos que siguen posteriormente. Porque cuentan desde la frialdad de la época una historia de auto descubrimiento. Pero, sobre todo, de aceptación. Porque, ¿cómo es posible aceptarte cuando todo tu contexto te señala desde la más burda violencia? Cuando ves y confirmas que ser puede llevarte al abandono, al maltrato, al sin sentido, a una vida completamente alejada de los tuyos.

‘Moffie’ nos habla de la historia de un joven de 18 años que se enrola en el ejercito. Nicholas. Allí es sometido a un brutal entrenamiento. Además palpa, las formas más crueles de racismo, brutalidad y homofobia. Lo hace desde ese perfil al que muchas veces nos aferramos. El miedo. De ahí que, quienes golpean, se sientan impunes. Porque el miedo nos hace débiles. Nos resta fuerza y nos auto destruye por dentro. Cuando callamos y vemos lo que ocurre terminamos ejerciendo una presión doble sobre nosotros mismos. 

Asimismo ilustra cómo el servicio militar inculcó la ideología de la supremacía blanca y la intolerancia racial a cientos de miles de jóvenes, que apenas alcanzaban los dieciocho años de edad. Dejando más que evidente las intenciones por parte de un ejército y un gobierno que lo único que deseaba era forjar y afianzar a la raza blanca como la superior. Por ello, el uso de la violencia y el escudo del miedo eran sus estandartes. De esa forma, jóvenes aun por desarrollar su mente, su ética e incluso hasta su moral, caían por un barranco sin medida. Aceptaban y copiaban dichas conductas.



El control empieza desde los jóvenes

La historia se controla desde los cimientos. Desde los jóvenes. La ideología también. Y el poder. ‘Moffie’ es un claro ejemplo de ello. Alistar a los jóvenes a temprana edad y hacer un lavado de cerebro es la mejor estrategia posible. Utilizar el miedo y la culpa, una fase, irremediablemente, perfecta.

Si alitas a gente joven y les indicas cómo deben pensar, habrás ganado un batallón. Y nuevas generaciones. Si les provocas miedo, si los llenas de culpabilidad, habrás ganado la batalla. Si te alecciono, a base de palos, que amar a alguien de tu mismo sexo es algo depravado, aprenderé a no hacerlo. O a ocultarme como un bicho raro. A perderme entre las sombras. Dejaré de ser yo y obligará a los demás a hacer lo mismo. Si te obligo a matar a alguien por el color de su piel, te llenaré siempre de culpabilidad. Y ese mismo sentimiento te hará cómplice.

Manipular a alguien que debe desarrollarse, a través de la violencia más brusca y seca, siempre te hará ganar.

El amor y el deseo más crudo

Hay una historia de amor que se da muy lenta y en la sombra. A escondidas. Y con mucha culpabilidad de por medio. Algo prohibido, que no debe ser, que está señalado. Por lo tanto vemos el deseo de sus dos protagonistas con una carga demasiado pesada sobre sus espaldas. Una carga que te trasladan como espectador. E, incluso, por el bien de ambos, quieres que se alejen, que se pierdan.

Buscas que se encuentren en otro punto del camino. Quizá, con algún que otro año más encima. Donde puedan defenderse o tomar decisiones que no pueden tomar en el momento en el que sucede la acción.



Kai Luke Brummer, de diez

Kai Luke Brummer nos lleva de forma magistral por cada una de las emociones que invaden al personaje. Nos hace entenderlo y comprenderlo. Nos resulta fácil asumir que está haciendo lo correcto porque él nos lleva a ese punto. Al de salvaguardarlo por encima de todo. Así que no le juzgamos en ningún momento.

Kai Luke Brummer no es que esté en estado de gracia o que la gracia sea un estado, es, simplemente, que entiende, comprende y asume perfectamente las necesidades de Nicholas y les da vida con absoluta precisión. ‘Moffie’ no sería lo mismo sin él.


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