Álex Gadea sigue caminando. A pesar del tiempo y de los sin sabores de estos últimos tiempos. Y lo hace desde lo más complicado. Desde el teatro. El gran apaleado. El que siempre cae, pero siempre se levanta. Con la obra ‘Mariana Pineda’. Un texto clásico que nos muestra el camino de una heroína. De las de antes. De las de siempre. Alguien que quiso hacer la revolución desde el amor. Desde dónde lo deberíamos hacer todos. Porque lo contrario, odiar, es el camino más fácil. El que menos duele. El que menos entrega nos solicita.

Hablamos con Álex Gadea de la interpretación. De lo que se espera de uno y de las fortalezas. Del tiempo que pasa y de lo que uno va aprendiendo o necesitando. De una profesión que le sigue ilusionando y sorprendiendo como el primer día.

Con el compañero de enfrente está la verdad.

Algunas de las preguntas a Álex Gadea

MEW Magazine (MW): ¿Lo más fácil y lo más complejo de tu profesión?

Álex Gadea: Creo que lo más fácil es cuando es una profesión vocacional. Vas contento a trabajar y hay una motivación interna. Y te ilusionas continuamente. Cada proyecto que empiezo sigo manteniendo ese espíritu.

Lo más difícil es la continuidad. Que, afortunadamente, echo la vista atrás y llevo desde los veintitrés años sin parar.

MW: Últimamente me comentan mucho eso de que para estar dentro de esta profesión uno tiene que forjarse una buena autoestima…

Álex Gadea: Vas aprendiendo. Vas aprendiendo a gestionarte. No puedes vivir siempre en la euforia. A parte de que no es real en el oficio. Porque pasas por muchos momentos.

MW: ¿Qué Álex encuentras tú en el teatro?

Álex Gadea: Creo que es un poco la madre del cordero (Risas). Me formé en la escuela de interpretación y casi todos los acercamientos que hacíamos como ejercicios eran teatrales. Las escenas eran de dramaturgias teatrales. Era escenario. Para mí, es la base.

Empecé formándome desde ese lugar. Luego, es verdad que ha venido la televisión. He hecho mucha televisión, pero es escenario es el inicio.

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