By Vicky Luengo ha vestido de verdad a Laia. Le ha compuesto un traje de justicia. De hacer las cosas bien por el simple hecho de hacerlas bien. Y ha funcionado. Porque, en pantalla, es requieren mujeres reales, con carácter, fuertes y aguerridas. Que muestren y demuestren lo que existe y siempre lo hizo.
…hay que parar para coger un poco de perspectiva.
MEW Magazine (MW): ¿Cómo llega ‘Antidisturbios’ a tus manos?
Vicky Luengo (V.L.): Pues por un casting normal. Me llamaron para hacer una prueba con la directora de casting. Estaba Rodrigo Sorogoyen también. Hice un casting muy largo que suele ser poco habitual. Estuve como cuatro horas el primer día. Y pensé o este hombre es un tarada o yo le estoy gustando muchísimo (Risas). Y creo que son las dos cosas (Risas). Creo que le gusté mucho como actriz pero aparte es un tarao. Luego estuve un mes entero sin saber nada y yo ya pensé que era que no. Y luego me volvieron a llamar y volví a hacer un casting como de cuatro horas otra vez. Hice una entrevista personal con él, me mandó los guiones y entendí el motivo por el cual hace pruebas así de largas.
Es un director muy exigente. Sabe muy bien lo que quiere. Es muy listo. A mí me parece un genio.
MW: En esas primeras cuatro horas, ¿tú tenías la sensación de que Laia podía ser para ti o no?
V.L.: No, no. De hecho me acuerdo que, al principio, cuando me llegó la prueba, le decía a mi representante que cómo me iban a coger a mí para ser la protagonista de una serie de Sorogoyen. Estaba muy ilusionada pero pensando que no me lo iban a dar nunca en la vida. Y cuando estaba en la prueba y lo vi y vi que nos entendíamos currando, tuve la sensación de que me había ido muy bien. Y en la segunda sí que fui atacada de los nervios porque ahí sí que pensé que podría ser.
MW: ¿De dónde vino la construcción de Laia?
V.L.: A nivel de la fisicidad, Rodrigo me pidió que me alejara mucho de lo que yo soy. Yo cuando hablo, muevo mucho las manos. Él me pidió que para Laia hiciera algo muy contenido. Que no moviera las manos. Quise que Laia todo fuera en los ojos, en la cabeza. El trabajo físico me condicionó, en general, durante toda la serie.
Lo que mueve a Laia es la verdad y la justicia. Entonces intenté conectar con todo lo que es eso. Las injusticias. Y, luego, intentar enseñar una mujer normal. Estaba muy obsesionada con eso. Dar más prioridad al intelecto, a la palabra, que a su físico. Intentamos huir de todo lo que eras maquillajes excesivos. Intentar dar prioridad a la mente.
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